Las esperanzas por ese nuevo formato pop que el público anhela desde el magistral pero malogrado último OT (sólo ‘Tu cara me suena‘ se aproximó a ello), se desvanecían por completo cuando se anunciaba que el jurado español estaba formado por el mencionado Melendi, Rosario, David Bisbal y Malú. Es en serio, todavía no es diciembre: Melendi, Rosario, David Bisbal y Malú. La productora se esforzaba por montar un vídeo en el que recordaban su aburridísima lista de discos de oro y platino, asegurando que eran artistas muy «influyentes» (¿a quién? ¡Queremos nombres!), pero uno no podía dejar de fantasear con un jurado con -por decir lo primero que me pasa por la cabeza- Miqui Puig, Alaska o Massiel. El discurso de «los realities en España tienen que durar una hora como en otros países» también lo abandonamos hace tiempo por aburrimiento, así que viendo que nos pondríamos a escribir esto más allá de la una de la madrugada, sólo quedaba averiguar cuán mala era ‘La voz’.
A pesar de lo cansino de escuchar el nombre del programa ad nauseam y del escaso protagonismo de Jesús Vázquez (no soy de aquellos a los que carga), reducidísimo a unos cuantos saltitos acompañando a las familias de los concursantes, el programa ha presentado un ritmo y un repertorio aceptables y un cásting prometedor y variado. Recordando que el directo está sobrevalorado y que no están los tiempos televisivos para fallos ni tonterías, hemos visto pasar a gente como Mara (Adele meets Amaia Montero meets Amanda Lepore), Mercedes (una Susan Boyle flamenca, en nuestros foros, donde había un hilarante hilo con comentarios en directo, apuntaban que varios de los cuatro jurados tienen raíces andaluzas), Maika (una fascinante chique rockera), el nuevo Pitingo o Paula, la nueva Vega/Labuat.
Entre el jurado, hay que reconocer que esa persona con la que nunca querrías coincidir en un vuelo transatlántico se ha revelado como una estrella, adoptando postura de conquistador cada vez que seleccionaba a un concursante y con bastante buen tino y agilidad a la caza de gente con potencial. Con una Malú completamente apocada e indecisa; y un Bisbal, que niega con la cabeza cuando algo no es clavado a él; sólo una Rosario harta de envidia parece hacerle sombra. Queda por ver si el largo formato (no sólo por las tres horas, faltan programas y programas de cásting) contenta a la audiencia, pero no pinta después de todo tan mal.
Calificación: 5/10
Destacamos: que el repertorio de temas no da tanta pereza como el jurado
Te gustará si te gusta: todo esto de los shows cazatalentos
Predictor: Durará.