Lana Del Rey / Honeymoon

«Solo soy un alma con buenas intenciones», canta Lana Del Rey en ‘Don’t Let Me Be Misunderstood’, la versión de Nina Simone que cierra su nuevo álbum, ‘Honeymoon’. ¿Existe acaso mejor canción para que interprete una persona a la que atribuimos letras y declaraciones tan cuestionables (pero que siempre se ha mostrado honesta, incluso vulnerable, al respecto)? «Señor, no dejes que se me malinterprete», implora Del Rey. «Solo soy humana y cometo errores como todo el mundo». La obra maestra que escribieron Bennie Benjamin, Gloria Caldwell y Sol Marcus para Nina Simone en 1964 suena, en voz de Lana, confeccionada expresamente para ella casi como ninguna otra canción en su repertorio.

No vamos, a estas alturas, pues, a hacernos los sorprendidos y las sorprendidas por escuchar a Lana Del Rey cantar «me gustas mucho / así que hago todo lo que tú quieras» en ‘Music to Watch Boys to’. Como ocurría con ‘Born to Die‘ y ‘Ultraviolence‘, si alguien se dedicara a leer este disco desde una perspectiva feminista, Lana saldría muy mal parada. Pero ella, por lo menos, es coherente y puede presumir de haber construido toda una fantasía hollywoodiense alrededor de su persona, que la ha solidificado como el icono periférico por excelencia de la generación post-Gaga, post-Adele y, en general, de la generación post-todo.

Desde esa periferia obra Lana de nuevo en este ‘Honeymoon’ que no es sino otro episodio más en su fascinante historia llena de glamour, viajes en descapotable por la soleada California, copas de «tequila sunrise» y mucha, mucha melancolía. Producido por ella misma junto a Rick Nowels y Kieron Menzies, con quienes ya contó en ‘Born to Die’, ‘Honeymoon’ es el sonido del viejo Hollywood trasladado al pop del siglo XXI: hay cuerdas de los años cuarenta (‘Honeymoon’), bases de trap lento que dialogan con vientos de «free jazz» (‘Freak’), guitarras pantanosas (‘Terrence Loves You’), sintetizadores «vintage» (‘…Misunderstood’) y flautas de Oriente Medio (‘Music to Watch Boys to’).

El resultado es un trabajo ecléctico, sólido, con identidad pero, como es costumbre en los discos de Lana, también irregular. Momentos de belleza espectacular como ‘Honeymoon’, que presenta cuerdas esplendorosas y una melodía hermosa como un sol; la plañidera ‘Terrence Loves You’ o ‘God Knows I Tried’, una de sus baladas más emocionantes, se suceden con otros más derivativos e intrascendentes como ‘Religion’, que no habría desentonado en ‘Born to Die’… entre el relleno, o ‘The Blackest Day’. El mismo problema presentan letras, brillantes por momentos (ese «las mentiras pueden comprar la eternidad» de ‘Music to Watch Boys to’), ridículas por otros (‘Salvatore’ parece una autoparodia).

A veces, escuchar a Lana cantar ciertas cosas, de hecho, produce reparo. «El día tiene solo 24 horas», lamenta en ’24’, «y la mitad de ellas las pasas tumbado despierto / pensando en asesinato y masacre». «Si te tumbas con perros», concluye, «entonces cogerás pulgas» (¿en serio?). Se lo perdonamos, claro, porque en realidad no hay muchas intérpretes actualmente que canten estupideces de una manera tan hermosa, y es su voz y solo su voz la que proporciona algunos de los mejores momentos de este disco, como la confianza con la que Lana aborda ‘God Knows I Tried’, su suprema delicadeza en los versos de ‘Art Deco’ o en la exquisitamente arreglada ‘Salvatore’, o su excelente interpretación de ‘…Misunderstood’, que suena como si la hubiera grabado medio ebria, a punto de llorar, con un gin-tonic en la mano.

Curiosamente, el primer single del disco, ‘High By the Beach’, no es de lo mejor, aunque sí un buen tema por sí mismo que gana con las escuchas y al que, gracias a su vídeo inenarrable, te acabas encariñando. Eso sí, con menos esfuerzo en esa dirección le hemos oído a Lana sencillos mejores. Por eso, en su estilo, encontramos en el álbum temas mucho más interesantes como ‘Freak’ o ‘Art Deco’, que también se agencian del trap pero de una manera más creativa.

Como ‘Ultraviolence’, en definitiva, lo mejor de ‘Honeymoon’ es que es un mundo en sí mismo ajeno a las listas, y eso es lo que convierte a Lana y a su música en un fenómeno tan atractivo. Con sus más y sus menos, Lana al final es eso: una historia fascinante, a menudo impenetrable, fantasiosa y contradictoria, pero una historia fascinante al fin y al cabo, llena tanto de buenas intenciones como de grandes canciones.

Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Honeymoon’, ‘Music to Watch Boys to’, ‘High By the Beach’, ‘Terrence Loves You’, ‘Art Deco’, ‘Don’t Let Me Be Misunderstood’
Te gustará si te gusta: Marilyn Monroe, Hope Sandoval, los primeros Goldfrapp… y mucho Lana Del Rey
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: lana del rey