Como es normal, a Mika le encanta hablar de su nuevo disco, ‘The Boy Who Knew Too Much’, puesto a la venta hace pocos días. Afirma sentirse «liberado tras el resultado» y asegura que cree que refresca su carrera. «Es similar al primero en muchos aspectos, pero es diferente en lo esencial. He demostrado que aunque siga atraído por las melodías y por mi estilo naíf al más puro estilo de Tim Burton, soy capaz de explorar otros. Espero que estos se contradigan a lo largo y ancho de mi carrera, porque creo que quienes no se contradicen son tremendamente aburridos. No sé en qué dirección iré, pero quiero tener la libertad de ir donde quiera, a pesar de las modas».
El primer single de Mika, ‘We Are Golden’, no ha ido mal pero tampoco estamos frente a un ‘Relax’, y mucho menos frente a un ‘Grace Kelly’. Ni el single ni el álbum han alcanzado el primer puesto en la lista de ventas de UK, como hizo en su día ‘Life In Cartoon Motion’. Sin embargo, Mika no se arrepiente de su elección. «‘Rain’ es un single más comercial, lo sé desde el principio. De hecho está en los tops de descargas, lo que demuestra que si no das a la gente lo que quiere, ellos mismos irán a buscarlo. Aunque ‘Rain’ es más comercial, ‘Blame It On The Girls’ [nota del editor: el single que había lanzado justo esa mañana] también lo es. Sin embargo yo quería representar este álbum con algo que borrase todo lo anterior, aunque fuese más flojo. ¡Claro que quiero un número uno! ¡No soy idiota! Pero creo que discográficas y medios de comunicación están obsesionados con los números. Ahora mismo estoy en el Top 10 de descargas digitales de todos los países, y esto me da una posición ventajosa con mi discográfica a la hora de tomar ciertas decisiones».
Durante la rueda de prensa, a nadie se le escapa el parecido que ya comentamos en JNSP entre ‘We Are Golden’ y ‘Heaven Is A Place On Earth’, que es evidente para todos y, de hecho, lo hemos estado comentando antes de entrar en la entrevista. Mika, sin embargo, niega categóricamente. «Creo que la armonía se parece mucho, pero en esencia, la letra, la estructura… son diferentes. Sólo me han preguntado esto en España, creo que fue un artículo español el que comentó el parecido. En el resto del mundo nadie lo ha hecho, así que imagino que no es tan evidente».
Tampoco se escapa nada al respecto de sus recientes declaraciones sobre su opción sexual, que siempre salen como tema y suele salir sale bastante bien parado. «Es la obsesión de los medios con las etiquetas. Como artista no tengo etiquetas, mi música tampoco. Estoy obsesionado con el género, la identidad, la sexualidad. Ser etiquetado fue parte de mi adolescencia, pero en este momento sólo diré que nunca me he limitado en mi vida de ninguna forma. Ni en con quién salgo, con quién duermo o he dormido, con quién he follado o -lo que es más importante- de quién me enamoro. No tengo vergüenza, no tengo miedo ni me intimida cultural ni éticamente, porque eso no significa nada para mí».
Del mismo modo, es obligada la pregunta sobre sus letras tristes y sus melodías alegres, al más puro estilo de La Casa Azul. «Combinar algo oscuro con algo que dé sensación de esperanza es interesante. Ambas emociones son planas de por sí, pero juntas son mejores. También hablo de cosas cotidianas que no le importan a nadie, y la música me ayuda a llevarlas a un universo de hiperrealidad en el que todo se exagera. Es como recuperar la forma que tenía de reaccionar cuando era un niño o un adolescente».
Esperamos que se acordase de esta respuesta en su paso por ‘El Hormiguero’, donde hizo gala de su simpatía y su locuacidad, sobreviviendo con bastante buen tino a las trampas de Pablo Motos. Eso sí que era hiperrealidad, pero de la España profunda.