Yo a medias con @caliope y @slavin. Me parecen un puto incordio los niños cerca de mi, la verdad sea dicha. Me tocan las narices si me los ponen en la mesa de al lado o en la fila de atrás de avión o similar. Los mataría. PERO, en la vida se me ocurriría poner una mala cara, quejarme o levantarme y cambiarme de mesa "para que me vean", y mucho menos prohibirlos. Así es la vida. Igual que no se puede prohibir que llueva o que haga calor en verano, no se puede prohibir que los padres estén con sus hijos y que estos se comporten como lo que son, niños, que a veces no atienden a razones. Por dentro me cago en sus muertos, pero por fuera trato de aparentar que estoy felicísimo de que me estén taladrando los tímpanos.