yo hace un par de años fui al estreno de la obra de Lorca, El Público, y tenía a Nuria Espert al lado y cuando al final se puso a aplaudir, se levantó de tal manera, y tenía tal pose, que parecía que la gente le aplaudía a ella. Vamos, es que parecía que incluso los focos le apuntaban. Era una pose de gran dama del teatro que yo creo que no se quita ni para ir al baño.