Sí que resulta fascinante, eso sí, cómo se puede ofrecer a la audiencia una serie «mágica e inquietante» (y que conste que no son palabras mías) para aparecer con esto: un primer capítulo aburridísimo donde la tensión, el misterio y la magia han brillado totalmente por su ausencia. ¿A alguien le importaba de verdad dónde estaba el marido de Belén Rueda? ¿Y la historia de los lobos y el pueblo? ¿Por qué la trama entre Álvaro Cervantes (Joel) y Lucía Guerrero (Leire) tiene toda la pinta de ir a ser calcadita a la de ‘Crepúsculo’?
Obviamente, falta por ver cómo se desarrolla la serie, que siempre puede dar una sorpresa (aunque lo más probable, viendo el comienzo y teniendo en cuenta los precedentes es que no), pero lo más curioso de todo es que, por mucha Belén Rueda y mucho Leonardo Sbaraglia -durante diez minutos- que hemos visto, son los personajes más cansinos los que terminan siendo los que más se quedan -muy a su pesar- en la cabeza del televidente: Fran Perea como Nacho, un policía al que le faltan un par de hervores y Macarena García como Vera, una adolescente que va de naif y no puede resultar más cargante.
¿Los efectos especiales? Prácticamente inexistentes, más allá de unas nieblas en el bosque. Deseandito estamos que llegue el momento en el que alguien tenga que convertirse en hombre lobo delante de la cámara, eso va a ser el despiporre.
Calificación: 4/10
Destacamos: el pueblo en el que se ha grabado, Candelario, que es una preciosidad.
Te gustará si te gusta: ‘Punta Escarlata’, ‘El pantano’, ‘El internado’
Predictor: Como no remonte, en tres semanas kaputt.