Cementerio de festivales madrileños

Mad Cool se ha celebrado este fin de semana en Madrid con un enorme éxito -unos 34.000 asistentes por día de jueves a sábado, 103.000 asistencias- lo que le sitúa por encima de los datos del consolidadísimo Azkena Rock (12.000 personas el viernes y 18.000 el sábado) y muy cerca del Sónar, que ha alcanzado 10.000 asistencias más (115.000, sumando días, pues Sónar de Día ha reunido a 46.500 espectadores y Sónar de Noche a 69.000 en total), celebrándose los tres el mismo fin de semana.

Aunque sin mojarse los dedos en cuanto a fechas y entradas a la venta, el nuevo festival madrileño se despide en su Facebook «hasta el año que viene» prometiendo una nueva edición. Es una alegría que Mad Cool vuelva, pese a los problemas de 1º de organización de eventos (falta de barras, falta de bebida, camareros ineficientes que no saben abrir una botella de vino, pésima señalización, falta de volumen y pantallas en el escenario principal…) A la larga nos quedaremos con que pudimos ver en Madrid a Neil Young, Garbage, Caribou, Die Antwoord, Michael Kiwanuka o Two Door Cinema Club, entre otras decenas, en tres días. Eso sí, varias veces durante este fin de semana hemos tenido nuestras dudas de que Mad Cool vuelva. Más que nada porque los madrileños tenemos una larga experiencia con festivales que se celebran y desaparecen mientras nosotros nos quedamos como vacas mirando al tren.

El ejemplo que viene a todo el mundo a la mente es el Summercase. También afectó a Barcelona, pues se celebraba en las dos ciudades a la vez, y nos permitió ver a gente como Blondie, Sparks, Daft Punk (!!!), Arcade Fire, LCD Soundsystem, The Cardigans, Lily Allen, The Jesus & Mary Chain, OMD, Phoenix, PJ Harvey, Belle & Sebastian, Happy Mondays, New Order o JENESAISPOP dj’s, a lo largo de sus tres ediciones, entre 2006 y 2008. Después, desaparecería oficialmente debido a la crisis, mientras su realización terminaría vinculada nada menos que a la trama Gürtel.

No podemos dejar de mencionar, en relación, la organización en 2008 en Madrid, de manera simultánea a Summercase, de un desdoble del FIB llamado Saturday Night Fiber. Nos trajo a My Bloody Valentine, Morrissey o a Mika, como respuesta al hecho de que Summercase coincidiera con el Festival de Benicàssim. No sobrevivieron a aquella idea ni el Summercase ni el Saturday Night Fiber. Y también desapareció el ciclo de conciertos anterior de la promotora del Summercase, Wintercase, así como el resto de festivales vinculados a Sinnamon en Madrid (el Weekend Dance, que trajo a Faithless y un directazo de Massive Attack al Parque Juan Carlos I), y en otros puntos del país (Ola, Daydreaming, en su momento Creamfields era suyo también). El itinerante Wintercase, que recorría varias ciudades del país, había contado en 2003 con gente como Suede, Spiritualized y Dave Gahan; y en 2004 con Tindersticks, Low, The Divine Comedy o Los Planetas, sólo por poner un par de ejemplos.

Otro festival desdoblado del que ya no sabemos nada, pero sólo en la capital, es Primavera Club. La versión pequeña e invernal de Primavera Sound continúa celebrándose en Barcelona, pero no en Madrid, seguramente debido a los problemas surgidos en cuanto a aforo en varios recintos de la ciudad después de la tragedia de Madrid Arena, donde murieron 5 personas. Muchos recordaréis que en la edición de 2012, algunos aforos de Primavera Club fueron reducidos

de 800 a 100 personas sin ninguna necesidad. Se decidió mantener el programa, pero se ofreció devolver el dinero a todo aquel que lo solicitara a través del mail devoluciones@primaverasound.com con el asunto «Devolución Madrid». Con este panorama, no nos extraña que Primavera Club abandonara España en 2013 para decantarse por ciudades como Burdeos y que en 2014 y 2015 se centrase en Barcelona nada más.

Dcode se ha celebrado en los últimos años con gran éxito e incluso sold-out (acaba de anunciarse su 6ª edición), aunque hay que recordar que al principio duraba 2 días. Su antecedente, MetroRock, que se celebraba en el Parque Juan Carlos I, reunió entre 2004 y 2007 a artistas como Beck, Morcheeba o La Buena Vida, y luego nos dijo adiós sin avisar. Como el Día de la Música tal y como se entendía en el Matadero circa 2012, que reunió a gente como Janelle Monáe, Azealia Banks, James Blake, Lykke Li o Tindersticks. Actualmente se organizan conciertos, pero con un perfil más modesto.

Bajaron radicalmente de perfil Festimad, cuya inolvidable imagen de 2005 con el público destrozando barras y contenedores nos ha venido varias veces a la mente este fin de semana, ahora un ciclo de conciertos; y Tomavistas, que ya nadie recuerda que iba a ser un festival de grupos españoles un fin de semana indie y otro fin de semana más electrónico, con taxis gratis hasta el Hipódromo de la Zarzuela, coincidente nada menos que con el FIB. Ahora es otra cosa y en otras fechas. Aunque de todos, mi favorito sigue siendo el Guti. Reunió en 1999 en La Peineta a R.E.M. completamente en forma presentando ‘Up’ y un montón de hits, un conciertazo de Hole (¿llegaron a volver?), Manta Ray, Orbital, Placebo y también a Molotov. Nunca más se supo.

¿Qué impide que en la ciudad se celebre un festival de éxito y tradición? Aparte de ciertos problemas de infraestructura (Summercase se celebraba nada menos que en Pozuelo Boadilla del Monte antes de que hubiera Metro Ligero, Guti sólo tenía un escenario), la ciudad parece complicada musicalmente hablando. Mad Cool parece haber entendido muy bien la idiosincrasia de Madrid alternando artistas molones del siglo XXI del tipo Caribou con otros deliberadamente macarras como Jane’s Addiction y Biffy Clyro, tradicionales como Neil Young y superventas como Vetusta Morla. Esa mezcolanza y no otra caracteriza Madrid, y quizá es la clave de haber reunido a 35.000 personas y no a 13.000 como sucedía con Summercase, de línea editorial más exquisita. Esperemos que la organización tenga suerte, rectifique errores como ha hecho después de ediciones catastróficas por ejemplo Arenal Sound y pueda seguir adelante.

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Publicado por
Sebas E. Alonso