En un momento hablamos con alguien de tu equipo para hacer con nosotros un diario de grabación del disco desde el Puerto de Santa María. Al final no salió, ¿qué nos hemos perdido?
Era muy interesante todo el trabajo, para los enfermos del trabajo como nosotros. Era lo ideal porque teníamos un productor (Paco Loco) con una relación muy fresca. Nunca habíamos trabajado con él, yo apenas le conocía aunque somos de la misma generación y compartimos mucha biografía, muchas referencias comunes, el «feeling» de cómo entender cada canción y su intención. Pero pocas veces había trabajado con alguien con el que todo fuera tan fluido. Él era muy comedido al sugerir cambios y yo siempre asentía cuando sugería algo. Nos dimos cuenta de que podíamos confiar en él. Juan Carlos, el más melómano de nosotros, también tuvo una complicidad muy productiva. Lo que no podía era escribir el diario… La forma de trabajo de Paco es… Cuando contacté con él le reservé tres semanas y flipaba: «nos va a sobrar tiempo, nunca he tardado tres semanas en grabar un disco». Y a nosotros nos suele llevar un mes o mes y pico, pero él está acostumbrado a trabajo intensivo, de 7 de la mañana a 10 de la noche.
¿Estuvo todo el grupo en la grabación a la vez?
En toda la primera parte de la grabación, sí. Al final la gente se tenía que ir y nos quedamos un par de nosotros para las voces y las mezclas, Juan Carlos volvió a hacer un coro… En lugar de grabar primero baterías y bajos, luego las guitarras… grabamos todo canción a canción, salvo la voz. Lo sugirió Paco así y estuvo guay para el «flow».
¿Fuisteis con todo el disco maquetado?
Hicimos demos, no las escuchó pero tampoco me las pidió. Eran maquetas de trabajo porque cada uno vivimos en una ciudad y no tenemos muchas opciones de trabajar juntos. Yo grababa con una guitarra acústica y voz en directo, las grababa, se las enviaba a todos y las íbamos completando con batería o bajo.
«Con Chucho teníamos la idea de volver a la base primitiva del grupo, una faceta más punk, lo más puñetero, lo más oscuro. Se me ocurrió orientar así las canciones a uno u otro proyecto, pero es algo que nunca había hecho y tampoco lo he conseguido ahora»
Stephin Merritt odia que le pregunten esto, ¿pero qué diferencia una composición tuya de Chucho de una de Fernando Alfaro?
Mi disco anterior aún no ha cumplido un año. En dos años he tenido que componer un montón de canciones, estos impulsos que te dan a veces. Yo ya tenía mi proyecto en solitario con mi banda hecha en Barcelona, quizá con un aliento más pop. Con Chucho teníamos la idea de volver a la base primitiva del grupo, una faceta más punk, lo más puñetero, lo más oscuro. Se me ocurrió orientar así las canciones a uno u otro proyecto, pero es algo que nunca había hecho y tampoco lo he conseguido ahora. En Chucho tenían cabida todos los hits o llamémoslo como queramos que tuvimos y finalmente lo que hicimos fue hacer un disco con las mejores canciones que tengo ahora, da igual cómo sean. Se lo planteé a Juan Carlos, el más punk del grupo, y le pareció bien porque en realidad Chucho siempre fue así. Lo aprendí del primer disco de la Velvet Underground, me marcó siempre, un disco diferente y encima hecho por los mismos tipos. Me parece que las canciones más punk, como ‘Nadie es inocente’, ‘Predicar en el desierto’ o ‘Fuego afatuo’, cogen más sentido por oposición a otras que hay tipo ‘Oso bipolar’ o ‘Cosas hermosas’, una canción de la que la gente no está entendiendo el lado irónico.
‘Cosas hermosas’ la estrenaste en la fiesta de X Aniversario de nuestra web, ¿por qué la escogiste en lugar de alguno de los 3 singles?
Esta podría haberlo sido, eso lo decidimos luego. Me apetecía abrir con esa y salir diciendo «yo también puedo hacer cosas hermosas». Una fiesta llena de gente, y sale un tío con una guitarra. Por ese punto absurdo, la escogí. Por situación.
¿Cuáles son las canciones más viejas del disco?
‘Nadie es inocente’, ‘Predicar en el desierto’… las que tienen ese punto que te decía. La mayoría de las más pop son más recientes.
«Igual no me atrevía a salir del armario con ese punto flamenco que tenía ahí, pero ‘Flores sobre el estiércol’ es bastante antigua, de hace años»
Te preguntaba por el flamenco de ‘Flores sobre el estiércol’, por si puede ser una pista para el futuro.
Esa es bastante antigua, no me acordaba al hacer el recuento, pero esta es de hace años. Igual no me atrevía a salir del armario con ese punto flamenco que tenía ahí. Como ‘Viva Peret’, que en el disco oculta su lado de rumba, pero en acústico es una rumba rollo Sr Chinarro. Esta canción ya la tenía. Me pasó desde el principio con los Surfin Bichos, ‘Humo azul’ de Hermanos carnales y otras canciones de ese disco eran anteriores a Surfin Bichos. Algunas otras no salieron hasta el tercero. Hice canciones que luego decidí grabar y publicar muchos años después.
¿Eres fan de Peret?
Más que fan, era un niño cuando escuchaba a Peret, con la cuidadora, que me ponía ‘Una lágrima cayó en la arena’. Me sigue gustando, sobre todo el de los 70. Era un tipo que he tenido como mito, no sólo de mi infancia. Había hecho esta canción que se había ido hacia la rumba, aunque en realidad la estructura rítmica no era rumba, sino pop, luego la aceleramos, se «friqueó» con el grupo y más todavía con Paco y la guitarra fuzz. La grabamos con batería de cóctel, sin bombo, y además con dos baterías, una cosa rara.
Este tema justo tiene bastante cachacherría, sí…
Es un set totalmente atípico de batería. Es como Gary Glitter rumbero. Este tema en directo suena más pop, pero también reivindica a Peret como una persona muy libre. En los últimos años se le intentó usar políticamente, se había metido en la religión, y en las entrevistas se desvinculaba del nacionalismo, del antinacionalismo, de la religión… Se había hecho predicador y de eso habla la canción también. Usa la figura del último crooner de ‘La vida es extraña y rara‘ (NdE: ‘El último crooner santo, el último lobo’), esa figura del entertainer.
«‘La luna aplastada’ ya hablaba de «Los años luz», de cómo afrontar el paso del tiempo, de cómo los recuerdos pueden ser melancolía o gasolina, aventuras y vivencias»
También hay una referencia en este disco a un «caminante» que recuerda al ‘Himno del caminante kamikaze’ de ese disco.
Y este disco se llama ‘Los años luz’, que es algo que sale en ‘La Luna aplastada’ de ‘Saint-malo’, que por cierto va a haber un single con caras B de esa canción. Ahí se habla de «Los años luz», de cómo afrontar el paso del tiempo, de cómo los recuerdos pueden ser melancolía o gasolina, aventuras y vivencias.
Al final es un poco confuso qué es tu carrera en solitario y qué es Chucho.
No debería serlo porque para mí son pasos consecutivos, cronológicos. Para David y Juan Carlos también este es su disco. También hay una consecución lógica entre Surfin Bichos y Chucho. Cuando toco ni me acuerdo de si las canciones son de un grupo o de otro.
«Se intenta mediatizar, dar lecciones o establecer catecismos de lo que tienes que decir en tus canciones, a nivel político y en general. Y no soporto que nadie me diga lo que tengo que hacer»
¿’Desidia’ es una reivindicación tipo «déjame en paz», o es una crítica a la inacción?
Es una defensa de los intensos, «libradme de vuestra intensidad vital, dejadme palidecer de amor y que yo viva mi vida». Yo no me dedico a esto para que me digan lo que tengo que hacer. Si no, sería funcionario. Me refiero a cómo se intenta mediatizar, dar lecciones o establecer catecismos de lo que tienes que decir en tus canciones, a nivel político y en general, tu postura ante el feminismo… Y no soporto que nadie me diga lo que tengo que hacer.
Has mencionado a Sr Chinarro y justo había pensado que ‘Un inmenso placer’ tenía el tema en común con su tema ‘Tímidos’.
Está en la misma corriente de pensamiento. Supongo que tenemos biografías parecidas, y experiencias de no atreverte a ligar y bailar y ponerte ciego porque no puedes hacer otra cosa.
Empezar con algo llamado ‘Esto es un error’ después de 12 años sin disco, ¿es una especie de broma?
Una macarrada. Javi tuvo esa idea «vamos a vacilar» e insistió.
Y un sample como de la BBC.
Sí, es de la productora aquella de Thames: ‘Benny Hill’, ‘Un hombre en casa’, ‘Los Ropper’… La canción no tenía nada que ver con eso, pero Juan Carlos hizo una guitarra sobre ella súper chula, y él mismo dijo que le recordaba a esa sintonía. Con Paco Loco la buscamos en Youtube, no sé si coincidía el tono o lo ajustamos, y dijimos «vamos a meterla». Luego tuvimos un debate sobre el tema de derechos, pero nosotros lo hemos hecho.
‘Oso bipolar’ me suena a nick de internet. Luego ya he visto que no iba por ahí…
Podría haber sido, muchas de mis canciones podrían ser nicks de internet cuando prácticamente no existía internet. Espera… No existía internet cuando empecé a hacer música, pero ya tenía títulos que parecían nicks de internet. Quimi Portet ha sacado un disco llamado ‘Ós bipolar’ y el single se llama así, ‘Ós Bipolar’, lo sacó como cuatro días antes que el mío.
En el disco vuelve a haber referencia canina, como es habitual en Chucho.
También es una pequeña macarrada. Además yo tengo gatos, no perros… (se ríe) Los perros son esclavitud y los gatos son autosuficientes.
Es como el titular, ¿no? «El líder de Chucho es más de gatos».
No soy más de gatos, sólo porque soy de estar más por ahí. Mi novia también, estamos muchas veces fuera. Los perros me gustan desde pequeño. No sé si hay algo freudiano, pero es verdad que termina aflorando, hay perros siempre. Igual es un paralelismo a lo que muchas veces somos: supuestamente amables, supuestamente amigos del hombre, pero después somos capaces de lo peor. De hecho, suele ser nuestra esencia.
¿Hay unanimidad en el grupo sobre cuál es vuestra obra cumbre?
No, no hay esa autoconsciencia. No nos tomamos tan en serio. Es lo que me gusta de Juan Carlos y Javi, que es una de las cosas que han pasado en la grabación del disco, que hemos vuelto a ser tres. Venían de mundos diferentes al mío, no se sintieron cómodos con la etiqueta indie en los tiempos en que estaba bien visto. Juan Carlos venía del mod, se metió en el hip-hop, su abanico es mucho más amplio. Javi directamente era heavy metal, death metal… Tocaban mis canciones porque les gustaban, pero nunca nos hemos tomado tan en serio. También es verdad que teníamos cierta edad al empezar con Chucho. Nos molan nuestros discos antiguos, pero los vemos con naturalidad equidistante. A ellos les pasa igual. Más que a mí, y eso me mola. Cuando te tomas demasiado en serio, te equivocas muchas veces.
«En letras nunca voy a hacer concesiones. Ese comentario sí me lo han hecho personas que trabajaban con nosotros: «Es que haces una letra que siempre tienes que poner algo retorcido». Para mí no es retorcido, sino intentar llegar al fondo de las cosas»
¿Cómo te ves en la historia? Veo canciones en vuestro repertorio que yo creo que tenían que haber pegado más. No de petar-petar pero al menos de llenar Rivieras a lo grande.
Como una especie de Asperger que tengo (se ríe). Tengo problemas relacionales. Me gustan las grandes canciones pop de la historia y de vez en cuando creo que me han salido. Pero en letras nunca voy a hacer concesiones. Ese comentario sí me lo han hecho personas anexas al grupo o que trabajaban con nosotros: «Es que haces una letra que siempre tienes que poner algo retorcido». Para mí no es retorcido, sino intentar llegar al fondo de las cosas. A lo mejor es parte de la razón por la que… (piensa) También hay un componente… No todo lo que ocurre es consecuencia de lo que hacemos. Depende muchas veces de la casualidad o incluso del caos. Yo creo que vivimos en un caos en el que parece que las cosas tienen sentido. Igual que no ha ocurrido pienso que es posible que hubiera ocurrido dar un pelotazo con cualquiera de estas canciones. Hay circunstancias ajenas. Cuando hablo de «caos» no me refiero al absoluto, al apocalipsis, sino a no haber dado con Max (Intromúsica), por ejemplo, cuando hicimos ‘Magic’, y eso que con ‘Magic’ estábamos con Liñán, que es muy parecido a Max como personaje y como persona (se ríe). Depende de con quién estás trabajando, cómo estás en tu situación vital… Hay muchos factores jugando ahí como para decir «No llegó a triunfar porque no hicimos esta cosa, o esta concesión»… Escapa mucho a tu control, o sea que yo ni me lo planteo. Me dicen «¿pensáis cómo habríais funcionado con el público que hay ahora?». Pues no. Igual no habríamos grabado con Paco Loco sino con otro tipo de productor. Lo que buscamos es llegar hasta el final.
Ahora vives en Barcelona, ¿cómo es un día en tu vida? ¿Lees mucho, siempre estás escribiendo como Nick Cave, ves la tele, eres adicto a internet..?
De todo un poco. Ando mucho por ahí dando tumbos. Vivo de la música, lo cual es difícil y me obliga a estar un día en acústico en El Molar, otro con Niños Mutantes por la noche, luego en Fnac con lo de Chucho… No me deja demasiado tiempo, pero cuando estoy en casa, no nos movemos mucho. En la tele veo más series, lo que todos ahora. Puedes elegir y no tragarte lo que están echando, aunque también veo programas locos para desahogar.
¿Cómo cuáles?
‘Pesadilla en la cocina’, ‘Mujeres, hombres y viceversa’… nos echamos unas risas. Intento leer lo que puedo. Cada vez hay más cosas por hacer. Las redes sociales te quitan demasiado tiempo y además es una coartada que es parte de tu trabajo. Lo digo porque ante mí mismo justificaba así el hecho de estar tan metido. Como público he conseguido apartarme para leer, escuchar música… Pero no es una crítica a las redes, me parecen muy divertidas, pero tienes que sacrificar cosas. Es buena idea ponerse un horario de oficina, eso me pasaba hasta dos mil y pico. Todo Surfin Bichos y la primera etapa de Chucho, mi «oficina de Nick Cave» era la gasolinera en que trabajaba. Ahora no tengo eso pero sí tengo el entorno de soledad o tranquilidad para trabajar en mis canciones. Con el tiempo lo he ido haciendo. Hago canciones en el tren. Me refiero a la parte que no me obliga a estar con la guitarra, a los recovecos y la historia que quiero contar mentalmente… Voy mucho en tren, en la calle… Voy pensando en canciones y haciéndolas.
«Ahora me drogo muy poco. Intento hacer deporte. Me da por épocas. Mi novia se levanta a horas normales y yo no me quedo en la cama, me sabe fatal»
Te preguntaba por tu vida diaria porque a tu alrededor hay una especie de mito: la gasolinera, los años de retiro…
Las drogas también, pero ahora me drogo muy poco. Intento hacer deporte. Me da por épocas. Mi novia se levanta a horas normales y yo no me quedo en la cama, me sabe fatal. Si hace buen tiempo me voy a correr por un parque que es una montaña. Y los días que no hago esto, camino. Voy a buscarla al trabajo, ando 10 kilómetros y ya sabes que en Barcelona si te alejas de la playa ya es montaña. Estar tan activo, cargar con la guitarra y el ampli me ha ayudado a estar más en forma.
Ya hay libros de Los Planetas, Nacho Vegas, ¿has pensado en uno tuyo o en escribir tú mismo una novela?
Tengo una relación con esto curiosa, no me tomo en serio como escritor y menos de prosa. Me han publicado, porque me pagaban, relatos. He estado en varios libros de relatos, seis o siete. Me lo encargaban y…
¿… te gustaba?
Me gustaba ganar pasta en tan poco tiempo. Sí, la verdad es que me molaban. Siempre me daban pautas. Es un poco reto y salvavidas. A veces tiene que ser sobre una canción, sobre un disco, tu experiencia como músico… Lo hacía en el último momento. En ‘Memorias sónicas’ había que elegir un disco, entendí que era un relato de ficción y otra gente hizo como una crónica o un cuento autobiográfico. Yo hice ficción total sobre un disco de Nick Cave. Cuento una historia, aunque luego siempre hay algo autobiográfico. Luego hay otro con Nacho Canut, Sergio Algora, Fran Nixon… de la revista Ñ, un número escrito por músicos. Sí que me he planteado escribir más, la gente me incita a ello, pero una novela sin que sea tan de encargo, algo más de mi propio impulso… el problema es que no tengo tiempo. No me lo puedo permitir. Sólo lo haría si viera que el resultado valiera la pena, pero no sé…