Después de sus coqueteos con el punk en Tist Icicles y con el pop orquestal en Lightspeed Champion, Dev Hynes definió el estilo de su nuevo alias, Blood Orange, de manera sólida tan pronto como en su primer single, ‘Dinner’, un interesante aunque olvidable número de R&B bailable ochentero con mensaje turbio. «Espero que mueras infeliz / haré todo lo posible para que no seas feliz nunca», cantaba Hynes. Mal rollito.
Para su álbum debut como Blood Orange, producido por Ariel Rechtshaid, Hynes se inspiró en los travestidos neoyorquinos de ‘Paris Is Burning’. El resultado es un trabajo elegante que combinaba R&B, post-disco y sonidos de la nueva ola de los 80 a menudo incluso en una misma canción. ‘Champagne Coast’ es uno de sus números más sofisticados, un tema anhelante en el que Hynes atiende angustioso a una relación abocada al fracaso, y que más tarde recuperaría en el single ‘Time Will Tell’.
Aunque Dev Hynes se parece mucho a Rick James, a quien suena en el primer single de ‘Cupid Deluxe‘ sobre todo es al primer Prince o a los Mtume de ‘Prime Time’. Su oído para el «groove» es exquisito especialmente en este número que con tanto acierto resume el estilo de Blood Orange: guitarras infecciosas, esqueleto funk, una melodía irresistible y una atmósfera neblinosa con filtro VHS que solo tiene sentido en el siglo XXI. Pop expresamente nostálgico, como los 80 versionándose a sí mismos.
«Dime la verdad, nene, ¿te estoy perdiendo para siempre?», implora Solange en ‘Losing You’, el tema de presentación de su EP, ‘True‘, mientras los contemplativos teclados ambientales que la acompañan a lo largo de todo su minutaje logran expresar exactamente lo mismo. Este tema, que combina elásticos ritmos de balearic house, percusiones africanas y románticas melodías de R&B en la línea de Janet Jackson, convirtió a Solange en la más «cool» de las hermanas Knowles mucho antes, claro, del disco sorpresa.
La mejor balada de Carly Rae Jepsen, incluida en su último disco, ‘E•MO•TION‘, encuentra a la autora de ‘I Really Like You’ convertida en una intérprete de «slow jams» románticas de los ochenta en el estilo de Ready For the World o el de la Shirley Murdock más anhelante, y es por tanto una canción de baile de fin de curso ideal. ‘All That’ es como revivir esos ochenta o primeros noventa que todavía no conocían el hip-hop desde un prisma de modernidad totalmente irresistible. Su apasionado, eufórico pero sutil estribillo repetido final hipnotiza la mente y eleva el alma a partes iguales.
Una base disco es el esqueleto de esta compleja y atmosférica producción con guitarras funk y percusiones africanas sobre la juventud LGBT sin casa de Nueva York. En ella, Hynes retrata el lado más oscuro e inquietante de la noche neoyorquina y lo hace en una de sus producciones más visuales a la par que cálidas. El solo de guitarra final es, gracias a su cambio de clave y su desarrollo final al éxtasis, un momento inolvidable.
Esta excelente canción incluida en ‘Tough Love‘, el segundo álbum de Jessie Ware, encuentra a Dev Hynes recuperando sus inquietudes disco en una producción densa, aterciopelada y de una elegancia suprema en la que sedosa voz de Ware suena en su salsa. No obstante, estamos también ante una melodía de fondo muy clásico y, por tanto, nada impenetrable. El final, por cierto, todavía produce escalofríos.
Si algo demuestra ‘Chosen’ más que otra canción en el repertorio de Blood Orange es que las composiciones de Dev Hynes son alternativas en tanto que expresamente anacrónicas. Esta cautivadora balada romántica de seis minutos es, en esencia, un clásico perdido de 1984. El elemento que lo diferencia es su gusto por la reverberación y su enfoque en la atmósfera, que prácticamente deja la melodía a un segundo plano; por lo demás, estamos ante uno de sus momentos más convencionales y, casi por eso mismo, también ante uno de sus más memorables.
‘Chamakay’ es la canción más sensual del repertorio de Blood Orange. Se trata de un dueto con Caroline Polachek de Chairlift, que se mueve como pez en el agua en este soleado medio tiempo entre saxos sofocantes, marimbas ufanas y hermosas ambientaciones de sintetizador. «Sobre todo, soy sutil», susurra Hynes, mientras Polacheck ofrece una de sus actuaciones más afectadas y bellas. La canción es una fantasía de principio a fin en la que apetece perderse de vez en cuando.
Aunque después de su pequeño rifi rafe en Twitter todavía no está muy claro quién escribió qué en ‘Everything Is Embarrassing’, lo cierto es que el clásico de Sky Ferreira no incluido en su álbum debut es probablemente la mejor canción en la que jamás haya estado involucrado Dev Hynes. El toque nostálgico con lágrimas en la mirada en su producción es inequívocamente suyo, claro, pero la melodía vocal podría ser perfectamente obra de Sky; al fin y al cabo, ella misma es autora de una canción igual de buena, ‘I Blame Myself’, pero esa es otra historia.