En ‘Escalofrío’, el tema inicial, David Rodríguez hace cantar a su pareja Ana, La Bien Querida (¿será la destinataria de esa canción de amor en pasado llamada ‘Anita’?), payasadas del tipo «cuidado, Michael Jackson, se te va a llevar», pero el disco contiene más momentos emocionantes de los que puedan caber en un disco de rancheras. La letra de ‘El blues del autobús’ denota toda la inseguridad del mundo («la he visto en un portal / he pasado de largo / y no he mirado atrás / para que no pensara / que la encuentro a faltar / no vaya a ser verdad»), mientras ‘Cuando te deje’ podría ser una de esas maravillas de dos minutos de electrónica lo-fi que esconden los discos de Casiotone for the Painfully Alone o los Eels.
Todavía hay cierta conexión con El Ejército Rojo en ‘El más romano del mundo’, co-escrita junto a Manu Ferrón del Grupo de Expertos Solynieve, y aparece también una adaptación de ‘La carretera’, popularizada por Julio Iglesias, aquí con un estribillo un tanto ‘Twin Peaks’. Suenan guitarras eléctricas, guiños al folclore y al pop latino, y aparte de referencias al amor las hay también a la política por la vía escatológica (‘La gran fiesta de la democracia’).
Sin embargo, por encima del batiburrillo y a pesar de las múltiples colaboraciones de gente de Beef, Za!, Thelemáticos, etcétera, las canciones del álbum no pueden ser más personales. ¿Y no resume David la mezcla de ternura y cinismo de la modernidad en 2011? Que no os asusten las primeras escuchas de ‘Maracaibo’. El álbum se crece hacia el final, con la mencionada ‘Cuando te deje’, la verbenera ‘Decathlon’ (el gran hit del disco, recuperado del proyecto propio Junco y diamante), la envolvente ‘Enrique XIII’ y el single ‘Un último esfuerzo’, que cierra el álbum dejando ganas de volver a pulsar el «play».
Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Decathlon’, ‘Cuando te deje’, ‘La carretera’
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