Melanie Martinez / Cry Baby

Una triunfita ha sido capaz de hacer el disco de pop por el que muchas superestrellas internacionales matarían. La neoyorquina Melanie Martinez (su apellido se debe a su ascendencia portorriqueña y dominicana) fue parte de la selección de Adam Levine de la tercera edición de The Voice USA, la que tuvo lugar en 2012. Melanie no llegó a la final, pero empezó a montárselo por su cuenta y el año pasado ya tenía listo un EP encabezado por ‘Dollhouse’, una canción fundamental en su carrera producida por sus hombres de confianza Kinetics & One Love, que muy sabiamente aparece recuperada aquí.

La primera impresión que dejan esa canción (que recuerda en su inicio al mítico ‘Lemon Tree’ de los one hit wonders Fools Garden) y el tema inicial y otro de los singles principales, ‘Cry Baby’, es que Melanie Martinez es otra de esas cantantes a rebufo del éxito de otra gente, en este caso las ventas millonarias de Lorde y Lana del Rey, dos rarezas del pop de los últimos años en una industria inundada de EDM, post-dubstep, trap, etcétera. El oscuro sonido de Melanie es más bien apto para bandas sonoras del tipo ‘Los juegos del hambre‘ o Tim Burton (por donde han pasado las artistas mencionadas), y para muestra canciones como ‘Milk and Cookies’ o la maravillosa ‘Training Wheels’, que habrían encajado perfectamente en esos proyectos y encajarán en las discotecas de aquellos que echen de menos a la antepenúltima Lana del Rey.

La honestidad que rezuma esta última, una recreación en el amor que ha co-escrito y producido Babydaddy de Scissor Sisters, es uno de los detonantes para que poco a poco te olvides de las influencias y empieces a adentrarte en este esquinado disco conceptual. Como en el caso de ‘Queen of the Clouds‘, la idea es sencilla, minúscula, pero 100% efectiva. Donde Tove Lo analizaba simplemente las etapas de las relaciones humanas (sexo, amor, dolor), Melanie Martinez ha ideado un personaje llamado «Cry Baby» que, salvo alguna historia inventada, es ella misma. Ya sólo el nombre es naíf y deudor de los «girl groups» hasta decir basta. E incluso aparece una revisión de ‘It’s My Party’ de la desaparecida Lesley Gore

, innecesaria tan poco tiempo después de haber conocido la de Amy Winehouse.

Sin embargo, Martinez logra un excelente y envidiable equilibrio entre esa vertiente más aniñada, más Katy Perry y Meghan Trainor; y otra más oscura, más Lorde. En representación de la primera, el disco se acompaña de una serie de ilustraciones de Chloe Tersigni que, a modo de cuento, nos hablan de una familia infeliz (‘Dollhouse’), de un chico al que no te atreves a decir que te gusta (‘Soap’), al que adoras y animas a emprender una relación (‘Training Wheels’) y de un lobo que amenaza con devorar a esta Caperucita (‘Tag, You’re It’).

En la otra cara de la historia, la del mundo real, encontramos que ese ‘Tag, You’re It’ lleno de sonidos y referencias infantiles, no representa sino la pérdida de la inocencia: el escenario de una violación en pleno debate sobre el trauma que ocasionan los asaltos sexuales (1, 2, 3). Inmediatamente después, ‘Milk and Cookie’ es la venganza de esa niña, tamaño ‘Hard Candy’; ‘Pacify Her’, la aceptación de que el asalto te ha cambiado para siempre; y ‘Mrs Potato Head’, una crítica de la necesidad de recurrir a la cirugía para aceptarse a uno mismo en medio del dolor. Lo mejor es que esa dicotomía entre lo naíf y lo adulto se resuelve claramente hacia lo segundo en lo musical, con una serie de producciones maduras, modernas pero atemporales, que podríamos vincular a los bajos duros de la última Beyoncé (‘Carousel’), FKA twigs (‘Sippy Cup’) o AlunaGeorge (‘Pacify Her’). Puede que a Melanie Martinez le haya faltado un tema tan inquieto como ‘Royals’ o tan atemporal como ‘Born to Die’, pero lo cierto es que ‘Soap’ es uno de los mejores himnos burbujeantes (de pompas de jabón) que ha dejado el post-R&B este siglo y que el desenlace de esta historia te mantiene con los ojos abiertos hasta el final. ¿Cómo acabará la pobre Cry Baby?

SPOILER ALERT. El último acierto del disco es que Melanie Martinez no haya decidido cerrar con la típica balada con guitarrita, sino con un himno de autoafirmación que no cae en los manidos «carpe diem» de los divos y divas de turno. ‘Mad Hatter’ es un tema contundente y divertido en el que sí, Melanie aprende a aceptarse a sí misma, pero sin dramas ni autocompasión. Entre referencias a ‘Alicia en el país de las Maravillas’, después de la decepción del mundo que nos rodea, concluye: «¿Qué pasa si he perdido la razón? La mejor gente siempre es la que está loca». Bienvenida al club.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Soap’, ‘Training Wheels’, ‘Cry Baby’, ‘Dollhouse’
Te gustará si te gusta: Lana, Lorde, Nicola Roberts, Tove Lo, Zahara, la primera Björk
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Sebas E. Alonso