Sorprendentemente, no costó demasiado conseguir una entrevista con ellos. De hecho, hasta nos ha pillado de sorpresa que todo se haya desarrollado sin apenas mediación de sus managers, vía correo electrónico, SMS y llamadas telefónicas. Mientras se encontraban finalizando la extensísima gira a la que les ha llevado su último trabajo, han encontrado tiempo para dedicarle a la que quizá sea la entrevista más larga (en extensión) de la historia de JENESAISPOP hasta ahora. Tras un encuentro con Juan Aguirre, cabeza visible del dúo zaragozano, donde al final terminamos tocando miles de temas diferentes al que nos ocupaba, nos confirma que esta sea quizá su última entrevista antes de comenzar una gira por Latinoamérica y, después, confinarse en el estudio de grabación.
Sois uno de los grupos de mayor éxito del país pero, ¿de alguna manera os sentís en tierra de nadie?
Eva: Para hacer canciones, es bueno sentirte en un sitio especial, fuera de lugar o -como vosotros decís- en “tierra de nadie”.
Juan: Cuando estamos escribiendo una canción o haciendo ruido en el local de ensayo, nos gusta sentirnos como si estuviéramos al margen del mundo.
¿Sentís que las etiquetas están más presentes que nunca cuando se disecciona vuestra música?
Eva: Las etiquetas nunca han funcionado con nosotros. A veces Juan ha dicho que él era la parte más folk del grupo y yo la parte más punk. A lo mejor al principio era así, pero ahora los dos escuchamos todo tipo de cosas.
¿Consideráis que los indies os miran con recelo porque vendéis demasiado?
Eva: No tengo nada claro qué significa exactamente el término indie. Para mí la independencia es una actitud, un sentimiento que llevas dentro y del que no me gusta hablar demasiado. Es algo muy frágil y precioso como para exhibirlo frívolamente. Es parecido al termino «solidario», que a veces de tanto usarlo, pierde su valor.
Juan: A mí personalmente no me importa demasiado si el último disco de Fever Ray o Sonic Youth vende mucho o poco. Solamente están las sensaciones que a mí me produce esa música. Ni siquiera me importa si es bueno o malo, lo más importante es lo que yo sienta. Así escuchaba la música con quince años, y así la escucho ahora: si algo te gusta subes el volumen a tope y te olvidas de todo.
Hay revistas nacionales, como Rolling Stone, que os adoran, y otras que os ignoran, como Rock de Lux. ¿Qué opinión os merece cada una?
Juan: Normalmente son los críticos los que hablan de los grupos, y no al revés.
Eva: Yo sólo hablo de lo que hacemos, de por qué lo hacemos y de las cosas que nos gustan. A veces no me entiendo ni a mí misma, como para intentar entender otros misterios… (risas)
Juan: De todas formas diré que me quedo con determinadas firmas, más que con revistas concretas. Por ejemplo, soy fan de Luis Lles, colaborador de Rock de Lux. He descubierto muchas cosas de música electrónica leyéndole.
Eva: El mundo de la electrónica no es nuestro lugar habitual y mola que alguien te dé referencias… porque con la cantidad de música que existe, te podrías perder por el abismo insondable de Spotify .
¿Creéis que si fueráis británicos saldríais en el NME o si fuerais americanos en Pitchfork?
Eva: Parece más una afirmación que una pregunta. ¿Vosotros qué pensáis?.
Juan: Sería una pena ser anglosajones porque nunca habríamos escuchado a La Niña de los Peines y, probablemente, no entenderíamos las letras de Antonio Arias o Serrat…
¿Pensáis que lanzar un disco doble de estudio, sobre todo ahora que la brevedad prima en la mayor parte de las ediciones discográficas, os ha perjudicado de algún modo?
Juan: Cuando grabamos un disco nunca lo hacemos en términos de rentabilidad. Es una necesidad mental o espiritual.
Eva: Es la necesidad casi física de gritar algo que está dentro de ti y que no saldría de otro modo. Es el caso de canciones como ‘Concorde’, ‘Deprisa’, ‘Doce palabras’, ‘Dragón Rojo’… Tal vez fue lanzar un pulso al momento que estábamos viviendo, o ir a contracorriente; pero no fue premeditado. Fue un disco que salió en un momento desolador y hoy creo que es un buen disco, y que gana con el paso del tiempo. Estoy muy orgullosa de haberlo hecho porque nos salió de dentro.
Juan: ‘Gato Negro, Dragón Rojo’ es el primer disco que hicimos bajo nuestro propio sello. Era poner sobre la mesa una manera de funcionar y el compromiso de dar el máximo de nuestras posibilidades en cada momento.
¿No creéis que a la larga, vuestros fans sólo oyen las pistas que les gustan del álbum?
Eva: Es posible. Eso siempre ha sucedido. Yo muchas veces perdía tiempo en pasar hacia delante canciones en las cintas de casette para escuchar la siguiente, que me gustaba más. ¡Afortunadamente ahora es mucho más cómodo escuchar los cortes que más te apetezcan! (risas). Suele pasar que, después de tener trilladas tus favoritas, un día vuelves a escuchar el disco entero y descubres que las que te saltabas ahora te enganchan. No sé… la música no es una obligación, que cada uno la disfrute como quiera.
En vuestros últimos trabajos hemos notado que sacáis con frecuencia el tema de la amistad. ¿El éxito os separa de las cosas que realmente son importantes para vosotros?
Eva: Juan y yo nos conocimos en los rincones de los bares de Zaragoza. Éramos un par de chicos inadaptados. Buscábamos en la música una vía para escaparnos de una realidad que no nos gustaba. Ese fue el origen de Amaral, la amistad entre dos personas que encontraron cosas en común.
Juan: Teníamos grandes dosis de desequilibrio y la música nos ayudó a canalizarlo. No tengo muy claro cómo encaja el éxito en todo esto, porque nunca me he parado a recrearme en él.
¿Dónde preferís tocar, en escenarios pequeños o en grandes recintos?
Eva: Pues en cualquier sitio que suene bien. Somos unos paranoicos del sonido.
Juan: Nos obsesiona que el sonido de los conciertos sea perfecto.
El otro día estuvimos en uno de vuestros conciertos. Hemos ido a muchos conciertos durante toda nuestra vida y la pregunta es obligada: ¿cuánto hay que gastarse para tener un directo que suene tan bien?
Eva: Muchas gracias por venir a vernos. Respecto a sonar de una forma u otra, no es cuestión de pasta: es una cuestión de actitud.
Juan: Sonamos igual en El Sol que en el Palacio de Deportes. De todas formas he de decir que a mí me gustan muchos grupos que no suenan bien. Sonar bien no es equivalente a hacer buena música.
¿No os parece que hay un enorme desnivel entre los inicios de un grupo, cuando no gana ni para subsistir, y de repente su estatus de estrella, ganando varias decenas de miles de euros por noche?
Eva: ¿Un enorme desnivel? ¡Hay un océano de distancia entre un lugar y otro! Entre el año que nos conocimos y hasta que se editó nuestro primer disco, hicimos muchísimos conciertos en lugares donde no había ni escenario. Después continuamos tocando en garitos, que nos permitía pagar el alquiler. Llegó ‘Estrella de Mar’ y la cosa estalló, sin casi darnos cuenta estábamos tocando ante un público enorme. Fue un sueño hecho realidad, y entonces nos enfrentamos a nuevos retos y situaciones que desconocíamos. Creo que algunas veces se nos pudo volar un poco la cabeza, pero he disfrutado al máximo de todos los momentos: desde el principio hasta hoy.
Juan: Para nosotros las cosas han ido poco a poco. Creo que el verdadero drama está en todos esos grupos de gran talento que, después de intentarlo durante muchos años, finalmente son vencidos por la falta de canales para la música y por una realidad desoladora. Por un entorno que les reclama «sentar la cabeza» y por la falta de infraestructuras.
Ha pasado hace poco con Vetusta Morla. ¿No es un poco surrealista?
Juan: Bueno, pues tampoco me parece un buen ejemplo de éxito rápido… Llevan diez años pateando escenarios para llegar donde están ahora.
¿Por qué no hay término medio?
Eva: No lo sé.
Juan: Yo tampoco. Es un enigma. Ya hemos dicho que el funcionamiento de esta sociedad nos resulta incomprensible.
¿Por qué no os animáis a llevar a un grupo minoritario de telonero? ¿Teméis que vuestras primeras filas no lo entiendan?
Eva: Lo cierto es que lo hacemos muchísimas veces. Nuestras primeras filas suelen escuchar con curiosidad, saben que nuestros invitados en el escenario están ahí porque nos gustan y queremos que los conozca más gente.
Muchos de vuestros detractores se quejan de que mencionáis muchas referencias en entrevistas y en conciertos que luego no se plasman en vuestros LPs. ¿Estáis de acuerdo o creéis que no es verdad?
Juan: Soy un gran fan de Motörhead, pero no hay nada en mi vida que me impulse a pretender imitarlos. No me interesa imitar a mis ídolos, los grupos miméticos no me interesan nada. No queremos ser los Sonic Youth españoles o los Yo La Tengo de Zaragoza. No quiero sonar como un chico de Manchester.
Eva: En nuestra música hay mucho de nuestras influencias anglosajonas, pero también de mucha música que hemos oído en nuestras casas y que no tiene nada que ver con el pop o el rock. Esto, para mí, no es un defecto sino una virtud.
Para el aniversario de EFE EME colaborasteis en un EP llamado ‘Granada’, en el que hacíais versiones de 091, Lori Meyers, Los Planetas y Lagartija Nick. ¿Elegisteis vosotros a los versionados?
Juan: ¡Por supuesto que no los seleccionamos nosotros! Cogimos unos cuantos discos, los tiramos al aire y los gatos de Eva eligieron cuatro al azar con su patita (risas).
La canción que escogisteis de Lagartija Nick, ‘Universal’, ¿fue por su mención a Dylan?
Eva: No. Fue porque la canción es buenísima. Podía haber sido ‘Satélite’, ‘Nuevo Harlem’ o ‘Rock’n’roll’zine’. El disco entero es perfecto. Dice Juan que su canción preferida de Lagartija es ‘Carmen Celeste’ que sale en ‘El shock de Leia’.
¿A qué edad descubristeis a Bob Dylan?
Juan: Yo la primera vez que escuché las canciones de Dylan fue a través de las versiones de The Byrds. El disco se llamaba ‘The Byrds play Dylan’. A día de hoy es uno de mis grupos favoritos.
Eva: Tengo la sensación de que su música ha estado ahí desde siempre. No te podría decir un momento concreto.
¿Lo de que le telonearais es verdad o una leyenda urbana? ¿Alguien en sus primeras filas os miró mal o no os atrevisteis a comprobarlo?
Juan: Durante la gira española de Dylan, Eva estuvo teloneándole. En los ‘Conciertos del Milenio’, en el Xacobeo de 2004, Gary Jules tuvo un accidente. Los promotores pidieron a Eva si podía actuar (ella iba como público) y accedió.
Hablando de Lagartija y Los Planetas… Vuestras canciones a veces también tienen un toque muy español. ¿Creéis que nuestro folclore, el pop y el rock están más unidos de lo que parece?
Eva y Juan: Estamos muy de acuerdo en lo del toque español.
Juan: Pero no tenemos nada que ver con Los Planetas y Lagartija. Además, son grupos muy diferentes entre sí. Los primeros son un buen grupo con muy buenas canciones, reflejo de una época. De ahí toda su legión de imitadores. Lagartija están siempre en el límite y siempre haciendo discos cada vez mejores. Sus canciones son profundas, emocionantes y atemporales, comparables al mejor Serrat. El tiempo los pondrá en su sitio.
Eva: Para mí ‘Omega’ significó mucho. El otro día vimos a Antonio Arias con su nuevo proyecto, ‘Multiverso’, y me encantó.
Juan: La producción del disco de La Bien Querida tiene una aire muy español. Es un tipo de sonido muy pre-rock y muy poco anglosajón. Para mí tiene mucho que ver con los setenta españoles.
¿Quién y cómo mete a Eva en el fregado de cantar ‘Slipping Away’ con Moby?
Eva: ‘Slipping Away’ es una canción muy buena. Tocamos juntos en el Palacio de Deportes Moby, Juan y yo. Ensayamos cinco minutos en la prueba de sonido y daba la sensación de que llevábamos mucho tiempo tocando juntos.
‘Revolución’ es una de las canciones vuestras que más nos gustan. Ahora que todo el mundo parece descontento con su vida, ¿qué revolución creéis que hace falta a nuestra generación?
Juan: Ufffffffffffff… no me quiero poner filosófico ni nada de eso, pero sobra agresividad en este mundo. La tele está llena de agresividad. No estoy hablando de violencia, estoy hablando de intolerancia, de no respetar a los que piensan distinto a ti y de no respetar a las personas que son diferentes. Parece que vivimos en un mundo muy libre pero no es así. Es una libertad ficticia, como una especie de ‘Matrix’.
¿Nos podéis avanzar algo de vuestro próximo trabajo, que estáis preparando desde ya?
Eva: Será muy eléctrico, con las guitarras arriba, como yo las escucho en directo. Ahora mismo estamos en un momento muy vital. Esta gira me ha devuelto la fe en la música, en el género humano y en la amistad.
Vuestras ediciones especiales se pueden conseguir por muy poco dinero, vuestro doble disco incluye 2 DVD’s y descargas por un precio módico. ¿Son exigencias que hacéis a EMI o es decisión de la compañía?
Eva: Nuestros discos los grabamos nosotros y la compañía los distribuye. Y les agradecemos que hayan sabido entendernos respecto al tema del precio.
Lo sentimos, pero no podemos evitar la pregunta. En el noveno capítulo de la segunda temporada de ‘Muchachada Nui’, Amaral hacen una aparición estelar con la que no podemos evitar partirnos de la risa: «Ni grupo ni nada, es que tú sales siempre ya. Eres una cortarrollos». «Si llego a saber que te sienta tan mal, no vengo». «Esto era mi aparición estelar y vienes tu aquí a… a…» Imaginamos la respuesta pero… ¿verdad o parodia?
Juan: (risas) Cuando nos lo propuso Joaquín Reyes yo pensé que sería muy fácil. Llegar ahí y decir cuatro pijadas. Luego te ponen la cámara delante y te das cuenta de que es dificilísimo. Miraba a cámara y justo detrás estaba Joaquín Reyes dándome instrucciones. Estaba también Eva y nuestra amiga Inés. Era incapaz de hacer mi parte sin morirme de risa. Las músicas del programa nos parecen una pasada.
Eva: Hay una parte que no salió en el “montaje del director”, en la que Juan y yo nos separamos como grupo delante de la cámara.
Juan: Somos muy fans. A mí particularmente me gusta Carlos Areces en el papel de Frances Bean Cobain, hija de Courtney Love. Aprovecho además para recomendar la actuación de Joaquín Reyes y Chiquito de la Calzada de hace poco en el festival ‘Periferias’ de Huesca.
Tal y como sois detrás de las cámaras, ¿quién es más susceptible de protagonizar un ‘Celebrities’, Eva o Juan?
Juan: Mmm… no sé qué decirte (risas). Los dos somos bastante tranquilos y bastante introvertidos en nuestras “vidas reales”.
Eva: Imagino que los dos somos bastante caricaturizables. Juan puede resultar muy gracioso, porque es la persona más despistada que conozco. Vive en su propio mundo. Últimamente es objeto de bromas de la banda porque ha decidido sacarse el carné de conducir (risas).
El grupo, sin ser las Spice Girls, tiene una imagen muy bien definida por un gorro y un flequillo. ¿A qué edad descubristeis el gorro y el flequillo? ¿Creéis que alguna vez cambiaréis de imagen?
Juan: Yo solía ponerme gorros cuando tenía flequillo y pelo largo. Era una imagen un poco sixtie y psicodélica. Luego me rapé el pelo y los seguí usando porque me molaban, y también porque me molesta el sol.
Eva: La imagen no me parece tan importante como para serle fiel el resto de tu vida.