Volvieron el rock, el soul, el disco o el acid, los indies se hicieron folkies, el hip-hop fue el nuevo pop, DFA triunfó, bailamos reggaeton con un ojo pegado en África y, sobre todo, todos los estilos se dieron la mano en la primera década del siglo XXI.
En su segundo disco en solitario tras la disolución de Moldy Peaches, Adam Green se rió del folk haciendo folk, ahora sin el lo-fi característico de su banda anterior.