@Apoarttc:
En La Habana Vieja vale mucho la pena la paladar de Doña Eutimia, que está muy cerquita de la catedral (Callejón del Chorro, al fondo, a la derecha). Hacen la mayoría de los platos típicos de la cocina criolla (ropa vieja, picadillo, frituras de malanga) y son los inventores del mojito frappé, que está de muerte. Conviene reservar, porque siempre está hasta arriba. Hay que tener cuidado porque el callejón está lleno de locales que intentan rebañar a la gente que se ha llegado hasta allí sin reserva, pero NI SE TE OCURRA… El único local decente en el callejón además de D.ª Eutimia se llama Esto no es un café, pero yo personalmente no lo he probado.
También en La Habana Vieja está O’Reilly 304, en la calle O’Reilly (y más o menos en el número 304). Es un sitio fusión, medio hípster (te sirven mojitos de frutas en frascos de cristal…) pero vale la pena. En este caso hay que tener cuidado al entrar porque comparten la entrada con otro sitio más turístico y de peor calidad. El bueno es de la izquierda. En la misma calle está la galería Factoría Habana, que es donde expusieron las fotos de Lagerfeld y parece ser que a veces tienen cosas interesantes (en agosto tenían una exposición de una diseñadora de muebles matancera muy interesante).
Aunque es un poco más para turistas, también en La Habana Vieja está La Moneda cubana, el final de la calle Empedrado, que pasa por la plaza de la Catedral, en la esquina con el parque que bordea el canal de entrada a la bahía, muy cerquita del castillo de la Real Fuerza. El comedor de la planta principal está bien, pero tienen una terraza, con vistas al canal y al Cristo de Casablanca, muy disfrutables mientras te tomas un daiquirí. Barato y siempre hasta la bola está El Chanchullero, en la plaza del Cristo.
En la zona de Vedado, hay otros dos de cocina criolla que también están bien:
El Atelier, en calle 5ª, número 511, entre Paseo y 2, ocupa los altos de una casa estilo neobarroco andaluz y está muy bien puesto.
El Decamerón, en (calle) Línea, esquina con (avenida) Paseo. Es casi un clásico del primer boom de las paladares.
Los típicos a los que la gente intenta ir son La Guarida (que está en Centro Habana, en una calle desolada) y San Cristóbal, que son a los que van todos los visitantes de ringo rango (Obama, las Kardashian…). Yo estos no los conozco, pero no me llaman mucho.