«− ¿Cómo es que la mayoría de tus canciones son tristes?
− (…) Unas cuantas son tristes, son desesperadas (…). Y el resto, no son tristes. Son tal y como son las cosas. Reconociendo la tristeza puedes apartarla y sentirte feliz por ser feliz… a veces.»
Este es un extracto de una entrevista a Townes Van Zandt recogida en el documental ‘Be Here To Love Me‘, sobre el fascinante y seminal cantautor norteamericano, que Meg Myers utiliza como puente en ‘Motel’, el primer corte de su álbum de debut, ‘Sorry’. Esa aplastante contradicción es una inmejorable forma de explicar el enfoque de la música de esta cantante y compositora de Nashville, que va de lo áspero a lo dulce con gran soltura. Sensaciones contrapuestas que, igualmente, se trasladan a unas letras en las que el amor más desesperado y el odio más furibundo conviven en una línea finísima.
Pese a haberse criado en una de las cunas de la tradición musical norteamericana, Myers está lejos de Van Zandt en lo musical. Como ya sabíamos por canciones de su primer EP aquí recuperadas como ‘Desire’ o ‘Make A Shadow’, Meg opta por un rock intensificado con poderosos guitarrazos, aliados con una peculiar voz que, también, oscila entre el subyugante susurro y el alarido helador. Un recurso muy noventero que la emparenta directamente con Garbage o las primeras Tori Amos y Fiona Apple, una especie de lado oscuro de lo que propone Charli XCX. En un par de años, ya ha conseguido crearse un nicho propio, algo no tan común estos días.
En el largo, la fórmula vuelve a funcionar estupendamente en cortes como el citado ‘Motel’, los muy rotundos singles ‘Sorry‘ (un verdadero grower) y ‘Lemon Eyes‘, o una ‘A Bolt From The Blue’ más sofisticada que no desentonaría en el repertorio de Sky Ferreira. ‘Sorry’ flaquea levemente en los momentos más reposados, ‘Parade’ y ‘Feather’, más convencionales de lo que cabía esperar de ella, aunque el medio tiempo con chelo (aquel instrumento fetiche en el indie rock de mediados de los -sí- 90) ‘I Really Want You To Hate Me’ muestra que, si se lo propone, también sabe ser dañina cuando el tempo aminora. Su letra («de verdad quiero que me odies, que descubras que soy resentida y estoy cabreada, que no soy una madre para tus hijos») es otra buena pieza de esa virulencia sentimental que tan bien maneja Myers y que le ha permitido construir ese personaje de amante loquita y peligrosa que la lleva a secuestrar maromos, a ser poseída (sexualmente) por inquietantes fantasmas o a ser magullada por peluches. Aunque imperfecto, ‘Sorry’ («not sorry», dan ganas de añadir) es un fantástico punto de partida para una artista atípica que aún tiene espacio para crecer en muchos sentidos.
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Sorry’, ‘Desire’, ‘Lemon Eyes’, ‘A Bolt From The Blue’.
Te gustará si te gusta: Alex Winston, Garbage, la primera Tori Amos.
Escúchalo en: Spotify.