Además de comentar las mejores canciones de Eurovisión 2016 y las más sobrevaloradas, en este artículo recopilamos las que tienen pinta de acabar entre mal y muy mal. Os recordamos que podéis seguir toda la actualidad del festival en nuestro maravilloso Foro de Eurovisión.
¿Qué pasa en Reino Unido? ¿Cómo pueden estar en la vanguardia de la música pop, organizar una ceremonia de los Juegos Olímpicos en torno a la cultura pop, cuando el deporte no tiene nada que ver con la música, y cuando llega la hora de competir en Eurovisión enviar a grupos de tercera, cuarta y quinta fila? No espero a James Blake ni a FKA twigs ni a Róisín Murphy en Eurovisión, aunque Morrissey ya se ofreció, ¿pero qué tal alguien que haya tenido algún hit en Radio 1? ¿Qué tal alguien del BBC Sound Of?
Nuestro usuario Gobemouche nos ofrecía en el foro una interesante teoría que paso a reproducir en su integridad: «Creo que lo que dijo Bjorkman iba por la forma en la que Reino Unido se toma Eurovisión hoy por hoy -sistemáticamente a cachondeo- y el impacto que eso tiene en la reputación del festival. Con Graham Norton de comentarista, haciendo bromas disparatadas de absolutamente todo lo que aparece, lo gracioso y lo que no, Eurovisión se ha convertido en una extensión de su propio show en la BBC».
Muy divertido el rizo del rizo británico, siempre que no venga de un tristísimo mal perder, ahijado de su histórica arrogancia.
Parece mentira que Irlanda, otrora favorito eterna e incluso reputada ganadora, acuda tan perdida al Festival de Eurovisión. Sobre todo si recordamos que sus listas de éxitos son un calco de las británicas. Su genuina idea ahora ha sido enviar a un Westlife. El ahora casi FILF Nicky Byrne, en lugar de divertirnos, se muestra como una suerte de Bryan Adams local, con un tema pop-rock totalmente facilón que en lugar de llamarse ‘Sunlight’ debería llamarse ‘Next’.
La eslovena ManuElla, que pide a gritos un hashtag almodovariano, interpreta una canción con banjo llamada ‘Blue and Red’ llena de alegría y gorgorito que recopila varias ideas vertidas por The Corrs en varios momentos de su carrera. Por desgracia los irlandeses están en horas bajas y los artistas que los han imitado en el festival se cuentan por decenas. Si la sorpresa en el vestuario que veis en este vídeo es su mayor baza, tiene difícil la clasificación.
Cuando decimos que queremos modernidad, es esto justo a lo que no nos referimos: ‘The Real Thing’ es todo menos «lo auténtico», un pastiche de rock y dubstep perpetrado por unos Highway que vienen del Factor X nacional pero parecen proceder del mismísimo averno.
Ivan, que no parece haber escuchado ‘Loba’ de Shakira, pues no sabe de la misa la media de las posibilidades de un aullido en una canción pop, presenta otra que alterna el rock con algunos arreglos electrónicos rodeado de aullidos y lobos, con quienes por lo visto quería aparecer en pelota picada cual Mel Gibson millennial. ‘Help You Fly’ suena totalmente llena de clichés desde su misma portada emo (disponible en Spotify) llena de drama y maquillaje. Se clasifican la mitad de las veces, y uno no acierta a adivinar si esta vez es la que más complicado o fácil lo tienen.
La gran esperanza de Alemania es acaparar el voto de los fans de Björk si Jamie Lee opta por un tocado como el de este vídeo subido al canal oficial del ESC en Youtube. Por lo demás, ‘Ghost’ no es más que una balada en la que lo más recordable es un estribillo sacado del ‘Umbrella’ de Rihanna (su parte «Know that we’ll still have each other»). También hay una miguita de ‘Diamonds’ por algún lado.
La propia Barei reconoce que la canción finesa está en la estela de su ‘Say Yay!’. Pero el tema de Sandhja suena algo más anticuado y menos sorprendente. Donde el de Barei se desmelena con un estribillo casi instrumental muy a la moda de nuestra década, ‘Sing It Away’ recurre a un sonido disco más clásico y en este caso, ligeramente maquetero y viejuno. Teniendo en cuenta que abre la primera semifinal y que desde que ganaron con Lordi todo lo presentado por Finlandia ha sido un fracaso absoluto, poca gente apuesta por ellos.
‘Fairytale’ como canción pasa desapercibida, pero el vídeo de Eneda Tarifa difícilmente. Columpios de oro dando vueltas en bosques absurdos, bisutería a juego, capas de condesa Drácula, escaleras al cielo… Una pena la falta de presupuesto y la repetición de elementos, porque esto con dos duros más podría haber llegado a ser realmente fastuoso.
Grecia, quién te ha visto y quién te ve. De ser favorita varios años e incluso ganar con Helena Paparizou… a presentar este pasadísimo número folclórico grupal interpretado por Argo, en el que lo mejor es el vídeo de ese ‘Utopian Land’, que a su vez parece querer ser Woodkid… sin poder.
Menos posibilidades de clasificación tiene todavía Moldova Moldovia Moldavia. Lidia Isac interpreta la típica canción que alguien dijo alguna vez en el siglo pasado que es «eurovisiva» pero que no ha ganado el festival en este milenio. ‘Falling Stars’, que contará con visita interespacial sobre el escenario, no es lo peor que veréis en la primera semifinal, pero Moldavia lleva sin pasar a la final desde 2013 y no parece que esta vez vaya a añadir demasiados aliados.
Apena que Serhat, esta suerte de Leonard Cohen turco, en activo desde los 90, que en verdad representa a San Marino (WTF?), ese país, acuda con tan pocas posibilidades. Pero lo cierto es que el numerito ‘I Didn’t Know’, que quiere ser un disco a lo ‘I Will Survive’ o ‘I’m Your Man’ o Abba, pero ni al final ni una cosa ni la otra ni la otra, suena desubicado.
Hay que ver lo que gusta una «fairytale» en Eurovisión. Hace unos años ganó la de Noruega, Albania presenta una y ‘Alter Ego’ de Chipre incluye otra. Esta es de corte jevi, o más bien «early Killers», si bien en su puente después del estribillo, la canción, más que crecerse, se desmorona. Minus One tienen posibilidades de clasificarse pero parece que no muchas de ganar.
El bello Jüri Pootsmann presenta la canción ‘Play’, una balada que toca demasiados palos (lo jamesbondiano, la chanson, lo adeliano) sin centrarse. No es la escoria, es peor: puede pasar totalmente inadvertida.
Greta Salóme vuelve a Eurovisión tras haber participado en 2012 también por Islandia en formato dúo junto a Jónsi (no el de Sigur Rós, ¡lástima!). Su tono totalmente Andrea Corr se verá decorado por una puesta en escena a medio camino entre lo euphórico y lo siniestro, con uso también de proyecciones a lo Suecia 2015/Rusia 2016. Entretenido pero rocambolesco.
Después de 3 años sin participar, Bosnia & Herzegovina vuelve con Dalal & Deen feat. Ana Rucner y Jala y un medio tiempo étnico como a punto de entregarse al jevi para al final entregarse al rap, ‘Ljubav Je’, sin ningún tipo de interés. Bueno, el de la trifulca local que han tenido con uno de los autores de la canción. A la final solían llegar aunque esperemos que esta vez no corran esa suerte.
La pobre Rykka llega a la segunda semifinal como farolillo rojo en las casas de apuestas. No es, ni de coña, lo peor que vais a escuchar los que sigáis la ceremonia, pero es verdad que ‘The Last of Our Kind’ se queda en medio tiempo inofensivo: le falta algo para destacar.
Pocas posibilidades de clasificación también para Kaliopi, con una balada llamada ‘Dona’ que parece una llamada desesperada para el voto italiano. Por lo menos han tenido suerte e Italia votará en esta segunda semifinal. Podría haber sido que no.
«Soldados del amor». ¿Dónde habremos oído esto antes? Dinamarca compite con una canción así llamada interpretada por una boyband, Lighthouse X, que se define perfectamente con una palabra: Auryn.
Sí, ya sé que Nika Kocharov y Young Georgian Lolitaz no tienen ni idea de quién es Guille Mostaza, pero no puedo dejar de comentar esto, pues prueban hasta 3 texturas habituales en el repertorio del bajista de Electric Nana en la semifinal eurovisiva. ‘Midnight Gold’ empieza como ‘Mientes’ de Ellos, continúa como un estribillo de Mostaza Gálvez y termina como una canción de Cycle. Además, en su web de Wikipedia se les cataloga como “indie”. Como decíamos de ‘Now’, habría molado en los años de t.A.t.U.