Lo vi en LIDL el otro día.
Y no me sorprendió nada.
A Gisela le hace falta una buena temporada de penurias económicas, drogas y sexo chungo para empezar a tener interés, lo equivalente a irse de erasmus para un músico, vaya. Ahora mismo es yogur de piña a más no poder.
La que está en una fase chunga, creo, es Roser, que la he visto yo por mi barrio con malas compañías, en plan cuarentona que sale con gays a meterse tralla. Tengo esperanzas de que haga algo digno dentro de poco.