Pues que a la organización se le fue de la mano la venta de entradas el viernes (el sábado al parecer hubo menos entrada, y como tenían el mismo dispositivo, estaban aburridos como hongos), se supone que por el efecto Vetusta Morla, que no tenían calculado.
Y en plena hora punta aquello colapsó y hubo momentos dramáticos en el arco de entrada al CAAC desde el lago (que habían desecado, no veas como era ver los conciertos allí en el fanguito...), porque tuvieron la buena idea, para aumentar el aforo, de poner el escenario central sobre el lago desecado y los otros escenarios dentros del CAAC, sin pensar que cuando acaba un concierto todo el mundo se mueve a la vez de uno a otro y había que pasar por allí.
No fue lo del Arenal Sound y el esparruñe de mierda de la manguera loca de caca festivalera, pero por poco no se lía con toda esa gente metida en el túnel pegando gritos. Al final la gente se puso a tocar las palmas para relajar, supongo, que fue lo que más extrañó a con quien yo iba, extranjera ella ("porque aplauden si yo tengo ganas de llorar?"). La cosa: imposible llegar a los servicios, a las barras, a los escenarios, a ná de ná, y de regalo media hora metido en un túnel con gente en modo pánico.