Yo he vuelto a descargar (Soulseek funciona igual de bien que el primer día) con la conciencia igual de sucia que cuando usaba Spotify (que siempre ha sido más bien poco) pero sin financiar delirios militaristas. Intento usar Winamp y estoy buscando un iPod como el que me robaron. El plan es reconstruir la experiencia completa de usuario de 2004, que es cuando estimo más o menos que se empezaron a torcer muchas cosas. Lo más importante es, de todos modos, repensar el consumo: menos tendencias globales, menos confiar en el algoritmo, menos obsesión por las métricas, menos "música para hacer esto o aquello" y más "la música que me mola a mí y a la gente tan única y especial como yo".
Ahora que la estructura del foro hace más fácil ir a la raíz de las discusiones, mirad en este propio hilo qué ingenuas éramos cuando Spotify llegó a nuestras vidas (por ejemplo, pregonado por un Nacho Escolar tan entusiasta que parecía que tenía participación en el negocio) y cómo nos fue modelando como consumidores hasta convertirse en un estándar.