El principal problema que le veo a Sabrina Carpenter es que toma a los estadounidenses por inteligentes.
Convencido de que el 80% de su público consume su música por ver en ella a una vedette haciendo guiños a la cámara y poses sugerentes. No hay dimensión figurativa ahí, no hay decodificación alguna. Hay bragas y ligueros. Una mamachicho.
Creo que para darle la interpretación feminista hay que contar con al menos dos neuronas que se lleven bien, o ser capaz de entender conceptos avanzados como el contexto o el subtexto. Por eso la portada no me parece una buena idea: porque dudo que la mayoría de su público potencial (que no somos nosotros) vea ahí más que una mujer sumisa a los pies de un tío. Que estamos hablando de un país cuyos ciudadanos se comían pastillas de lavadora porque lo vieron en TikTok.