¿A alguien le interesan aún los MTV Video Music Awards?

La semana pasada las quejas twitteras efectuadas por Nicki Minaj acerca de la «no nominación» de ‘Anaconda’ como Vídeo del Año en los próximos MTV Video Music Awards copó los titulares, al igual que ese absurdo beef entre la rapera, Taylor Swift y Katy Perry, absurdo puesto que Beyoncé, que también es negra, sí está nominada en la categoría más importante, echando por tierra la teoría de la conspiración de Nicki. El erótico-festivo videoclip sí que optará a una estatuilla en la categoría de Mejor Vídeo Hip-Hop este 30 de agosto, pero la pregunta del millón es muy sencilla: ¿actualmente tiene alguna validez alzarse con este premio de esta cadena que a duras penas emite videoclips en horarios decentes?

Mucho han cambiado las tornas en los últimos años, donde más que la calidad se premia la viralidad y el éxito mediático de un artista concreto. Ganadores precedentes como el ‘Nothing Compares 2 U’ de Sinéad O’Connor (Mejor Vídeo en 1990), ‘Jeremy’ de Pearl Jam (1993) o ‘Tonight, Tonight’ de The Smashing Pumpkins (1996) se antojarían imposibles en nuestros días, donde lo comercial prima por encima de cualquier atisbo de creatividad. Y es más, viendo los nominados que este año optan a ganar la categoría reina, dudamos mucho que ninguno de ellos vaya a pasar a los anales de la historia reciente del videoclip precisamente.

Que un vídeo grabado con cuatro céntimos como ‘7/11’ de Beyoncé opte a Mejor Vídeo del Año ya habla por sí solo de la absurdez que desde los últimos años reina en esta ceremonia. Es un vídeo gracioso y una mina de gif’s, ¿pero el mejor del año? A la esposa de Jay Z básicamente se la ha nominado por ser una de las féminas más mimadas por este canal de televisión, y ya. Y lo mismo puede decirse de Taylor Swift y su ‘Bad Blood’, ya que desde que la joven fuera humillada por el bocachanclas de Kanye West en 2009 cualquier cosa que presenta se vende desde la MTV como la panacea del pop.

Si los premios se basan en el número de reproducciones en youtube, los ganadores de esta edición deberían ser Mark Ronson y Bruno Mars por ‘Uptown Funk’, que ya arrastra la friolera de 877 millones de reproducciones (detrás de ellos está Ed Sheeran con 631, Taylor con 378, Beyoncé con 241 y Kendrick Lamar con tan sólo 11 millones). Así que dentro de unas semanas comprobaremos si los plays cuentan en este asunto.

Asimismo, la ausencia del ‘Bitch Better Have My Money’ de Rihanna es del todo sonada (la excusa es que el vídeo se estrenó un día fuera de plazo, sólo un día después que ‘Alright’ de Kendrick Lamar, que sí que opta al premio mayor). Sobre todo, cuando vídeos menores como ‘Thinking Out Loud’ de Ed Sheeran pueden triunfar a finales de agosto sin que sepamos muy bien el porqué. Por supuesto no hay ni rastro de Björk (‘Black Lake’, como mínimo, se merecía una nominación), y artistas como Florence + The Machine o FKA Twigs se han tenido que conformar con categorías menores que no les hacen justicia.

Dicho esto, ¿tiene sentido ver la gala en directo? Pues al final ese es el único consuelo que nos queda. Desde siempre los MTV VMA nos han regalado momentazos irrepetibles (el último, sin ir más lejos, la polémica actuación de Miley Cyrus en 2013, de la que seguro que hará alguna mención su protagonista al ejercer de maestra de ceremonias en esta edición) y performances que al día siguiente han colapsado los titulares de medio mundo. Estamos a la espera pues de ver quién la liará parda en unas semanas, porque a lo que los premios se refiere importa más bien poco quién acapare más estatuillas.

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Publicado por
Sergio del Amo