Lunes 9 de noviembre; faltan unas tres horas para el concierto de The xx en la sala 2 del Razzmatazz. Las entradas están agotadas desde el viernes y varios medios llevamos rato esperando para poder entrevistarlos, señal de la enorme expectación que, en muy poco tiempo, ha levantado el grupo. Después de la prueba de sonido están cansados y parece que algo renuentes a hablar, así que al final la banda toma una decisión salomónica: que cada uno de los miembros dé una entrevista a un medio diferente. A mí me toca hablar con Romy, el 50 % vocal femenino de la banda. The xx tienen fama de chicos tímidos, retraídos y superados por el éxito que les ha sobrevenido, pero olvidaos de todo eso. Romy no parece ni tímida, ni evasiva ni superada, sino una chica que sabe muy bien lo que quiere y cómo lo quiere. Resfriada y agotada pero… feliz por estar donde está, haciendo lo que le gusta.
Hemos leído que vuestro sello os dio todo el tiempo necesario para acabar el disco, que no os metió prisa en ningún momento, ¿es cierto?
Sí, se portaron muy bien. Nos formamos hace dos años, pero en el álbum estuvimos trabajando seis meses, en el verano del año pasado. Durante mucho tiempo, nos dedicamos sólo a escribir y a crecer. Cuando comenzamos teníamos 18 años y la compañía vio algo en nosotros que nosotros no habíamos visto. Simplemente, nos dieron las llaves del estudio y sólo nos dijeron: “Ok, entrad”.
Algunas palabras que nos vienen a la cabeza cuando escuchamos vuestra música es “minimal”, “contenida”… ¿eran vuestras primeras maquetas ya así u os llevó mucho tiempo conseguir este sonido tan perfecto?
El álbum se parece bastante a las maquetas. Las primeras versiones ya sonaban más o menos igual que las versiones finales y Jamie quiso mantenerlo así. Por ejemplo, ‘VCR’ la escribí con 16 años y ya era muy parecida a la versión del álbum.
¿Por qué fracasó vuestra colaboración con Diplo y Kwes?
Yo no creo que “fracasara” exactamente, pero tampoco creo que los necesitáramos; cuando estás trabajando en un disco, tienes la opción de decidir qué dejas y qué no y escuchas lo que quieren cambiar… y nosotros pensábamos que ya estaba bien como estaba, realmente no queríamos variar nada y que otros introdujeran cambios. No necesitábamos colaborar con ellos para saber lo que queríamos; además nuestro trabajo con Diplo y Kwes a veces sonaba más a ellos mismos que a The xx. Simplemente es que ellos no tenían la misma idea que nosotros de cómo tenía que sonar la música. Ya estábamos contentos de cómo sonaba, no hacía falta trabajar con productores para darnos cuenta. Simplemente… ellos no sonaban como nosotros.
Estudiasteis en la misma escuela que Burial o Hot Chip, ¿qué nos puedes explicar de esta escuela? ¿Cómo es?
No es una escuela normal, tampoco es que esté especializada en música o algo por el estilo. Es global; me gusta, porque hay una gran mezcla de todo tipo de gente con diferentes conocimientos; no es nada elitista, es genial crecer en ese ambiente, porque no todo el mundo tiene ese privilegio. No había uniformes, era muy libre y creativa. Sobre Burial y Hot Chip, ellos tienen diez años más que nosotros, sabemos que fueron a la misma escuela pero obviamente no coincidimos.
Tú y Oliver cantáis con estilos muy diferentes. ¿Cuándo decidistéis que The xx tuvieran dos cantantes?
Desde el principio. Cuando empezamos a cantar lo hicimos por separado; yo no descubrí que podía cantar en directo hasta los quince años y eso es algo que me sorprendió porque, hasta ese momento, para mí había sido algo muy íntimo. Entonces se lo conté a Oliver, que era mi mejor amigo, y le dije que quería cantar y él me dijo que también; me dijo que le gustaba mucho mi manera de cantar y yo le dije que a mí me pasaba igual con él. Como éramos demasiado tímidos para cantar el uno frente al otro, pues cantábamos a la vez. La verdad, que hubiera dos cantantes era lo más natural. Nunca pensamos que debíamos tener uno solo.
A veces el disco tiene un toque soul, recuerda a “Lover’s Rock” de Sade. ¿Tienes ese disco? ¿Ha sido una influencia para vosotros?
He escuchado los discos de Sade y siempre me ha gustado; soy bastante fan de ella.
De hecho, he leído que en los conciertos hacéis una versión del “Teardrops” de Womack & Womack.
Nuestra versión, más que de la original de Womack & Womack, es de una versión “garagera” de los años 90, de la que cogimos la línea vocal. Siempre me había gustado mucho la letra de esta canción y, buceando en ella, acabé descubriendo la original de Womack & Womack. La original es perfecta, así que no pretendíamos cambiarla, por eso cogimos la línea vocal para a partir de allí, conseguir otra cosa.
Os declarais fans de Beyoncé o Aaliyah. ¿No temes que vuestro público se lo pueda tomar como una tomadura de pelo?
¿Como si hiciéramos ver que nos gustan pero que en realidad no es así? La gente puede pensar lo que quiera, pero yo realmente soy una gran fan de Beyoncé y Aaliyah. Supongo que es difícil de creer porque no es una influencia que aparezca específicamente en nuestra música, pero me encantan el R’n’B y el Hip-Hop.
Algunas de vuestras canciones hablan de sexo pero no de una manera «salvaje», como en “Shelter” y vuestra música mantiene una tensión que nunca llega a explotar. ¿Crees que estas dos ideas vienen juntas?
Oliver y yo cantamos separadamente y de diferentes cosas. La razón de que nunca lleguemos a un clímax es porque realmente no hay dónde ir, porque cantamos sobre diferentes experiencias; nunca encontraremos una solución porque no hablamos de la misma relación; en las canciones no nos cantamos el uno al otro; no «actuamos» como una pareja, preguntándose y contestándose.
Mirando las fechas de vuestro tour, nos hacemos una idea de lo ocupados que habéis estado en las últimas semanas. Hoy actuáis en Barcelona y de aquí a dos días voláis a Nueva York para hacer un concierto…
No: mañana nos vamos a París a grabar una actuación para un programa de televisión y al día siguiente volamos a Nueva York.
Pero, ¿no es demasiado?
Sí. Cuando estábamos grabando el disco nadie tenía ni idea de qué debíamos esperar. Era una cosa pequeña que gustaba a todos lo que lo escuchaban pero a nadie se le pasó por la cabeza que fuera a tener tanto éxito. Todos los conciertos de estos dos últimos meses han sido «sold-outs». Para nosotros es increíble, que el sello esté tan entusiasmado, la respuesta de la gente, que estemos en todas partes… pero es difícil mantener el ritmo. Llegas a un punto tal que parece que tienes que parar y descansar un momento.
¿Y de quién fue la idea de hacer una gira tan salvaje? ¿De la compañía?
Sí; ellos nos prepararon el planning y nos lo dieron.
¿Y Baria? Cuando decidió dejar el grupo estábais en Londres. Es raro que se sintiera exhausta tan cerca de casa… ¿O crees que fue precisamente porque estaba en casa?
No ocurrió así. De hecho, ella no decidió marcharse. Estábamos tocando en Nueva York, dando tres conciertos al día y en ese contexto las emociones eran demasiado intensas. Con Baria habíamos sido amigas desde los once años, crecimos todos juntos, pero ya de adultos nos fuimos distanciando. De los once a los veinte nos habíamos convertido en personas diferentes y la dinámica interna no estaba funcionando; ninguno de nosotros estaba contento de cómo iba la cosa. Decidimos que lo mejor era dejar la banda en tres miembros. Descansamos un tiempo para decidir cómo funcionaríamos mejor y nos quedamos los que realmente estábamos, los tres más creativos. La verdad es que ha sido un paso adelante, ahora nos sentimos mejor.
Entonces, he de suponer que Baria no volverá.
No.
¿Y cómo os ha afectado esto como grupo?
Definitivamente, hay una diferencia, pero no es mala. Si hay un cambio, nos adaptamos a él, en vez de preocuparnos, y seguimos adelante. La verdad es que odiamos tener que cancelar algunos conciertos, nos fastidió tener que hacerlo, pero tan pronto como nos rehicimos, nos lanzamos de nuevo.
¿Hubierais preferido no triunfar de esta manera?
Supongo que en poco tiempo hemos hecho mucho, pero estoy muy agradecida, porque la gente realmente disfruta de nuestra música. La otra cara de estar en todas partes es bastante dura, pero el hecho de saber que hay tanta gente escuchando nuestra música es increíble. Solía ser tan tímida acerca de mi música… y ahora pensar que puedo tocar delante de 800 personas me parece increíble.
Quiero decir, tan rápida y tan… fácilmente.
Puede parecer que ha sido todo muy rápido, pero llevábamos dos años trabajando en este disco. No ha sido cosa de “nos han descubierto y nos han lanzado”, ha sido un proceso bastante largo. Nos pasamos bastante tiempo haciendo conciertos delante de sólo cinco personas.
¿No os asusta el segundo disco después de este éxito?
Estoy entusiasmada al respecto. Quiero tomarme mi tiempo para asegurarme de que sale bien, no queremos precipitarnos. Nunca nos precipitamos. Nos tomaremos nuestro tiempo hasta estar seguros de que las canciones son buenas. Es excitante estar en tantos sitios, tener la influencia de tanta música diferente de todo el mundo y estas influencias acaban fluyendo de manera natural cuando nos ponemos a tocar. Tenemos presión, claro, pero así es como hemos funcionado siempre, de manera natural, dejando que todo fluya.
Leímos que ibáis a tocar en Madrid…(prácticamente me interrumpe y no me deja acabar de preguntarle por qué al final no hubo concierto en Madrid)
Nos encantaría tocar en Madrid. Jamie y yo ya conocíamos Barcelona, habíamos estado haciendo skate-board por aquí. Es fantástico volver, pero me gustaría conocer más sitios de España.
¿Os veis tocando en grandes festivales este verano?
Nos gustaría, aunque somos más un grupo de club que de grandes escenarios al aire libre.
Algunas de las canciones más potentes no han salido como singles, como el caso de “Shelter”. ¿Os sorprende la reacción del público cuando tocais canciones que no son singles? ¿Cuáles créis que son las favoritas de los fans?
‘Shelter’ es la que más reacciones despierta en los conciertos. Desde que la empezamos a tocar hasta que se acaba, la gente se vuelve loca. Nos sorprende, porque cuando preparas un disco no piensas en cómo reaccionará la gente, en la repercusión… y eso es lo que ha pasado con ‘Shelter’ que, a pesar de no ser single, ha sido de las más radiadas. Si lo hubiéramos podido prever, la hubiéramos sacado como single. Como favoritas, aparte de los singles, ‘Basic Space’ y ‘Crystalized’, ‘Night time’, cuando la tocamos tiene un final diferente, la subimos un tono y la hacemos más larga, para darle más garra y la gente parece reaccionar muy bien.
En vuestro look o incluso en la portada del disco, tendéis a usar el negro como única opción… ¿Os preocupa mucho vuestro look, el diseño gráfico…?
He estado muy involucrada en el diseño gráfico del disco, a mí se me ocurrió el logo. Quisimos que en el disco cada canción tuviera una imagen diferente, pero relacionada con las demás, representada por una fotografía distinta, muy simple, a partir de las formas de la ‘X’. Sobre nuestro look, no se trata de un uniforme. Yo siempre visto de negro, pero es una cosa de crecer con amigos que tienen una pinta determinada. Es como cuando un colega tuyo se compra un tipo determinado de zapatillas deportivas y todos los demás queremos tener las mismas… pues nosotros seguimos comportándonos así, pero si Jamie mañana se quisiera poner una camisa de colorines, pues tampoco pasaría nada.