Azealia Banks / Broke with Expensive Taste

Azealia Banks ha publicado su disco a tiempo de que su carrera no sea considerada para siempre un chiste. Además nos ha llegado al final con la estrategia más adecuada para su caso, «por sorpresa». Ignoro cuánto más podría haber sido retrasado este ‘Broke with Expensive Taste’, pero lo cierto es que suena vigente y es un consuelo que, en los tiempos en que la duración de la fama de un artista se aproxima peligrosamente a los dos meses haya gente -no mucha, pero sí alguien- que se esté molestando en escucharlo y disfrutarlo.

Porque el disco, que mantiene casi el mismo tracklist que se dio a conocer en septiembre de 2013, es cosa seria. Aquí encontramos la aún incendiaria ‘212‘, recordándonos que no tantas cosas han pasado en el mundo de la música desde que descubrimos a Azealia Banks y aplicaba su impronta al ‘Shady Love‘ de Scissor Sisters; y que cien baladas de Emelis y Mileys y diez canciones a lo ‘Dark Horse’ después, todavía podemos decir que la idea de la rapera de hacer un disco sin apenas traps ni dubsteps ni EDM suena bien.

En sus momentos urban, a ‘Broke with Expensive Taste’ no hay quien le tosa. Ya conocíamos los beats oscuros de ‘Heavy Metal and Reflective‘ de Lil Internet, o del mismo productor en ‘Yung Rapunxel’, casi una reinvención a lo Harlem de los Crystal Castles más industriales. Pero ahora hay que añadir más material interesante. ‘Desperado’ mantiene ese espíritu tenebroso que domina todo el disco y su portada, y Lone es el encargado de cerrar el álbum con dos temas tan acertados como ‘Miss Amor’ y ‘Miss Camaraderie’, con los que difícilmente podrás mantener los pies quietos, poniendo seriamente en duda la teoría de que 60 minutos de disco son demasiado para una debutante.

Otros cortes favoritos son el pepinazo noventero ‘Chasing Time‘, con el que no ha pasado nada pero debería; o ‘Ice Princess’, otra de las pocas pistas en cuyo estribillo se bordea (sin pisar) el EDM. Las estrofas son de un R&B más sedoso en el que no cuesta identificar -se pronuncia su nombre, claro- a AraabMuzik, y por alguna razón el contraste tampoco desentona nada entre los guiños jazz que hemos oído poco antes en ‘Wallace’ o los funk que nos esperan poco después en ‘Luxury’ (Prince meets los silbidos de ‘Moves Like Jagger’).

En cuanto a su variedad sin perder la coherencia, hay que citar especialmente dos canciones que, más que espantar, trascienden géneros. Y no me refiero a las percusiones tribales featuring chimpancé de ‘Idle Delilah’, sino al punto latino «Mira cómo baila la nena morena» de ‘Gimme a Chance’, y al inesperado momentazo girl-group debido a unos riffs surferos tomados de nada menos que Ariel Pink (‘Nude Beach A-Go-Go’). Es entonces cuando te das cuenta de que estás disfrutando de un gran disco de pop que puede atravesar fronteras y no de uno sólo pensado para el onanismo del fan hip-hopero.

Aunque, por supuesto, Azealia Banks es una gran rapera y es una gozada sumergirse en sus ocurrencias del tipo «voy a sacar a la lesbianorra que tu mujer lleva dentro» en ‘BBD’ (guiño a Scissor Sisters aparte incluido). Al final es inevitable pensar que es ella, la artista a la que llevamos tres años esperando, la persona capaz de dar unidad a cualquier cosa. Atrás dejamos trifulcas con Pharrell, Disclosure, Lily Allen, largo etcétera, y niñatadas varias. Recordemos: después de todos estos retrasos y desplantes tiene sólo 23 años.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘212’, ‘Chasing Time’, ‘Ice Princess’, ‘Yung Rapunxel’
Te gustará si te gusta: Missy Elliot, AlunaGeorge (a ellos recuerda ‘Soda’), The Neptunes
Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Sebas E. Alonso