Diario de JeNeSaisPop/HdP, à la Choderlos de Laclos
Mis queridísimas ¿puedo decirlo? amigas:
¡Ay, cuál es mi ansia por que un vizconde de prietos muslos y abundante bolsa decida desposarme y retirarme del mundanal ruido para dedicarme al solaz, al sosiego, la lectura y el bordado! Mientras tanto, habreme de conformar y seguir con mis jornadas de labor como aya si quiero tener dineros cada mes para pagarme siquiera los polvos de arroz con los que iluminar mi pálido rostro cada mañana. Bueno, pagarme eso, y algún que otro bocado que echarme a mis sonrosados labios, claro está, que aunque mi figura es estilizada y soy liviana como una sirena en el océano, reconozco que no me alimento únicamente del aire.
En fin, que tiendo a dispersarme. Céntrome: Os escribo estas letras para animaros a quienes queráis a que narréis vuestro devenir diario, alguno de entre aquellos mil y uno acontecimientos que de seguro os acontecen, en este lenguaje cuidado y lleno de metáforas, florituras, juego y travesura. Por supuesto podéis incluso usar vuestra imaginación y salpicar aquí, allá y acullá vuestro relato con detalles más rocambolescos e incluso inventados. Os animo.
Por ir abriendo boca -metafóricamente hablando, que una dama de mi condición, aunque de origen humilde, está bien educada y sabe mantener sus labios, todos, sellados- puedo pasar a narraros cualquier acontecimiento que gustéis. Simplemente dad pie y ejercitaré rauda mi pluma para divertimento de todas nosotras, a quienes os puedo llamar, en un alarde de atrevimiento probablemente impropio, mis amigas.
Atentamente:
Mlle. Corneille.
¡Ay, cuál es mi ansia por que un vizconde de prietos muslos y abundante bolsa decida desposarme y retirarme del mundanal ruido para dedicarme al solaz, al sosiego, la lectura y el bordado! Mientras tanto, habreme de conformar y seguir con mis jornadas de labor como aya si quiero tener dineros cada mes para pagarme siquiera los polvos de arroz con los que iluminar mi pálido rostro cada mañana. Bueno, pagarme eso, y algún que otro bocado que echarme a mis sonrosados labios, claro está, que aunque mi figura es estilizada y soy liviana como una sirena en el océano, reconozco que no me alimento únicamente del aire.
En fin, que tiendo a dispersarme. Céntrome: Os escribo estas letras para animaros a quienes queráis a que narréis vuestro devenir diario, alguno de entre aquellos mil y uno acontecimientos que de seguro os acontecen, en este lenguaje cuidado y lleno de metáforas, florituras, juego y travesura. Por supuesto podéis incluso usar vuestra imaginación y salpicar aquí, allá y acullá vuestro relato con detalles más rocambolescos e incluso inventados. Os animo.
Por ir abriendo boca -metafóricamente hablando, que una dama de mi condición, aunque de origen humilde, está bien educada y sabe mantener sus labios, todos, sellados- puedo pasar a narraros cualquier acontecimiento que gustéis. Simplemente dad pie y ejercitaré rauda mi pluma para divertimento de todas nosotras, a quienes os puedo llamar, en un alarde de atrevimiento probablemente impropio, mis amigas.
Atentamente:
Mlle. Corneille.
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Comentarios
Sus palabras han llegado a mí como una fresca brisa de primavera, no se imagina cuánto tiempo llevo ansiando leer por estos lares una pluma selecta y cultivada como la suya. Me he sentido terriblemente reflejada en sus palabras y ya la considero mi amiga, ¿me permite que la tutee?
Estoy segura de que tenemos mucho que compartir, dos señoritas solas en la ciudad, enfrentándonos a toda clase de retos mientras nos esforzamos por lucir hermosas y por encontrar a un caballero que nos merezca... Desde trucos para ahorrar sin dejar de vernos como las damas que somos hasta otros orientados a mantener las nalgas prietas y contentar a nuestros pretendientes.
Ansío tener noticias suyas pronto. Ésta que lo es:
Mlle. Hélène.
Quizá sea el agotamiento, que ya juega a nublar mi mente, o quizá sea este licor de pera que ando tomando casi en ayunas, y que sabe fuerte como la verga de un portugués -un velero portugués, aclaro- pero, ¿sois acaso nacida y criada en la bellísima tierra de Hispalis, aquella que tiene un olor, no sé, especial? Porque vuestro estilo de escritura diríase inconfundible...
Esta mañana la calesa que me llevaba a la Academia donde me formo en Danza y Expresión Corporal, Literatura y Arte Clásico, amén de Bordado y Protocolo y Buenas Formas, ha tenido que detenerse. Al parecer a uno de los rocines se le ha clavado una astilla en la pezuña, con lo que el cochero ha tenido que bregar con él para arrancársela. Como consecuencia de la involuntaria parada, he dejado de lado la deliciosa novela en la que ando sumergida y he bajado unos minutos a la vera del camino para disfrutar unos minutos de la paz, el sosiego y del espectáculo que la Naturaleza tiene a bien ofrecernos en estos días previos a la luminosa primavera.
Hallábame yo embebida en mi bucólico disfrute cuando me he percatado de la presencia de unos labriegos al otro lado del un pequeño y poblado vergel. Andaban ambos descamisados, sus torsos expuestos a los rayos del sol, mostrando sus amplios y fornidos pechos, a la par que exhibían sus torneados y anchos brazos cuando he sentido que el rubor se extendía por mi frágil cuerpo. Evidentemente dicho rubor se ha acrecentado cuando ambos gañanes han fijado sus atrevidos ojos en mi sinuosa figura, remarcada por las ballenas del corsé, y fíjaos que en un primer impulso, mi gesto ha sido retocarme el brillo de los labios y atusarme el pelo. A la par que el rubor, he sentido así como una sensación para nada desagradable en mi vientre y un ánimo aventurado se ha gestado en mí que me impulsaba a acercarme a los labriegos.
He recuperado la compostura al cabo de un rato y he vuelto a la calesa, pero una inquietud remueve mi alma: ¿Es acaso algún tipo de espíritu aventurero el que me ha embargado esos momentos, o se trata de algún otra causa que no termino de entender? Os lo pregunto porque quiero saber qué hacer en próximas situaciones en que me dichos términos se me presenten de nuevo.
Un abrazo de amiga de esta que lo es,
Mlle. Corneille.
Con hamor te lo digo, porque escribes chachi.
De qué coño va este hilo?
He leído su relato y he de decir que me siento altamente identificada con lo que le ha sucedido esta mañana.
Tanto una esbelta servidora como un pequeño pero selecto grupo de damas urbanitas, hemos creado una asociación para señoritas que por causas que se nos escapan al entendimiento nos sentimos atraídas por situaciones o varones que no son propios de personas de nuestro nivel.
Le invito encarecidamente a que forme parte de nuestro circulo en el que a través de ceremonias femeninas frenamos estos alientos que nos llevan claramente por el mal camino. Seguramente mi oferta le resultará interesante ya que no solamente apaciguamos nuestras vívidas almas sino que además contamos con un programa de emparejamiento por el cual podrá focalizar sus fuerzas en algo tan productivo como la búsqueda de un buen marido, que obviamente es a lo que aspiran todas y cada una de las mujeres de este gran país llamado Catalonia.
Espero con gran ansia su respuesta querida amiga.
Un cálido abrazo,
Mlle. Picselette.