«Sea cual sea el tema, siempre acabamos con lo vuestro», cantaban Astrud en ‘Todo nos parece una mierda’ refiriéndose a El Dúo Estático, esto es, el primer nombre de Chico y Chica grupo que formó Chico. Fue una norma circa 2005. Como en ‘La naranja mecánica’ y de forma un poco sectaria, hordas de gente modificaban su vocabulario para pasar a citar constantemente frases de Chycha. ¿Cuántos grupos pueden presumir de que sus fans hablen como ellos?
‘Status’ no es la obra maestra de Chico y Chica, que el grupo todavía no ha hecho o quizá no haga nunca porque seguramente sean demasiado vagos como para ponerse a ello. No se sabe hasta qué punto esos sintes tan pasados de moda, tan Mecano, los utiliza la persona que firmó ‘Palais’ de broma o en serio. Pero si una propiedad tiene el disco es la singularidad. No puede parecerse a ninguna otra cosa que tengas por casa, ni siquiera a McNamara. Donde McNamara construye también su propio mundo lleno de autoreferencias, juegos de palabras y bromas relacionadas con el mundo gay, Chico y Chica van más allá para crear unos personajes que resultan desternillantes simplemente mostrándose a sí mismos.
Tomemos como ejemplo el relato que se incluye en el libreto de ‘Status’, ‘El terror de Tupinamwa’, sobre un misterioso monstruo en una isla en medio del Índico con un volcán a punto de saltar en erupción. Los expertos culminan sus teorías así: «Yo soy la que más sabe de esto y no existen evidencias de bichos ni nada, ¿vale?» y los testigos clave de los hechos así: «Ni idea. Además no puedo hablar, estoy pinchada y tengo micrófonos repartidos por todo el bañador. Tendría que desnudarme para hablar, ¿lo hago?», y los personajes lésbicos contestan así: «Por mí de acuerdo» o «ya le ayudo yo» (sic).
No es el costumbrismo de Almodóvar ni tampoco su recreación en lo surrealista de la vida cotidiana. En las canciones de Chico y Chica se suma el desparpajo de exteriorizar con palabras medio inventadas o vulgarismos mezclados con cultismos, ideas que normalmente sólo se expresan entre amigos o ni eso, pero que desde luego nunca aparecen en el mundo del arte. Ahí está la letra de ‘Vaquero’. ¿Cuántas bromas privadas se han hecho sobre el regreso de la americana o sobre la subida al carro de la Madonna de ‘Music’ y ‘Don’t Tell Me’? Ahí está la genial respuesta de Chico y Chica: «Tu toque Morricone te das en el Saloon / Tequila y Río Bravo / Tu sexy Carradine y tu cadera Wayne / Westpanamericano… categoría». Aunque mi parte favorita viene con la seducción, revólver mediante, casi al final, antes de que la chica se vaya con un sioux: «¿es esto mi muslo? Béseme, béseme».
La letra de ‘Chantaja’ puede ser una burla a la gente inquisidora, a la gente que tiene la manía de no terminar las frases o vete a saber, mientras que ‘Lady Olé’ parece una sátira de alguien que se debate entre lo choni y lo moderno. Toda la estructura del disco es un completo despropósito, con una pista de 30 segundos sobre un coche que pita (‘La rotonde’), un thriller dividido en dos pistas, ‘Te van a matar’ y su remake ‘Te van a matar 2’ y sobre todo esas otras dos habladas que tuvieron tanto éxito que yo diría que hasta terminaron abrumando al grupo durante sus conciertos.
Mientras Alicia y Madelman trataban de introducir las buenas canciones de verdad del CD, entre las que destacan por sus melodías excelentes, ‘No comprendes que te amo’ y el perfecto reflejo de la frustración y el infortunio en ‘La vez que mejor’, la gente no dejaba de gritar frases sueltas de ‘La tarzana’ y el nuevo capítulo de Cuatro en Alicante, ‘Puntualísimo’, que además incluía una canción «de verdad», ‘Coméntele a ella’ en versión «radio edit», que tuvieron que transformar en un single extended por demanda popular.
Nuestros amigos terminaron hartos de Juana Alféizar (una tía famosísima de Toledo), de que imitásemos a Grace Jones, de «cállate, estrecho, toma, pa’ ti», de una mancha de chorizo que avanza por los pasillos, del SPX90, de «todos a bailar» y las Loretos de que su nombre ya nunca volviese a ser igual. Quizá sea tarde para hacerse fan de Chico y Chica para el que no les pillase el punto en su momento, pero el impacto, por utilizar una palabra Austrohúngaro, de ‘Status’ en la vida cotidiana del mundo pop de la época no se puede pasar por alto de ninguna manera. ¿Cuántas canciones puedes citar que hablen sobre los momentos de guapo subido?