Sin embargo, hay algo que separará siempre a Single del pop. Y cuando digo pop me refiero, desde luego, al pop de Fangoria o La Buena Vida. Muchas veces no he entendido las razones por las que La Casa Azul o Ellos no tienen ni un miserable disco de oro. Pero sí entiendo perfectamente las razones por las que Single probablemente nunca conseguirá uno. Puede que eso sea una virtud, una opinión o que ellos lo hagan a propósito, pero hay cierta desestructura, atonalidad o disonancia en sus canciones que las hace sonar lánguidas, difíciles y extrañas, incluso para oídos relativamente inquietos. Tal y como todos los proyectos de sus protagonistas.
‘Pío Pío’, para mí la segunda mejor canción del disco, sirve como ejemplo. Me encantan los 2 primeros minutos exquisitos y bailongos de easy listening y hip-hop, no me pega nada con la canción la primera estrofa, y en cambio, el rap de después me encanta. ‘Quiero estar contigo’, que podría haber sido un tema de Vainica Doble, incorpora tanta petulancia electrónica que la canción prácticamente desaparece. Por el contrario, otras pistas como la divertida ‘Tu perrito librepensador’ (¡a ver quién se resiste al minuto final!), ‘Señor Invierno’, la recuperación de la canción para Tamara y el single ‘Honey’, el que será el último diseño de Javier Aramburu o la colaboración de la ex cantante de Le Mans justifican la presencia de este disco en las listas de lo mejor de 2006 (y quizá de la década), donde estará seguro por su conjugación de pasión y cerebro, de clasicismo y experimentación. 7.