Ambos factores son importantes para entender esta obra. En primer lugar su sello, El Genio Equivocado, donde también publican otras bandas apegadas al shoegaze y al noise; y en segundo, la decisión de autoproducirse, común a otros grupos de la misma pequeña discográfica y de Barcelona, como Odio París. Podía ponerse algunos peros al sonido del álbum de los de Àlex Marull. Sin embargo, donde sus canciones rebosaban frescura y adolescencia, pese a los defectos, las de Grushenka suenan demasiado atolondradas, con un contraste confuso entre voz y guitarras que no termina de sacar brillo a unas composiciones que, por lo demás, cuentan con varios atractivos (igual tiene que ver que Odio París no son en realidad post-adolescentes y Grushenka, sí).
Juegan a favor sus letras. Es un acierto absoluto abrir un disco de debut con ese «No nos sienta bien el blanco / Eso me dijiste mientras te casabas» y a veces el grado de misterio logrado es máximo («Hoy no será nuestro día / piel de naranja / dices que tenemos / yo no veo la fruta / he borrado el menos / de mi calculadora / y ya no sé restar / ¿Qué haré ahora?»). Aunque se echa de menos algún hit del EP al que ya han renunciado, como ‘Visión nocturna’; ‘Técnicas subversivas’ y ‘Orgullo amordazante’, junto a títulos ya conocidos como ‘Punset me lo dijo’ o ‘Piel de naranja’, recuerdos a Surfin’ Bichos (‘Ese gran lunar en tu espalda‘) y buenas líneas de teclado (‘Los chicos del futuro’), siguen manteniendo a Grushenka entre los grupos de los que estar pendientes en el futuro.
Grushenka tocan hoy 29 de septiembre junto a Tremenda Trementina en Barcelona.
Calificación: 5,9/10
Lo mejor: ‘Técnicas subversivas’, ‘Orgullo amordazante’
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