Día 5 y último: «cadáveres andantes después de toda la semana por ahí tirados»

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Día 5 y último: «cadáveres andantes después de toda la semana por ahí tirados»

jj1A estas alturas somos cadáveres andantes después de toda la semana por ahí tirados.

A partir del viernes el SXSW ha multiplicado por un millón su afluencia y atravesar la 6th Street (la calle principal del festival) es un calvario. En realidad la 6th Street era para estudiarla. Los últimos días la habían tomado los raperos, que se situaban uno cada 100m rodeados de su crew, poniendo sus maquetas en el móvil a toda hostia. Al pardillo de la crew por lo general le tocaba ponerse un cartel gigante en la espalda con el nombre del rapero en cuestión y su información de contacto, y repartía CD-R con las maquetas. Los nombres eran demenciales. Mi favorito: Killa Kalashnikov.

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Mi día fue dar vueltas, hacer colas y no ver prácticamente nada. Todo lo que quería ver tenía una cola demencial. Desesperados por no ver nada, nos metemos en un concierto de unos jubilados que tocaban cumbia y clásicos del rock, desde Santana hasta Rolling Stones. El acordeonista y cantante del grupo se ponía a escribir mensajes en el móvil en los trozos de canción en los que no hacía nada. Espero que esa costumbre no llegue a Europa, conozco a más de uno que no pararía. Había cerveza gratis al menos.

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Me decido a ir una hora antes de abrir puertas a la cola de The Roots (and friends) + Big Grams. Hice dos horas de cola y no me quedé ni medio cerca de entrar. Una locura. Vamos a Cypress Hill pensando que vamos a tener la misma suerte. ¡Sorpresa! ¡Al fin algo va bien! Cypress Hill hacen un concierto de clásicos en una azotea en el centro. Un fiestón. Todo hits.

«El acordeonista y cantante del grupo se ponía a escribir mensajes en el móvil en los trozos de canción en los que no hacía nada. Espero que esa costumbre no llegue a Europa, conozco a más de uno que no pararía»

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Antes de llegar a Austin mi intención era ver todo el rap que pudiese, porque por aquí prácticamente ninguno de esos grupos viene, y cuando viene, cuesta una millonada. Al final por este tema de las colas, sólo conseguí ver a Cypress, que es justo el grupo que más viene a España, pero oye, al menos estuvo guay.

Después de esto voy a ver a Jlin. No sólo no hay cola, sino que no hay ni dios. Apenas estamos unos 30 en el concierto, y es espectacular. El cansancio acumulado tuvo un efecto narcótico que hizo que me metiese en su concierto al segundo. De los mejores momentos del festival, muchísimas ganas de repetir.

Después de esto, ir a casa, dormir un poco, coger un avión y plantarme a trabajar de empalmada sin siquiera pasar por casa. Fin.

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