Ya, la comparación con The Human Centipede ha sido atrevida a la par que inaceptable, pero vamos, acaba reflejando lo mismo: concepto atractivo y transgresor, pero que no llena todo el metraje. El guión también deja mucho que desear, u know, babe, además de que el reparto es horroroso. Holly Hunter no había estado tan sobreactuada en su vida, y eso, en una película en la que todos los personajes se supone que deben simular un estado de sedación colectiva, echa para atrás. No es fácil, pero es que Vanessa Romero incluso lo hubiese hecho mejor.
Koteas se come la película. Él, sus cicactrices artificiales y su semen muy muy salado.