Eels / Wonderful, Glorious

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Eels / Wonderful, Glorious

Salvando mucho las distancias, a Mark Oliver Everett le pasó lo mismo que a Green Day y su reciente trilogía con ‘Hombre Lobo‘, ‘End Times‘ y ‘Tomorrow Morning‘, los tres álbumes que sacó entre 2009 y 2010: en vez de concentrar su mejor material en un solo LP, decidió esparcirlo entre numerosas canciones que, sin ser relleno puro y duro, simplemente pasaban del aprobado y poco más, resultando en una serie de discos disfrutable, pero a la que cuesta volver teniendo obras más sólidas como ‘Daisies Of The Galaxy’ (2000) o ‘Shootenanny!’ (2003) a las que acudir. Tal vez intentó reproducir en tres discos lo que logró en el brillante y mastodóntico ‘Blinking Lights and Other Revelations’ (2005), pero hay momentos en la carrera de un artista en los que se goza de un torrente inacabable de inspiración (como fue aquella etapa) y otros en los que las musas se resisten un poco más, y es en esos momentos en los que hay que saber tomar las decisiones correctas y ofrecer al público algo que esté a la altura de una carrera tan destacable como la de Eels. Si eso ha de ser un álbum breve y conciso, que así sea.

Con aquella trilogía en la que cada parte ofrecía una faceta de la producción musical de Everett, dividiéndola entre el rock garajero de ‘Hombre Lobo’, el intimismo folk de ‘End Times’ y la electrónica de ‘Tomorrow Morning’, se volvía a echar de menos un álbum clásico del artista, en el que mezclara estos tres elementos conformando una obra excitante y de gran variedad. Es cierto que en el primer volumen había espacio también para el intimismo, pero faltaba esa sensación de mixtape que ofrecía años atrás con sus primeros discos.

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Pues bien, para aquellos que querían un álbum tan conciso y cargado de hits como variado, aquí llega ‘Wonderful, Glorious’, lo nuevo de Mr. E, para poner las cosas en su sitio y callar muchas bocas. La letra de ‘Bombs Away’, corte que abre, es precisamente una declaración de intenciones: “He sido sigiloso como un ratón en una iglesia / yendo de puntillas donde quiera que fuera / Me he cansado de ser complaciente / me he cansado de ser un ratón / no me pienso callar más” y en ella, así como en ‘Kinda Fuzzy’, el segundo tema, podemos apreciar un cambio en el sonido, una vuelta a su estilo de producción de los años 90, con guitarras sucias, elementos electrónicos y baterías que suenan como si de una base de un tema de rap se tratase. Tras el sinuoso primer corte y el ataque sonoro del segundo, cambiamos de ambiente con ‘Accident Prone’, tranquila y sencilla, con poco más que una guitarra, un bajo y la voz de E. Había que calmarse, porque acto seguido llega ‘Peach Blossom’, el estupendo single, con un potente riff y una letra que hace preguntarse si Mark hace mención a alguno de sus amores de juventud, relatados en su autobiografía. De nuevo, los teclados nos recuerdan a las atmósferas de ‘Beautiful Freak’ (1996) o ‘Electro-Shock Blues’ (1998).

Con una disposición similar, el álbum prosigue con el intimismo de ‘On The Ropes’ y ‘The Turnaround’ para volver a la energía en ‘New Alphabet‘ y la bailonga ‘Stick Together’, que es una nueva muestra del gusto de Everett por mezclar rock and roll clásico con otro tipo de sonidos. Tras ésta, nos encontramos con la balada ‘True Original’, una de las canciones más bonitas y melancólicas del álbum y probablemente de la carrera de E. Si en ‘Peach Blossom‘ hablaba con entusiasmo sobre el amor hacia una chica, la tristeza que supone aceptar el rechazo o el mero hecho de que esa chica jamás podrá estar contigo domina una letra sobrecogedora en la que el enamorado dice que sólo quiere que esa chica sea feliz aunque no sea a su lado e incluso que preferiría recibir un balazo antes de que la víctima fuera ella. Historia clásica pero siempre efectiva.

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Si sacábamos a relucir el asunto del relleno al hablar de los tres anteriores discos de Eels, esa idea queda totalmente desterrada aquí. Nada, ni un solo tema está fuera de lugar ni muestra signos de falta de inspiración. Todo lo contrario, con ‘Wonderful, Glorious’ vuelve el mejor Mark Everett, el que te hace bailar enloquecidamente y emocionarte en cuestión de minutos, el que con una melodía sencilla logra reconfortarte. Su talento nunca se ha ido, simplemente ha estado un poco difuso en los últimos años, pero si quiere sacar otro discazo, va y lo hace, y los coros souleros del tema titular que cierra el disco nos lo recuerda: maravilloso, glorioso. Otra vez más.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Peach Blossom’, ‘True Original’, ‘Kinda Fuzzy’, ‘Bombs Away’, ‘New Alphabet’, ‘Stick Together’, ‘Wonderful, Glorious’.
Te gustará si te gusta: tanto los Eels de los 90 / 00’s como los más recientes
Escúchalo: Deezer

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