Yo en la peluquería ya no me despisto que una vez con 18 años fui a la que entonces era la peluquería mas moderna de Madrid (Juan por Dios!) y entre que entonces llevaba gafas y me las quité y la charla que me dieron salí de allí con la cabeza rapada y una línea de pelo larga en el centro. Yo, 18 años, pijales, sólo pensando en mi madre. Y no va y encima me dice: no te preocupes cariño, te alisamos la cresta del centro y que te caiga por los lados y se nota menos.
Y encimo me dejo las llaves y tengo que llamar al portal para que me abra mi madre. El drama fue de Oscars.