Es uno de los vídeos más sugerentes y que más está dando que hablar últimamente. Esquivo y enigmático, pero poroso a interpretaciones, ‘Blackstar’ presenta un escenario inquietante y fantástico, voluntariamente artificioso (casi una reinterpretación del ‘Viaje a la luna’ de Méliès), donde vemos el cadáver de un astronauta -¿el mayor Tom?- cuya calavera enjoyada recuerda a la de Damien Hirst. A partir de ahí, como si todo fuera una visión pesadillesca de ese profeta ciego con ojos a lo ‘Coraline’ que parece encarnar Bowie, se suceden imágenes que van desde lo profundamente siniestro (los espantapájaros crucificados, los bailarines espasmódicos) a lo desconcertantemente naif (los planos con el libro que recuerdan al arte soviético y maoísta). El vídeo está dirigido por Johan Renck (‘Breaking Bad’, ‘The Walking Dead’, ‘Halt and Catch Fire’), quien se dio a conocer realizando clips para Madonna (‘Hung Up’, ‘Nothing really Matters’) o Kylie (‘Love at First Sight’).
¿Se ha puesto Xavier Dolan la corbata y el boli asomando en el bolsillo de la camisa para realizar el vídeo de Adele de la forma más funcional y servicial posible, o en realidad iba en chándal y lo ha dirigido entre picoteo y picoteo del cátering? Para hacer un vídeo tan convencional y, sobre todo, impersonal (su mayor gesto “autoral” ha sido sacar un móvil de hace diez años), no hacía falta haber llamado al enfant terrible de Québec. Lo podría haber dirigido cualquier otro. Sin embargo, ya puestos a sacar las tripas a las imágenes, hay dos aspectos que sí podríamos considerar “muy Dolan”. El primero es esa forma tan evocadora y cassavetiana que tiene el director de presentar a la cantante: desde muy cerca, con el pelo alborotado, como si fuera Gena Rowlands en, por ejemplo, ‘Opening Night’. Y la segunda ese ramalazo kitsch que le sale aunque no quiera. ¿Se le quedaría grabado de pequeño este anuncio?
Desde que hace casi quince años Gus Van Sant estrenara ‘Gerry’ es imposible ver a dos jóvenes andando por el desierto uno detrás del otro y no acordarte de ella. Aunque el director de ‘Amor de madre’, César Pesquera, declare ir en otra dirección totalmente distinta (“un híbrido surrealista y algo psicodélico entre ‘Paris-Texas’ y ‘Encuentros en la tercera fase’”), la memoria colectiva es implacable: si a esas primeras imágenes le ponemos música de Arvo Pärt tenemos un homenaje en toda regla a la imprescindible película de Van Sant. El vídeo del dúo barcelonés narra la travesía del desierto de dos personajes que se encuentran un “tesoro” a través del cual consiguen invocar a un extraterrestre y daliniano útero materno cuyo carnoso orificio haría las delicias de David Cronenberg
. Y es que, como dice la canción, “yo la quiero a usted mucho, madre”.La cantante canadiense ha “escrito, dirigido, montado y coloreado [sic]” su nuevo vídeo, un clip dividido en dos partes -Act I: Flesh, Without Blood y Act II: Life in the Vivid Dream- que corresponden a dos canciones de su nuevo álbum, ‘Art Angels’. Aunque tiene mucho de revoltijo colorista y rococó, como si a Tarsem Singh se le hubieran abierto los rotus en el bolsillo, y hay planos muy cutres, como esa pista de baloncesto con los coches pasando por detrás, es indudable el atractivo visual que desprenden los dos personajes que encarna Grimes, sobre todo en la parte final del vídeo: una María Antonieta fosforita y ensangrentada, y un ángel exterminador con lentillas demoníacas. La cantante derrocha magnetismo y actitud (no así sus acompañantes, ¿se han visto?) en esta fiesta de pijamas que se convierte poco a poco en un cuento macabro.
El último vídeo de Drake, dirigido nuevamente por el canadiense Director X (quien acaba de debutar en el cine con ‘Undone’), es todo lo contrario al de Grimes: minimalismo lumínico, suavidad cromática y simplificación geométrica al servicio de los muy, ejem, personales movimientos del rapero. Que nada le haga sombra, parece haber pensado el director. A pesar de un prometedor prólogo, que parece anunciar una ficción de tono satírico ambientada en un call center lleno de variaciones anatómicas sobre un mismo tema (Nicki Minaj), el vídeo finalmente se queda en muy poco, en una sucesión de planos de Drake bailoteando en unos escenarios que parecen interpretaciones decorativas de las obras de Dan Flavin. Conclusión: ¡que sigan las parodias!