Coplas a la muerte de mi barrio

edited July 2011 in Música
Cuanta tristeza produce
en alma ilusa mi barrio
Después de intentar lucirme
fruto fui del desengaño.

Por reconocerme orgulloso
de la zona en que crecí
presente cuatro canciones
y vaya hostia que me dí

Un festival de noveles
que fue así durante años
amplió sus horizontes
más allá del extrarradio

Me aguantaré y pensaré
de un modo más complaciente
que tal vez lo mejor sea
hacer lo que hace la gente
ir a ver a Celtas Cortos
y a un grupo cutre de Orense.

http://sweetq.bandcamp.com
http://www.facebook.com/pages/Sweet-Q/125137200887633

Comentarios

  • que chulo un hilo de poesía
    me encanta :)
  • La verdad es que mola mucho el hilo y la poesía que has puesto @Harrison4, supongo que es tuya. Gracias por diversificar un poco el foro!
  • Necesitaba reflejar de algún modo mi disconformidad hacia el concurso para grupos jóvenes de mi barrio, y que mejor que hacerlo poéticamente para que se den cuenta de lo que se perdieron (aunque luego cantemos en inglés, pero ese es otro menester). Animo al resto a participar activa y poéticamente en este hilo del modo en que prefieran!

    De hecho todos somos poetas mientras no se demuestre lo contrario :P


    http://sweetq.bandcamp.com
    http://www.facebook.com/SweetQTheBand
  • Pues yo vengo aquí a recomendar grandes poetas jóvenes: leed a Annie Katchinska, que es brutal; leed a Berta García Faet; leed a Uljana Wolf, a Elena Medel. Leed, porque tienen libros bestiales.
  • VERANO EN LA CIUDAD

    Estas postales de atardeceres con la cara de la reina impresa
    han ido desapareciendo sigilosamente de los estantes mohosos, mientras
    garabateábamos TE ECHO DE MENOS ES HORRIBLE en el dorso
    sin saber adónde enviarlas. O eso me gusta pensar.
    Aunque quizá hay otros cuyas rodillas se doblan en los autobuses
    cuando giran en Catford, a veces, cuando la Loca del Autobús, una
    celebridad local, gira la cabeza para aullarnos Amazing Grace,
    a nosotros, ganado ruidoso. Debe de haber otros que perciban
    las mesas de café desvencijadas por la lluvia y los lugares aislados en los parques
    donde falta alguien, que camina por una plaza recordando
    el equivalente a esa estructura en Lego. Por cierto, la mujer que vimos
    vestida de seda blanca y negra con la tristeza pintada
    sigue allí, sollozando en la esquina como si todos los huesos
    se le estuvieran rompiendo, un sombrero a sus pies brilla
    con monedas de una libra. Adondequiera que vaya oigo música de trompetas.

    Annie Katchinska (trad. Emily Roberts)


    EL CORRIMIENTO DE LA BOCA

    hacia las cuatro de la mañana
    contemplo
    el corrimiento de la boca

    se cierra la casa
    tras el último
    bostezante golpe de viento
    delgados labios como párpados

    por contra abre su garganta
    el cielo: un azul celeste
    cerca del paladar
    sobre oscuros y tensos
    arcos de lengua de los bosques

    desde la boca húmeda
    se origina la lluvia un largo
    constante aliento: como sobre
    los cilios del durmiente
    hablando para sí

    Uljana Wolf (trad. Vladimir García Morales)



    PEZ

    Nuestro plato favorito requería cierta preparación. Mi abuela abría el pescado en
    vertical, leyendo mi futuro.
    Sobre la superficie herida distribuía su relleno, con cuidado: las marcas de la muerte no
    deben infectarse.
    Mientras, ella me hablaba. Yo aún era pequeña; había vuelto del colegio, preguntaba
    qué había de almorzar, relamía mis gracias y decía:
    peces como los del verano. Por entonces hacía frío. Y al terminar de comer nos sentábamos
    juntas, veíamos la televisión juntas, respirábamos juntas cada tarde.
    Vivir era costumbre de las dos,
    y en verano me enfadaba al verla caminar
    orilla arriba
    orilla abajo:
    yo me enfadaba porque temía perderla en una ola, o que se resfriase, o simplemente
    estar lejos de ella unos minutos.
    Al volver, me sentaba en su hamaca y me ayudaba a limpiarme la arena de los pies, a
    buscar mis ceras en la bolsa, a despegarme la sal y las legañas.

    El invierno es, ahora, amable en esta casa. Al entrar he querido encontrarte tranquila,
    repitiendo tus historias, sonriendo al recordar los buenos tiempos, como
    siempre, siguiendo las costumbres de mi infancia.
    Pero ahora no estás. Las dos ya no vivimos, y el frío me agarra por la espalda y me
    golpea, recuerda tantas cosas que vuelvo a tener miedo,
    y mis ojos
    resbalan en mis manos
    húmedos
    como el pez del invierno.


    Elena Medel (en Tara)




    ELEGÍA DESDE EL SILENCIO QUE QUEDA EN EL CAMPO DE BATALLA UNA VEZ TROYA-MI-CORAZÓN QUEDA DEVASTADA

    Ahora dime, pequeña Helena de vainilla,
    inmigrante ilegal,
    sufrida inmigrante ilegal sin identidad -sólo fuerza-
    sufrida inmigrante ilegal que, para integrarse
    en la sociedad de las secretarias respetables y estudiosas
    del máster más humilde es Estados Unidos
    (por las noches
    cuando no hay amantes que exprimir ni fruta fresca)
    vestía trajes
    grises con camisas plenamente rosas
    (llorabas: cómo llorabas por el desarraigo, cómo yo lloraba,
    cómo hilabas la novela con la boca!);

    pequeña Helena, sin padre, con acento todavía,
    a estas alturas del exilio, a estas alturas, Helena,
    con la madre loca y los hermanos lejanos
    en alguna miserable isla del Caribe, pobre y visceral
    como las ratas,
    sufrida Helena devastadora en la batalla
    con los hombres en las camas (turcos, rusos, italianos);
    ahora dime,
    pequeña Helena mística y brutal,
    que todo lo cazabas moviendo rítmicamente el dedo índice,
    sufrida Helena pequeña huérfana marginada y bulímica,
    la única, la verdadera,
    la más querida,
    dime

    ¿dónde y a qué temperatura exactamente
    olvidamos que nos habíamos encontrado,
    y menospreciamos el milagro, permitiéndole desdibujarse?

    Berta García Faet (en Introducción a Todo)



    Y leed con calma a Chantal Maillard. Se aprende tanto de ella.
  • Pues la última que has puesto de Berta García Faet me ha encantado, tomaré nota también de Chantal Maillard. Muchas gracias @llamamebritney!
  • Ayns, estas cosas me tocan mucho. ¿Por qué no leo poesía?
  • @JLang Yo te recomiendo "Nightclub para alumnas aplicadas" e "Introducción a todo" de Berta. Son dos libros muy grandes. El que he puesto es una parte de un poema dividido en seis. Y es colosal.
    Y su siguiente libro (Fresa y Herida), que va a salir en breve, va a estar a la altura y va a dar un paso más. He aquí un poema (ya circulan unos cuantos por internet), que juega con "Contra Jaime Gil de Biedma" que es más grande que la vida:

    FUNDAMENTOS DEL APELATIVO APLICADOS A LA EXPLORACIÓN DE FRESAS Y HERIDAS


    “Mientras que tú me miras con tus ojos
    de verdadero huérfano, y me lloras
    y me prometes ya no hacerlo.”
    JAIME GIL DE BIEDMA



    I.

    Tú, reina de la vesania,
    idiota obsesionada con los límites y las tendencias,
    cuadriculada boba, absolutista, fanática,

    ahora vienes a mí, siempre acabas volviendo,
    siempre vienes a mí, siempre te disculpas
    vía inútiles flores, siempre vuelves a mí
    cuando ya nadie te quiere: sanguijuela, cáncer.

    Precisamente Tú-la-que-me-insulta-y-me-ataca-ferozmente
    esas noches de síntesis post-sexuales (siempre tristes),
    cuando esgrimes tercamente –de la forma más ridícula-
    argumentos crueles de extinción y ruina;

    tú, la-pobre-princesa-de-útero-rojo-hipersensible,
    la-niña-lupa, la-aquilatadora,
    precisamente Tú-emperatriz-del-romper, roedora invicta,
    heredera de la vid
    más rancia y nihilista que pudo parir la tierra:

    ¿por qué me buscas ahora, miserable catástrofe,
    lamentable parodia de mí, cuando ya te he olvidado?



    II.

    Tú, la inspectora, la necesito-hacerme-un-esquema,
    la epistemóloga que prodiga atroces inferencias;
    tú, precisamente Tú-pequeño-ciervo-que-cruza-la-carretera-tropezando,
    gusano minucioso,
    asesina,

    te pones a llover en un día ex ante de playa,
    te pones a llorar y levemente a mutar en tiernos rosas,

    y, por si fuera poco haber despellejado inelegantemente las raíces
    de la simplísima alegría, de la simplísima alegría que troceas,
    privándola de su prodigio totalitario y entero,
    buscando reducirla a límites y tendencias,

    ahora vienes a mí, siempre acabas volviendo
    avergonzada de tu afán destartalado y patológico,
    avergonzada de tu afán lamentable de lógica y limpieza;

    y tus pellejos
    en un cesto muy triste
    que quieres regalarme, y yo me niego.



    III.

    Y por última vez:
    extraña nazi, corazón mío de foxtrot,
    ¿ahora vienes a mí
    a declarar solemnemente con tu voz de fresa-valquiria y miedo
    que te has enamorado, que retiras
    los insultos, que retiras
    las barbaridades rabiosas que les espetaste
    a los buenos chicos que decían amarte?

    ¿A eso vienes?
    Tú, herida-hidra, dices que no puedes responder.
    ¿Aún no has aprendido nada?
    ¿No te advertí hace ya miles de años que la epistemología acaba con la vida?
    ¿No comprendes aún por qué extirpé con tanta urgencia
    las preguntas del mundo, niña-lenta-con-su-libreta-de-apuntes?

    Hoy, tonta, entra-sólo-hoy, y cenamos
    bajo el cielo de la inmensa posibilidad de la auto-restitución.
    Pero es la última vez: la última vez: un día
    me canso para siempre y te disuelvo
    para siempre
    en amor.


    Recomiendo también a Laura Casielles. Que tiene poemas muy chulos.
  • edited July 2011
    Me viene al pelo este hilo para recomendaros la lectura de la obra de Gonzalo Escarpa, autor con el que estoy realizando un proyecto actualmente.

    I


    Salgo de una tabaquería.
    Paseo de una acera a otra.
    Espero en un semáforo. Es-
    pero en otro semáforo.
    Soy tiempo.
    Tomo forma de hacha.
    No escupo. Paladeo
    la musculatura única
    de un verbo. Pido azúcar.
    Invento un hecho histórico.
    No resulto rentable.
    Baja mi precio en bolsa.
    Parpadeo. Corro porque me dicen que se acaba
    el capítulo en el que salgo solo, así, sentado,
    surco
    dos sauces
    secos.
    Cae sobre mi H&M.
    Desenrosco mi nuez. Garabateo.
    Tristes pasan las tristes
    procesiones.
    Me nace una cabeza que te piensa.
    Desde lejos, parece que me acerco.
    Me quedan anchas las desigualdades.
    Pregunto una pregunta que me asusta,
    baja del cielo la palabra hielo
    y esto de ser (esto del ser)
    me sigue sorprendiendo.


    II


    En el tren, justo enfrente de mí,
    una pareja de Madrid conversa
    sobra la conveniencia de pintar
    la mesa del despacho
    de naranja chillón.
    Ella opina que sí.
    Él no está convencido.
    Ella lleva un anilllo
    Muy estrecho, de oro,
    sin adornos.
    Él
    también.
    Él dice muchas veces: ”Por supuesto”

    Buscan un nuevo rojo: Rojo
    China.
    Han comprado revistas
    muy especilazadas: “Casa al día” y
    “Mi Casa”.
    Arreglan el salón, el despacho,
    el cuarto de Javier.
    Son serios y ordenados.
    Imagino que follan
    sin demasiada imaginación,
    porque a ella le parece
    excesivo definitivamente
    poner luz verde clara
    en el salón.
    “Una casa no es una fiesta del arco iris”,
    dice.
    Él prefiere papel en la pared del cuarto de invitados.

    Él lleva gafas.
    Lo más seguro es que le guste que le azoten,
    Ponerse ropa de ella
    Y los relojes caros, con cronógrafo.

    Yo me sientoy les miro.
    Hablan de Johansson
    y de lipoescultura.
    Se abrazan, juegan, son
    felices con su idea
    del trabajo, con su
    seguridad, su casa, sus revistas.
    Leen juntos el artículo
    “Diez claves para no retener líquidos”.

    A él le sobran unos 14 kilos,
    ella ha ido a tres sesiones de depilación láser.
    Tiene las piernas largas y bonitas.
    A veces las enrosca
    alrededor del cuello de su hermana
    y se comen el coño hasta la extenuación.
    Él no lo sabe aún,
    pero le encantaría verlo y masturbarse
    y meterse dos dedos en el culo.


    Mi pie acaba de tropezar con el de ella.
    Me ha sonreído amablemente.
    “Perdón”. “No pasa nada”.

    Él está escribiendo algo en su iPhone.
    Tose. Está pensando
    en su pequeña amante de 12 años,
    en si no habrá empezado alguien a sospechar,
    en sus pechos pequeños,
    en su boca de frío.

    Lo acaban de decidir:
    los muebles del jardín,
    seguro,
    coloniales.

  • @llamamebritney soy FAN total desde ya tuya. No conocía ninguno de los autores que has puesto y me han encantado! Yo no sé mucho de poesía pero me gustan Ángel González y sobre todo Cristina Peri Rossi. Este es su poema Messenger:

    Era viernes a la noche
    una semana sin vernos
    sin hablarnos
    un resentimiento
    una melancolía
    no teníamos hijos que en el futuro
    pudieran reprocharnos el maltrato
    la indiferencia el rencor
    A las doce de la noche me metí en el messenger
    con la esperanza de encontrarte por casualidad
    te encontré
    entonces me dio un ataque de celos
    ¿con quién estarías comunicándote por messenger
    a las doce de la noche de un viernes solitario?
    Me enviaste un hola
    te contesté un hola
    me preguntaste cómo estás
    te dije que bien
    ¿qué iba a decirte?
    entonces te dio un ataque de cólera
    querías que estuviera mal
    por lo menos tan mal como estabas tú
    posiblemente yo estaba peor pero no me quejaba
    -el dolor es la emoción más fuerte,
    más que la ternura la caridad la piedad o la ilusión-
    sabía perfectamente que no me ibas a perdonar esa respuesta
    nunca en la vida (estar bien)
    comenzó el bombardeo
    tú estás bien y yo aquí mal
    así eres tú
    ya me has olvidado –dices-
    una semana y ya estás con otra –dices-
    (si estuviera con otra ¿para qué iba a entrar al messenger?)
    tres años y medio de amor no te valen para nada
    me has arruinado la vida
    me la has desgraciado
    siempre supe que iba a ser así
    con lo que yo te cuidé
    te cuidé la pierna atropellada
    te cuidé el hígado enfermo
    así me lo pagas –dices-
    (¿dónde había escuchado antes ese guión?
    En la vida, estúpida, en la vida,
    la vida es una pésima guionista)
    Te recordé que fuiste quien se marchó de mi casa
    siempre te estás yendo
    y cuando te vas, aliviada, luego de haber follado
    si me muero de dolor de pena o de algo
    no puedo contar contigo
    pero contaste conmigo cuando tenías la pierna rota –dices-
    es verdad te lo agradecí muchísimas veces
    no sabía que había contraído una deuda tan grande
    -no tienes sentimientos –dices-
    en un recurso que se llama proyección
    del que nada sabes más que el uso continuado
    -esto demuestra lo que eres
    lo poco que te importan tres años y medio de amor
    yo estoy aquí volviéndome loca
    y tú en el messenger comunicándote con otra-dices-
    te recuerdo que cuando entré al messenger ya estabas conectada
    -te estaba buscando
    te mandé un mensaje diciendo te echo de menos-contestas-
    no me extraña que me eches de menos
    lo raro sería que fuera yo quien te echara de menos
    ¿no tienes ningún buen recuerdo de estos tres años y medio? –me dices
    claro que los tengo pero a veces los malos los ocultan
    entonces desapareces del messenger súbitamente
    te vas sin una palabra
    y yo comprendo que es tu vengancita
    ahora soy yo quien no puede dormir
    tú roncarás satisfecha
    Esto es el amor
    señores y señoras
    un manicomio para dos personas
    y algunas otras que aparecen o desaparecen
    pero sin jefe.
  • Ah, otra que he recordado ahora, Julia Prilutzky:

    Alguna vez, de pronto, me despierto...

    Alguna vez, de pronto, me despierto:
    Un dolor me recorre tenazmente,
    un dolor que está siempre, agazapado,
    por saltar, desde adentro.
    Entonces tengo miedo.
    Entonces, me doy cuenta que estoy sola
    frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
    lleno de mis imágenes,
    de rostros polvorientos.

    Estoy sola, pero siempre estoy sola:
    Es lo único cierto.
    El amor era un huésped,
    la soledad es siempre el compañero
    que permanece al lado, inconmovible.
    Lo único seguro, verdadero.
    Oigo mi corazón, vieja campana
    que dobla y que golpea,
    que rebota en las sienes y en la nuca
    y en la boca y los dedos.
    Es cierto, tengo miedo.
    Miedo de no poder gritar, de pronto,
    de que ya sea demasiado tarde
    para un ruego.
    La costumbre ahoga las palabras
    y alarga el desencuentro.
    Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
    perdidas, sin recuerdo,
    tantas palabras que no fueron dichas,
    tantos gestos.

    Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
    fue una ardiente rebelde,
    se desolló las manos y la vida
    por defender los que creyó más débiles.
    Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
    era dura, malévola,
    avara de ternura, con la boca
    mostraba su desprecio.
    Alguien dirá: Y cómo sonreía...
    Qué importa
    lo que vendrá después del gran silencio.
    Claro que tengo miedo.
    Así, en la madrugada
    mientras algún dolor -un dolor, siempre-
    va hincando sus agujas en mi cuerpo,
    abro las manos en la sombra dulce
    para atrapar mi soledad, de nuevo,
    y me quedo a su lado, sin moverme,
    con los ojos abiertos
    la vida detenida.
    Toda mi sangre es un temor inmenso.
  • @Caliope: sí a Ángel González, sí a Peri Rossi.
    Uno precioso de Laura Casielles, que sale en Los idiomas comunes:

    CREDO

    Que cuando tengas tu mano
    sobre otra mano,
    allí estarán mis manos, y cuando tengas
    tus labios
    en otros labios
    allí estará mi boca,

    y en tu ansia,
    allí mi grito,

    que cuando tengas
    tu amor
    en otra hambre,
    alli estará mi nombre,

    que cuando tengas
    miedo,
    allí estará mi calma,

    y cuando
    calma,

    allí mi fe.
  • Por qué estos hilos tan buenos pasan desapercibidos? Me apunto absolutamente todo.

    que bueno fue julio de 2011.
  • Y esta es la muestra de que el talento al final se verá recompensado. Sin necesidad de salir en la tele ni tener un espacio en Playground

    Sólo yo sé cuándo sobrevivimos.

    Lo sé porque mis dedos
    se transforman en lápices de colores.
    Lo sé porque con ellos
    dibujo en las paredes de tu casa
    mujeres con rostro de epitafio.
    Porque, a la caricia de la punta,
    comienza el derrame de los cimientos
    formando arco iris en la noche.
    Porque, al escribir testamentos
    en el suelo, se remueven las vísceras
    de azúcar, y trepan tus raíces.

    Grabo versos de colores fríos
    en tu piel, de arquitrabe a basa,
    y les llueve y los diluye, y compruebo
    que la lluvia suena como hacen al caer
    las canicas brillantes y naranjas
    que cambiaba en el patio del recreo,
    poco antes de calzar mi primer bikini.

    Hoy guardo las canicas, como un apagado
    tesoro, en los huecos de otras espaldas.

    Pinto también en la terraza de enfrente
    un jardín de lápidas cálidas y hermosas.
    Trazo como una medusa de bronce,
    un paraíso de cadenas hendiendo en mantillo
    el valle diminuto que proclama que es frágil
    y sin embargo, dirás tú, sobrevive.


    Elena Medel. GRANDE.
  • edited May 2014
    oops, me he equivocado
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