Llevo cuatro capítulos de Sed de Revancha y entra muy bien. Apenas duran 25 minutos y da justo lo que promete: un whodunit adolescente, un crimen y muchos sospechosos en un instituto pijo inglés; una especie de Pretty Little Liars (aunque de momento bastante menos delirante, salvo por ese grupo ultrasecreto de hackers vengadoras) con uniformes y toque british, aunque tampoco muy british, que con Netflix y la globalización ya se sabe que ahora todas las series parecen cortadas por el mismo patrón, vengan de donde vengan.