Yo puedo hablar desde mi experiencia subjetiva (y un poco surrealista también) de quien ha vivido y trabajado en Italia 5 años de su vida. Llegué incluso a ser miembro de OGAE Italy.
En mi experiencia los italianos ahora ya saben lo que es Eurovisión (Eurofestival lo llaman), pero creen que es una horterada y un circo, y no guarda la menor relevancia para ellos. Mientras que Sanremo, que en mi opinión es un suntuoso despliegue de los peores rasgos de la italianidad (homofobia, sexismo, chauvinismo, cultura de élites, etc), es algo intocable. Sanremo es la prueba del algodón para los no-italianos.
Lo que sorprende es que el colectivo LGTBQ, tradicionalmente más dado a mirar allende sus fronteras y a seguir las tendencias queer de otros países, sigue esa misma tónica: Sanremo es lo más, Eurovisión es una ridiculez.
En mis años en Italia logré convertir a dos personas, pero empezar de cero en Eurovisión es muy complejo, porque va ligado a la cultura popular y al devenir de cada país, y en Italia ese espacio lo ha ocupado y lo ocupa Sanremo. Recuerdo ir con uno de los italianos a la postparty del Melodifestivalen, en Estocolmo, y que sonase Euphoria, con el eurofandom viniéndose arriba. Y su reacción fue de "ay, me suena esta canción, no está mal".
Supongo que esta edición de Eurovisión cambiará eso - muches italianes conectarán con el festival por primera vez, verán las similitudes con Sanremo, pero también a un hombre gay presentando el show, y una realización televisiva que, en comparación con la RAI, roza la ciencia ficción. Su viaje eurovisivo empieza ahora.