Una vez en Murcia, acompañando a unos amigos fuimos a una disco de mariflowers. El murciano quería que mi acompañante subiera con él al cuarto oscuro (estaba en alto) y yo me empeñaba en acompañarlos, porque tenía curiosidad.
Menos mal que no me dejaron. No se qué coñ* debía pensar yo que era un cuarto oscuro. Bendita ingenuidad juvenil.
Estaba yo un poco tomada ese día, si también sirve como excusa. Murcia en fiestas es mucho.
Por cierto, mi amigo tampoco subió, luego me confesó con el tiempo que se temió una violación allí mismo por parte del murciano.