Mal gusto: Por supuesto, hay espacio para todos. Y hay gente que, en una misma frase, es capaz de mezclar tragedia y humor, siendo bastante chusco, todo sea dicho. A nadie se le escapa el paralelismo entre el terrible acontecimiento del avión de Air France hace unos meses y la serie que nos ocupa pero… ¿era necesario plasmarlo de forma tan gráfica?
Hurley: El que no lo haya pensado, miente. ¿Cómo es posible que, con los paseos que se daba el pobre Hurley por toda la isla, lo muchísimo que sudaba y con esa dieta tan poco rica en grasas que llevaban en ‘Perdidos’, no haya perdido ni un gramo de peso en seis años? Todos los que hemos visto alguna vez ‘Supervivientes’ sabemos que vuelven hechos una piltrafa. No es el caso de Hugo Reyes. Ni el de Sawyer, que también estuvo de buen año.
El final: Todos hemos vivido con el miedo de que no nos gustase el último capítulo de ‘Lost’, pero algunos amenazaban incluso con suicidarse en el momento en el que la serie pusiese su punto y final. Luego están los que, poniendo bastante poca atención a los capítulos, siguen preguntando qué coño hacía un oso polar suelto por la isla.
Humo negro: Pero el oso polar no es ni de lejos el mayor trauma que nos han dejado los productores tras seis años. Lo peor ha sido descubrir que, definitivamente, el humo negro no era Mario Vaquerizo
. Qué pena, porque hubiese molado ver a Jack Sephard diciéndole algo así como «anda y tira pa tu pueblo. QUE VENDES HUMO».Locke: Uno de los mayores protagonistas de todas las tramas ha sido John Locke, y lo mejor es que con ese nombre, se pueden hacer muchas construcciones divertidas en nuestro idioma. Desde «Locke el viento se llevó» hasta «Locke no mata engorda», pasando por «John Locke Cobra» o «Locke necesitas es amor». Impagables los montajes fotográficos de todas ellas. Otros, parecían ya dispuestos a resignarse con el último capítulo desde el primer momento: «Locke tenga que ser, será. Y no hay que Dharmas vueltas». O «Que sea Locke Dios quiera».
Frases absurdas con nombres de personajes: del tipo «Sawyer, ¿Jack que estás Sayid me puedes Dharmas pan?». O la ida de olla monumental de «Kate nervios… esto es un sin Libbyr».
Dharma: Quizá una de las tramas más entretenidas de la serie (¿qué hacía la Iniciativa Dharma por ahí? ¿Qué buscaban? ¿Qué experimentos hacían?) ha sido una de las peores explotadas por los guionistas. Suerte que en nuestro país teníamos teorías que implicaban a Ruiz Mateos («Yo también creo que Dharma es en realidad Nueva Rumasa») o elementos clave de nuestra cultura popular («La Dharma de Elche»; «Sergio Dharma»).
Escenas que desaparecen: Cuatro ha patinado un poco con la emisión y más con eso de que al final se les haya escapado una escena de cinco minutos que no hemos podido ver en directo (perdiéndonos, obviamente, un trozo del argumento), así que no ha faltado el que se ha quejado directamente.
El especial matinal: Claro, que peor ha sido el bochornoso matinal al que hemos asistido justo después de la finalización de la serie. Ana García Siñeriz mediante, los de Cuatro han empezado a comentar el final de la serie sin haberlo entendido, la han terminado liando parda y los periodistas parados de nuestro país se han enfadado de lo lindo. La que se lleva la peor parte, Elena Moreno, a.k.a. «la retrasada de la chaqueta roja que no entendió el último episodio de ‘Lost'», que lo ha hecho tan mal la pobre que la gente hasta pide que sea destruida por el humo negro. Claro, que habría que habernos visto a muchos comentar inmediatamente después el capítulo, con el lío que teníamos en la cabeza.
Serranada: Claro, que si ha habido algo bochornoso de verdad ha sido ver a la García Siñeriz comparando el final de la serie con el de ‘Los Serrano’. Pues no os creáis que está sola, que hay gente que se levantó a las 6 para darse cuenta de que Jack Sephard era Antonio Resines. Que se lo bajen y vuelvan a verlo, que lo necesitan.