Es verdad que Dizzee Rascal ha dejado de ser una influencia generacional. ‘The Fifth’, con varias colaboraciones de RedOne, productor todavía por hacer algo revolucionario de verdad en el mundo del pop; o Jean Baptiste, conocido por sus producciones para Rihanna, Kelis o los mismos Black Eyed Peas; parece por momentos más un disco de Nicki Minaj que uno de Dizzee Rascal, algo que se materializa muy claramente en pistas como la popera ‘We Don’t Play Around’ junto a Jessie J, en la que Rascal parece un invitado en su propio disco. Sin embargo, también es cierto que este es un lugar al que Dizzee ha llegado poco a poco y que es coherente con su trayectoria.
‘Dance Wiv Me’, perpetrada junto a Calvin Harris en 2008, lo que podríamos considerar el ecuador de su carrera, es un clásico que no podría discutir ningún asistente del FIB, y el disco en el que se llegó a incluir, ‘Tongue n’ Cheek‘, contenía pepinazos como ‘Bonkers’, ‘Holiday’ o ‘Dirtee Disco’, de lo más bestia que se ha hecho en los últimos años… para quemar calorías en el gimnasio. Este álbum se cerraba con un tema junto a Tiësto y él ha querido seguir en 2013 la senda EDM, jactándose en las entrevistas
de haber sido pionero y teniendo que aguantar preguntas de los entrevistadores tipo «¿nos estás troleando, verdad?».‘Arse Like That’ suena como un intento demasiado desesperado por sonar en las radios con el estribillo de Sean Kingston (¡qué Gaga es ese «ouch», RedOne!), pero en general ‘The Fifth’ resulta una divertida sucesión de dignos hits (por lo visto potenciales) que saca las vergüenzas a las secuencias de los últimos discos de Minaj o Katy Perry, acercándose más bien al número de canciones bailables de ‘18 Months‘. Y es que, si se asume que a Dizzee se le va la pinza cuando llama a esto «experimentar» y que estamos ante un disco de pop, pocos como este contienen tantas canciones aprovechables aunque sea como «guilty pleasures».
‘Spend Some Money’, con su estupendo «flow» junto a Tinie Tempah, su autotune y sus menciones a Lenny Kravitz y ‘Juno’, resume el espíritu del disco («todas las botellas están vacías porque me las he bebido / estoy colocado, misión cumplida»); por qué ‘Love This Town‘ no se ha convertido en un éxito mundial es un misterio sin resolver; ‘Superman’ y la machacona ‘I Don’t Need A Reason‘ no pueden introducirte mejor en la idea del álbum; ni ‘Heart of a Warrior’ y ‘Life Keeps Moving On’ cerrarlo con un punto más «fin de fiesta» antes de bonus tracks como ‘Bassline Junkie’ o el ‘Here to China’ con Calvin Harris; y el momento pseudo-Ke$ha de ‘Something Really Bad‘, sobre chicas traviesas, engancha. Si Rascal estuviera tan desesperado como se dice por conquistar el mercado americano, sería bastante extraño que apostara por Robbie Williams, que ya nunca será sino un don Nadie al otro lado del Atlántico, para interpretar el single principal del disco. En realidad, este era el álbum hedonista al que ha querido llegar con los años, y teniendo en cuenta lo rico de su «background», la cosa tiene su aquel. Como la portada.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Love This Town’, ‘Spend Some Money’, ‘I Don’t Need a Reason’, ‘Goin’ Crazy’
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Escúchalo: Deezer