Otro karaoke es posible

Qué envidia nos ha dado enterarnos de que el mes que viene se celebrará en Nueva York un súper karaoke indie en el que Ted Leo & The Pharmacists tocarán los instrumentos. La fiesta, organizada por NY Mag, también incluirá un set suyo pero eso es lo de menos. Lo de más es que la fiesta es habitual y Of Montreal y The Thermals ya han hecho antes de bandas orquesta. Andrew WK se encargará de presentar el próximo evento, que tendrá lugar el 3 de diciembre en Brooklyn y la verdad, qué ganas dan de exportar la idea. ¿O aquí las hemos tenido mejores?

La fiesta va un poco preparada, se organizan concursos anteriormente con peticiones del público y, como es lógico, la banda tiene que tocar canciones que se sepa, por lo que la lista de peticiones es un poco limitada. Pero a pesar de las imperfecciones la gente va a estos eventos preparada para darlo todo, como este chico que queremos creer que sabía que, al ir así vestido, le iban a sacar a cantar su canción favorita de David Bowie.

No es la canción más conocida de Bowie pero de eso se trata la cosa. Para escuchar cómo la gente afina a la perfección cantando hits que salen en ‘Operación Triunfo’ ya tenemos cualquier karaoke de barrio. El equipo de JNSP, que siempre ha sido muy de ir a estos sitios, sólo ha podido desahogarse a gusto en países como Japón, donde los karaokes se celebran a puerta cerrada en una sala con amigos y con miles y miles de canciones donde elegir. En el resto nos ha pasado que:

-pedimos una canción «rara» de la lista (léase ‘Common People’ de Pulp) y no nos han llamado
-nos cortan el micrófono porque cantamos mal
-nadie nos aplaude cuando terminamos como a los demás.

No obstante, aunque no es la tónica habitual, hemos conocido karaokes aislados que sí son interesantes. Austrohúngaro, a finales de los 90, principio del silgo XXI solía organizar karaokes en las fiestas Sonajero o de Fin de Año, en los que sólo podían cantarse temas de su sello. También organizaron un karaoke de Momus cuando Momus vino de gira.

Más popular y recientemente, las fiestas Anti-Karaoke en el Sidecar de Barcelona cada lunes y en la Sala Sol el último miércoles de cada mes, han cosechado un gran éxito. Y no nos extraña, porque la idea es muy buena. Sin embargo, echando un ojo a las canciones que se pueden elegir, con bastante heavy y canciones que parecen ser consideradas kitsch, pero al fin y al cabo aparecen en un karaoke normal (Madonna, Abba), parece que triunfan más por una cuestión de actitud, gamberrismo e ironía que de repertorio.

Hay que patentar ya la idea. Queremos un karaoke en el que podamos cantar lo mismo una canción de Family que una de Jens Lekman que una de Klaus & Kinski, Triángulo de amor bizarro, Feist, Goldfrapp o M.I.A. Promotores, animaos, que nos hacemos viejos.

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JNSP