Es sorprendente que tras todas estas apariciones públicas nadie haya logrado sonsacarle nada definitivo sobre cuándo volverá a editar un álbum de pop. Todo lo que ha hecho en los dos últimos años ha estado bien, pero nada ha estado tan bien como la mitad buena de ‘ARTPOP’. Aunque nadie lo recuerde, en esta web apuntamos que su fichaje para ‘American Horror Story’ era una gran idea desde antes de verlo, pero a la postre su actuación fue más simpática que premiable: nadie puede justificar que ella y no Kirsten Dunst por ‘Fargo’ ganara el Globo de Oro a la mejor actriz. Los repelentes himnos nacionales, las baladas buscanominaciones y las versiones de jazz sirven como lavado de cara, pero no son la Gaga favorita de nadie: la que puede batir récords de ganchos desplegados en cuatro minutos (‘Venus’), hacernos reír (‘Venus’) y crear estribillos magistrales (‘Venus’), la que sabe crear baladas exentas de caspa (‘Dope’) o mostrarse un poco más camaleónica de lo que decía Owen Pallett (‘Do What You Want’).
No voy a defender ‘ARTPOP’ como un gran disco porque su mitad mala era atroz y la producción de Zedd inspirada en Justice no es precisamente lo más avanzado e imaginativo que ha dado el pop de los últimos cinco años, pero en este tiempo sí ha resultado ser un digno superviviente: sus tres singles permanecen entre lo más oído de la artista en Spotify por encima de ‘Born this Way’, ‘The Edge of Glory’ o por supuesto ‘Judas’ y en algún lugar de él hay un álbum bastante notable y muy divertido. A juzgar por las referencias estéticas de ‘Applause’, estoy seguro de que ella tenía en mente hacer una especie de ‘Scary Monsters (And Super Creeps)‘, disco que ciertamente sí que debería haberse llamado ‘ARTPOP’, pero le salió una cosa rara y regular cerrada. Aun así, con una secuencia alternativa y menos canciones, podría competir con ‘The Fame Monster’ por el título a su mejor disco.
El álbum, sin embargo, no pudo estar más marcado por la mala suerte y peor gestionado: el vídeo del segundo single ‘Do What You Want’ jamás se editó, el de ‘G.U.Y.’ llegó demasiado tarde y era demasiado largo, cuando Lady Gaga presentaba el álbum en el iTunes Festival con la mirada atenta de millones de espectadores de todo el mundo, decidió pasar de tocar las mejores canciones del disco (ni ‘Gypsy’, ni ‘Dope’, ni ‘Venus’, ni ‘Do What You Want’… todo un despropósito), las presentaciones en televisión fueron un tanto errantes, dejando muy poco claro cuánto se tomaba a sí misma en serio… La propia Lady Gaga se confesaba deprimida a su término. Sin duda, quedó tocada.
Meses después de preguntarnos cómo sonaría su próximo trabajo, seguimos sin noticias certeras del largo, por lo que ya está claro que al menos se planteará como un disco de «comeback». Ya hace más de un año que se dijo que Gaga estaba trabajando con RedOne y no está anunciado ni siquiera un sencillo, por lo que a menos que haya «disco sorpresa», es difícil que se edite antes del verano, en caso de salir este año. Esto significará que por primera vez Lady Gaga ha estado tres años sin editar un álbum en solitario. Incluso un nuevo lanzamiento colaborativo con Tony Bennett podría llegar antes. Tras el fracaso enorme del disco del año pasado de Giorgio Moroder (eso sí que fue un flopazo y no los que siempre se asignan a las mujeres), cabe preguntarse si la artista ha desechado el material que escribió con él, pero no parece tener prisa por presentar al mercado cualquier cosa. Por otro lado, parece que no tiene miedo de que lo que haya podido grabar pierda vigencia. ¿Será tan atemporal? ¿O estará esperando que le salga un ‘Bad Romance’, una canción que triunfe sí o sí?
Lo seguro es que no debería descuidarse. El mundo del pop no espera por nadie y aunque la popularidad de Lady Gaga está asentada muy por encima de lo que dicen sus cifras -cuesta creer que sólo tenga 3 números 1 en Estados Unidos frente a los 14 de Rihanna, con los ríos de tinta que han corrido sobre ella-, el mundo que se va a encontrar en la industria es muy, muy distinto al de hace unos años. Igualar los 2 millones de copias de ‘ARTPOP’ sin la Navidad de por medio está al alcance de muy pocos, sumar un número 1 en el Billboard Hot 100 requiere de una carambola tan titánica de radio + streaming + ventas + vídeo que ni un macrohit como ‘Hotline Bling’ de Drake lo ha conseguido, las recaudaciones en gira son bastante más bajas que las de cuando empezaba y al fin y al cabo no le faltan tantos años para cumplir la edad que tenía cierta cantante la primera vez que alguien insinuó que era demasiado «vieja» para mover el cucu.
Britney y Beyoncé cumplirán este año 35, recordándonos que las princesas del pop de finales de los 90 pronto tendrán 40 y sufrirán, con toda seguridad, la discriminación de una prensa que nunca cita la edad de Bruce Springsteen, Bono, Morrissey o ese Iggy Pop que también se desnuda todo el rato sin recibir críticas. Esta Semana Santa se han batido récords de titulares misóginos en la prensa amarilla y en la que no es supuestamente tan amarilla y cada vez estoy más convencido de que el único camino entre los fans de Gaga y lo que antes se llamaban «divas» es el de la reconciliación y el respeto mutuo. La guerra está en otro sitio… Y el mundo es mucho más aburrido desde que a Gaga no le sale ningún número 1.