A estas alturas de la vida, Will Oldham puede hacer lo que le venga en gana. Lleva editando discos sin parar desde principios de los 90, independientemente del caso que le hagan. ¿Que se aburre? Pues se inventa otro pseudónimo con el que desarrollar una descuidada carrera: sus álbumes se van sucediendo sin solución de continuidad, cada uno con un sabor distinto, con un estilo único dentro de su visión del folk como un poliedro de múltiples caras que va construyendo según lo que tenga a mano. Por si fuera poco, suele rodearse de un elenco de músicos diferente cada vez, al igual que en el directo, lo que le hace reinventar sus antiguos temas una y otra vez, en otro derroche más de creatividad. Algunos de los instrumentistas que han colaborado en ‘Wolfroy Goes To Town’, sin embargo, son habituales de sus últimas grabaciones, como Shahzad Ismaily (percusión, guitarra y voz) y Emmett Kelly (guitarra, mandolina y coros).

Son ya más de diez las referencias discográficas bajo el alias de Bonnie «Prince» Billy, que Oldham empezó a usar en 1999. En esta ocasión, y tras varios álbumes en los que combinaba su música intimista con otra más movida, como ‘The Letting Go’, ‘Lie Down In The Light’ o ‘Beware’, se ha decantado por hacer un disco casi exclusivamente tranquilo, reposado. Sería la música ideal para sentarse en el porche a ver las estrellas… si mi casa tuviera porche y la contaminación que asola Madrid me dejara ver las estrellas.

Para empezar, porque Oldham ha seguido suavizando su voz hasta convertirla en una de las más delicadas del americana. Segundo, porque la instrumentación es mínima: en muchas ocasiones se trata solo de una guitarra y lo que predomina en el álbum son las voces. Y tercero, porque muchas canciones son baladas de aire country, como la preciosa ‘No Match’, ‘Time To Be Clear’ y ‘New Tibet’. No hay más que decir que ‘Quail and Dumplings‘, uno de los adelantos del disco, es la canción más animada de todo el repertorio (ni rastro de cosas como ‘There Is No God’, uno de los singles que ha sacado este 2011; ninguno de ellos está presente en ‘Wolfroy Goes To Town’). El aire de misterio que envuelve muchas de sus mejores composiciones, sobre todo en esa maravilla que es ‘The Letting Go’, también está presente en ‘New Whaling’.

En general, ‘Wolfroy Goes To Town’ tiene un puñado de temas que engrosarán uno de los más bellos repertorios de la música actual, pero también es cierto que si no eres fan se te puede hacer largo. No hay sobresaltos y su acercamiento a la ortodoxia folk no hace demasiadas concesiones. Sin embargo, si uno se deja llevar por la música, sin más, encontrará unas cuantas canciones de una delicadeza inusual.

Bonnie «Prince» Billy actúa el 20 de octubre en Bilbao, el 21 en Madrid, el 22 en A Coruña, el 26 en Valencia y el 27 en Barcelona.

Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘No Match’, ‘New Whaling’, ‘Quail and Dumplings’
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