Ay, unas papitas... Yo nunca he visto papas chicas en Madrid, si te digo la verdad. Supongo que el truco está en arrugar bien las papas y elegir dentro de lo que cabe las más pequeñas que veas. Arrugar bien es toda una ciencia. Mi abuela pone por cada kilo de papas, un cuarto de sal gorda y nunca pone la sal antes de que hierva el agua. Las 'sancocha' con un trapo de cocina entre la olla y la tapa y cuando ya están blanditas, las seca bien, las vuelve a meter en la olla, le pone otro buen puño de sal gorda y las pone al fuego medio-bajo mientras agita la caldera con un arte y un ritmo que ya quisiera Madonna. A mi nunca me quedan perfectas, es decir, blanquitas y más arrugadas que la diva...