Por fin alguien ha entendido que los 80 no sólo consistían en salir al escenario con unas mallas rosas, laca y hombreras a cantar unos temas supuestamente divertidísimos y desenfadados. Desde luego que los seguidores de C-86, los Smiths o Aztec Camera lo sabían muy bien, pero el synthpop llevaba un tiempo devaluado, quizá por el exceso de propuestas, todas iguales. Nadie duda de que Little Boots, Frankmusik y hasta Sam Sparro han dejado algún hit suelto histórico, pero faltaban ideas nuevas y diferentes. Hurts, el ex misterioso dúo que lleva sonando más de año y medio por webs, blogs y redes sociales, sin realizar una mezcla tan excitante de sonidos como The Tough Alliance, ahora ceo, resulta de lo más interesante por haber tenido la ocurrencia de reivindicar algo tan completamente fuera de onda como la balada.
En la última década, desde la era electroclash a la era multimillonaria de La Roux, miles de grupos, literalmente, han reivindicado a Depeche Mode como influencia. Pero casi todos han centrado sus fuerzas en imitar más ‘Just Can’t Get Enough’ y menos ‘A Question of Lust’ o ‘Home’, a pesar de que estas también son dos de las mejores canciones de Martin L. Gore.
Hurts, que cuentan exactamente con dos canciones bailables entre las once que componen ‘Happiness’ (han sido listos porque además así el single ‘Better Than Love‘ parece incluso mejor de lo que ya es), se han centrado en el componente místico, trágico y siniestro que arrastraba parte del movimiento neo-romántico (lo dice la propia palabra) desde finales de los 70 y principios de los 80. El título del álbum habla de «felicidad», pero los ambientes y las letras hablan de todo lo contrario en temas como ‘Blood, Tears & Gold’ o ‘Evelyn’. Un juego tan agridulce como la melodía de ‘Enjoy the Silence’.
Hay, por supuesto, un fuerte componente religioso en el tipo de vocabulario (‘Illuminated’, ‘Devotion’) y en las maneras pulcras casi monacales de sus integrantes, y al mismo tiempo una buena dosis de desencanto adolescente en sus letras, el mismo que forraba carpetas con fotos de Platón hace 20 años (citan la balada italiana de la época como influencia). Un inteligente arma de doble filo que se engrandece aún más con esa inesperada pista sorpresa que nos hace preguntarnos dónde termina su aparente sufrimiento y dónde empieza la ironía. Aunque no es que nos importe mucho.
Calificación: 8,5/10
Lo mejor: ‘Better Than Love’, ‘Wonderful Life’, ‘Stay’, ‘Blood, Tears & Gold’.
Te gustará si te gustan: las baladas de Depeche y de finales de los 80 y principios de los 90, Sade, Roxy Music
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