Todo vendido con días de antelación para el concierto de Las Bistecs en Madrid presentando su debut ‘Oferta‘. Gente preguntándote por WhatsApp si de verdad, de verdad, se han agotado las entradas y no se puede conseguir una. Segunda fecha ya añadida en unos diez días con venta a buen ritmo. Desde que el dúo apareciera en el programa de Alaska y Segura, ‘HDA’, más conocida como ‘Historia del arte’, no ha dejado de rular y luego lo han hecho otros temas como ‘Señoras bien’ o ‘Cosas negras’, grabando estribillos tan improbables como «móvil, cartera, tabaco, llaves» en la imaginería popular. Salir de casa nunca ha vuelto a ser lo mismo desde entonces.
Hasta ahora habíamos visto a Carla Moreno y Alba Rihe en un formato jugoso: un show de 15 minutos solo con sus 4 canciones conocidas. El reto era comprobar cómo se sostendría un concierto completo de «electro-disgusting» y si el grupo tiene repertorio para ello. La respuesta es «sí» y además, sin contar con la producción de la gira de Beyoncé o la de Major Lazer, han ideado un par de chorradas con las que entretener al público durante 60 minutos.
Nada más salir, doblaron ‘Cosas negras’, mitad a capella, mitad versión de estudio; en segundo lugar sacaron banderas con las palabras «DJ Bicha» para celebrar el que parece su nuevo hit inminente; lanzaron globos gigantes durante ‘Universio’; proyectaron vídeos e imágenes alternativas; hicieron un playback porque es «donde se sienten más cómodas» y, lo que es más, programaron un par de interludios con canciones como ‘Pelo’ para en ellos cambiarse de atuendo tras unos biombos que proyectaban sombras chinescas; y ahí sí que sí consolidaron su estatus de divas. Aunque sea «divas proletarias», como se autodenominaron anoche: cuando ya divides tus conciertos en bloques como las grandes es que algo bueno definitivamente has cocido.
No fue todo tan divertido como suena. Sí, el OchoyMedio se vino abajo cuando sonó ‘HDA’ a mitad del set y cuando volvió a sonar como bis final (como ha de ser) tras la que parecía la última canción -la gran ‘Caminante’- y el primer bis de ‘Ano’… pero faltó algo. Igual algo de gracia entre canción y canción más allá del manido «no sabemos cantar, no sabemos bailar». Definitivamente un poco más de chispa y conexión con un tipo de público que igual prefiere escuchar «Odiamos Madrid» -como alguna vez dijeron en su momento Astrud mientras la gente se tronchaba-, que cosas en la línea de «Gracias, Madrid» aparentemente en serio. Igual son ganas de rizar el rizo. Pocos grupos con un solo disco cuentan con un setlist tan vibrante y está claro que es imposible aburrirse durante lo suyo. Acaban de llegar y ya hasta tienen nombre para sus seguidores: entrecots, los (nos) llaman. Ahí queda eso. 7,5.
Fotos: Patricia Blas.