Después del ‘No Promises‘ -aquel disco que horrorizó a tantos, aún no entiendo por qué- Carla Bruni vuelve a los inicios de su carrera musical, a la desnudez de un piano o una guitarra sin más adornos que su voz, aunque también ha jugado bien las cartas en algunos temas más instrumentados. Una vez superada la medianía del single ‘L’amoureuse’ encontramos canciones que ganan puestos por momentos en el ránking de la genialidad.
Este disco, más que nunca en Bruni, suena a retro. Suena a chanson (‘La possibilité d’une ile’, ‘Salut Marin’) y a canción de autor de los 70 (‘Ta tienne’, ‘Le temps perdu’). Huele a folk en ‘Tu es ma came’, en ‘L’antilope’ y en la versión del clásico ‘You Belong To Me’ de los magníficos King, Stewart y Price. Bonitas sin exageración resultan ‘Notre grande amour est mort’ y ‘Je suis une enfant’. Y algunas están para quitarles aproximadamente la mitad del minutaje como ‘Péché D’envie’ (con la colaboración de Raphaël Enthoven, quatre consonnes et trois voyelles) o ‘Ma jeunesse’ (ésta de la «mayonesa» sólo me hace pensar en ensaladilla rusa por razones obvias) que no es que estén mal, pero en formato popema ganarían mucho-mucho. Eso por no hablar del estropicio experimental de, otra versión, ‘Il vecchio e il bambino’. Por suerte, existe ‘Déranger les pierres’, tema que roza esa genialidad de la que hablábamos y te revuelve las entrañas de esa forma que sólo Carla Bruni puede conseguir, aunque en este caso, las glorias las comparte con Julien Clerc.
Un disco para escuchar con calma, que alivia y entretiene y que, definitivamente, vale la pena tener, aunque sea para ver la frase en la que dedica el disco a su marido. A estas alturas de la peli sólo puedo decir: ¡qué arte la Bruni!
Calificación: 7,8/10
Temas destacados: ‘Déranger les pierres’, ‘La possibilité d’une ile’, ‘Tu es ma came’
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