Emile Haynie, a la caza del récord de superestrellas en un disco

Producir temas tan populares de Lana del Rey como ‘Born to Die‘ o ‘Blue Jeans‘, un tema tan capital en la carrera de Kanye West como ‘Runaway’, ‘Locked out of Heaven’ de Bruno Mars, el reciente ‘Doom and Gloom’ de Rolling Stones, ‘My Kind of Love’ de Emeli Sande y ‘Over the Love’ de Florence and the Machine, por mencionar sólo algunos créditos de un CV en el que también figuran Eminem o fun., te tiene que dar vía libre para hacer lo que te dé la gana. Pero el productor Emile Haynie insiste en que su primer álbum, lo ha grabado con sus amigos, no tirando de agenda metiendo todos los nombres que llegaron a ella.

Lo bueno es que en la lista de sus mejores amigos en esa agenda están Lana del Rey, Rufus Wainwright, Lykke Li, Andrew Wyatt de Miike Snow, Florence and the Machine, Nate de fun., Charlotte Gainsbourg, Julia Holter, Father John Misty… No, no es una agenda cualquiera. Y todos ellos -unos con más protagonismo que otros- han pasado por ese disco llamado ‘We Fall’ que cuenta una historia de amor y desamor de principio a fin. Escrito en la primera mitad de 2014 con esa serie de personajes que iban pasando como por casualidad por un hotel de Los Ángeles en el que en principio Emile se iba a quedar diez días, el álbum viene presentado por un corte de ambiente tremebundo llamado ‘A Kiss Goodbye’ en el que colaboran Charlotte Gainsbourg y Sampha, el single oficial ‘Falling Apart’ con las voces de Andrew Wyatt y Brian Wilson -una balada casi navideña-, y un segundo sencillo oficial en el que Nate Ruess de fun. deja la impronta pop indisociable de su voz.

Emile Haynie estuvo el pasado mes de julio (!!!) en Madrid pinchando todas las canciones del álbum en un hotel y después pudo contestarnos un par de preguntas, pidiéndonos posteriormente a través de su sello, hasta en dos ocasiones, que contuviéramos esta entrevista como consecuencia de los múltiples retrasos que sufría el lanzamiento del disco, que al final ha llegado al mercado… justamente rodeado de otros discos de desamor como los de Natalie Prass, Tobias Jesso Jr, etcétera.

Entre las respuestas que nos dejaba hace ya casi un año, por ejemplo, qué estrella ha sido la más difícil de conseguir para este álbum. Fue el oscarizado Randy Newman (nominado 20 veces en las categorías musicales), al que describe como el compositor favorito de todos los compositores. «Randy Newman fue el más difícil. Lana del Rey, Andrew Wyatt, Lykke Li… son mis amigos, hacemos música juntos pero es secundario con respecto a nuestra amistad. Pero Randy… estaba obsesionado con su disco ‘Sail Away’. Cuando Andrew (Wyatt) escuchó la maqueta de lo que ha terminado siendo la canción de Randy Newman (‘Who to Blame’) me dijo que seguro que estaba pensando en ‘Sail Away’, pero yo nunca lo había oído, lo puse y dije «joder: esta es la voz que oigo en mi cabeza en esta canción, se parece tanto a mi canción…». Soy amigo de su ahijada, intenté buscarle, le mandé un montón de mails larguísimos diciendo lo importante que era para mí que cantara esa canción, pero no obtenía respuesta. Me costó dos meses conseguir una cita de cinco minutos, fui a su casa y fue un tipo muy divertido. Él estaba bastante receloso, hacía 40 años que no interpretaba un tema que no hubiera escrito él, me decía que no cantaba en otros discos, y que además sabía que este era de desamor. Me dijo «no hago música tipo «baby, I miss you», pero no me estoy quejando, fue todo como un cumplido. Escuchó el tema, y una vez se hizo una idea de lo que quería, de dónde venía, le alegró hacerlo».

La tónica general ha sido otra completamente diferente, como es el caso de Florence + The Machine, invitada a hacer unos tímidos coros en ‘The Other Side’, uno de los pocos temas en que canta el mismo Emile. «Florence es una amiga muy cercana y se quedaba un mes en mi hotel, en una habitación un piso por encima de la mía. Ella sabía en qué andaba, hablábamos mucho del amor y de la vida, pero yo no quería pedirle que cantara, no quería presionarla, pero me moría por tener su voz en el álbum. Realmente yo ya estaba acabando y tenía todo casi terminado, pero el último día que ella pasaba en el hotel, tenía la ventana abierta y le llegaba el sonido de la canción y me dijo que era bonita y que quería cantar. Y me dijo: «voy a tu habitación en 10 minutos». Esa última canción es muy personal y pensé que molaría tener una voz femenina de fondo y cuál mejor que la de Flo. Le dije que hiciera lo que quisiera, cogió el micrófono que tenía y lo hizo todo en 15 minutos. Pensé que era muy bonito y además creo que funciona bien con respecto a lo que buscaba, esa sensación de incertidumbre, junto a la necesidad de salir del pozo y empezar de nuevo». El tema, que termina repitiendo «you don’t even matter no more» antes de un nuevo alarde de cuerdas, es el final para un disco que relata una historia de amor contada en orden cronológico, con el mencionado single ‘Falling Apart’ ejerciendo de sumario al principio, y el tema con Rufus Wainwright, ‘Little Ballerina’, como corte 2, contando cómo se enamora la persona protagonista.

«La voz de Lana es tan bonita, casi perfecta, que me gusta producirla yuxtaponiendo algo bastante feo en contraste»

La de Lana del Rey, pista tres, no va a ser single de momento, aunque a día de hoy (abril de 2015) multiplica por 3 en popularidad a la segunda canción más escuchada del disco en Spotify. Se trata de ‘Wait for Life’, una bonita balada con cuerdas con parte del sonido dulce que se echa de menos en ‘Ultraviolence’ y una voz agudísima en la coda final. «Quién sabe si será single. Es la segunda canción que hice. Lana y yo estábamos juntos trabajando en su música, ella sabía perfectamente toda la historia de por lo que yo estaba pasando y decidió contribuir aportando el punto de vista de la mujer. Sería un gran tercer single, pero no lo sé. Se han escogido dos sencillos, pero es todo tan personal que no puedo pensar en singles». Aunque Emile nos visitó para hablar de su nuevo álbum, no pude evitar preguntar por el momento más misteriosamente adictivo de la discografía de Lana del Rey: ese grito masculino que aparece cíclicamente en ‘Blue Jeans’ y que por cierto también fue usado por John Gray en ‘Mad on Her’. Emile se ríe, sorprendido por la pregunta, y no parece muy dispuesto a revelar el secreto último. «Es sólo una grabación rara de un hombre gritando. La voz de Lana es tan bonita, casi perfecta, que me gusta producirla yuxtaponiendo algo bastante feo en contraste. Por eso en mis canciones con ella suenan niños gritando, hombres gritando, hay ruidos de animales, algo de distorsión. Creo que mola». ¿No hay sample, entonces? «No, no es una canción antigua, es una grabación rara sin más. No había un plan. Lana me preguntó de hecho qué era eso y le dije que no sabía, pero pongo muchas cosas así en sus canciones».

Emile parece bastante preocupado por encontrar ese contrapunto femenino para sus composiciones. Como el de Lana, es el caso de la contribución ambiental -cómo no- de Lykke Li, que canta en un «reprise» de ‘Falling Apart’. «Siempre tuve en mente tener una chica que cantara el punto de vista de la chica. Quería que una mujer se explicara. Lykke Li se pasó de visita por el hotel a por un café, en principio no teníamos plan de grabar, sólo de escuchar, pero le dije que tenía un micro y que buscaba una canción-respuesta para ‘Falling Apart’. Y ella cambió un poco la idea de la canción. Yo pensaba en cosas como ‘Here, My Dear’ de Marvin Gaye. Muchos discos que escucho de los 60, de los 70 tienen distintas versiones de la misma canción, era muy habitual en la época y las canciones que me han quedado más masculinas es bueno que tengan una versión femenina». La otra canción a modo de pequeño «reprise» es una respuesta al mencionado tema de Rufus en el que se unen nada menos que Julia Holter y Father John Misty. Sobre ella me llama la atención que la describa como una de sus «artistas folk» preferidas del momento, ya que la etiqueta parece pequeña para la magnitud de su obra. «Yo tampoco la considero «folk», pero es que no sé cómo describirla. No es que suene como retro-folk pero es moderno, único y aun así a lo que me recuerda es a gente como Joni Mitchell, es ella y su voz. Tampoco es que sepa muy bien qué es el folk en 2014″.

De Father John Misty, cuyo ‘Fear Fun‘ Emile adora, habla cuando le pregunto qué espera de este disco, si un éxito similar al que Mark Ronson, quien por cierto toca el bajo en el tema con Rufus ‘Little Ballerina’, logró con ‘Version’ gracias a ‘Valerie’ de Amy Winehouse. «Quién sabe, no he hecho el disco nada más que como terapia. Estoy contento con haberlo hecho sin más. En cuanto a éxito comercial no tengo ni idea. No he hecho un disco tipo «voy a llamar a todo el mundo que conozco para ver qué pasa», son mis amigos, me encantan sus voces, me da igual si vendo 1000 millones de discos o 3 discos. No sé, sólo quiero que la gente tenga claro que no es un disco de productor. La única razón por la que no canto es porque no me siento seguro cantando. Aun así, canto un par de temas… Hice las demos un poco borracho para que los cantantes las interpretaran y Mark Ronson me animaba a cantar. Una de las canciones quería que Father John Misty la interpretara y él también me dijo que debía cantarla yo. Al final nos conocimos y nos hicimos amigos y accedió a cantar. Las cosas fueron saliendo de manera natural. No tengo grandes expectativas».

En cuanto a las posibles presentaciones en directo, Emile cuenta estar francamente impresionado por un show que vio de Spiritualized interpretando ‘Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space’ y una conversación que tuvo a posteriori con Jason Pierce durante 2 horas, y un show de Portishead con proyecciones y orquesta. «Si dependiera de mí estarían todos los que han participado en este disco, pero será imposible, así que trataré de reunir al máximo número de gente posible. Todo en este álbum es «veremos qué pasa»».

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