Papá Topo! o «Necesito un grupo al que odiar»

Papá Topo! sacarán un vinilo de dos canciones editado por Elefant a medias con Guatafán. Ya en 2010 Elefant publicará un CD single con otros temas y para el álbum, aún habrá que esperar. El grupo toca el 11 de septiembre en el Cultura Club de Palma, el 19 de septiembre en el Pop Bar de Razzmatazz, Barcelona, y el 24 de septiembre en el aniversario del Ocho y Medio en Madrid. Si este verano no te has conectado a internet te has perdido uno de los fenómenos más fascinantes de los últimos tiempos. Nunca JENESAISPOP había generado tal número de clicks con un grupo sin disco. Más de 3.500 personas, suficientes para llenar La Riviera, produjeron más de 4.200 clicks para debatir si molaban o no. Y es que si vuelven los 90, para lo que se conoció tontamente como tontipop, también.


Corría el año 1993 cuando La Buena Vida cantaban sobre «peces de colores» y «flores» sin el tono amargo que tomarían sus canciones luego ni la ironía intelectualizada de Le Mans. Unos años después, alrededor de 1997, Los Fresones Rebeldes publicaban su primer single en Spicnic y después su primer largo en Subterfuge. Universal apostaba por los Meteosat de «Vilma, ábreme la puerta» y Sony por las Nosoträsh que cantaban ‘Voy a aterrizar’. Nacía un movimiento inspirado en el hedonismo sesentero animado por el relativo éxito del último rock español independiente (‘Chup chup’ arrasaba vía ‘Historias del Kronen’, ‘David y Claudia’ de Los Planetas sonaba en 40 Principales), muy presto a las letras intrascendentes sobre melodías perfectas y pegadizas. La presencia de guitarras era secundaria.

La edición de ‘Lujo y miseria‘, antesala de todas las joyas de Austrohúngaro (Les Biscuits Salés, Chico y Chica, Hidrogenesse, Alma-X, Astrud), y el éxito instantáneo de La Casa Azul un par de años después confirmaban la tendencia a medida que los debates en Spanishpop, creado por el mismo Nacho Escolar de Meteosat, luego en Escolar.net y Público, en el IRC o en los foros de internet, sangraban. La guerra estaba declarada entre fans y detractores del nuevo fenómeno, que unos llamaban ñoñipop de manera despreciativa mientras otros aceptaban la denominación con cariño y resignación. Algunos comentarios eran violentos en contraste con el mundo de rosa que nos vendía la mayoría de estas bandas (cómo olvidar uno tan traumatizante, que decía algo así como: «No me puedo creer que alguien con pelos en el pubis pueda estar cantando estas tonterías»), pero el debate enganchaba a todos, dejando siempre estelas kilométricas de mensajes y mensajes.

A finales de los 90, las divisiones españolas de las multinacionales irían dejando de apostar por el indie español, al no obtener los resultados esperados. La Casa Azul se quedaría casi en solitario al frente del orgullo pop, incrementando progresivamente su base de fans, mientras se desarrollaba una corriente electropop alrededor de 2002-2004, que dejaría pocas cosas interesantes (Niza, Cassino, Galáctica, Cola Jet Set, L-Kan, La Monja Enana) entre un montón de morralla. No era sólo que la propuesta de Astrud e Hidrogenesse hubiera estado siempre intelectualizada, con referencias a Lynch o Pasolini, era que en la mayoría de los casos, las letras, de tan querer ser provocativas, empezaban a resultar aburridas y predecibles; las producciones en el estudio, desde luego carentes de la cultura musical de Guille Milkyway. Casi todo palidecía en comparación.

El fenómeno se desinflaba. Hasta hoy. Papá Topo! toman el relevo del pop más pegadizo e inofensivo de los 90, pero sin que su fondo musical resulte pobre. Aparte de ‘Oso Panda’ y un par de rimas tontas, el grupo cuenta con el encanto de no alcanzar la mayoría de edad y, sobre todo, con unas influencias muy variadas y bien aplicadas, que van desde el synthpop al punk pasando por los 60. Es un grupo diciendo tonterías, pero vuelve a notarse que detrás hay algo más. Su música entusiasma a parte del público y a la otra parte la repele. Al final da la impresión de que, después de unos años de descanso, el pop español, y casi la sociedad española no sería lo mismo sin un grupo de estas características al que alabar… o sobre el que despotricar. Gusten o no gusten, parece que todo el mundo necesita que existan por igual.

Podéis escuchar a Papá Topo! en su MySpace.

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