Las claves visuales de los vídeos de Coldplay, Melanie Martinez, Papa Topo, OneRepublic y The Avalanches

Continuamos con la sección ‘Estética de videoclips’ exprimiendo las imágenes de algunos de los clips más destacados que hemos visto en las últimas semanas.

Alphabet Boy (Melanie Martinez)

El cabello bicolor de Melanie Martinez es toda una declaración de intenciones. Su estética está articulada a través del enfrentamiento, del roce de opuestos, sobre todo de dos que provocan ronchas y escozor: inocencia y perversión. Al igual que en ‘Cry Baby‘, la cantante aparece en el vídeo ‘Alphabet Boy’ como una niña de Balthus a quien Michael Mararian le hubiera puesto un chupete en la boca y un cuchillo en la mano. Martinez es el sueño húmedo de un autonepiofílico que se torna en pesadilla como en ‘La huérfana‘ (2009), una niña maleducada y perversa que gatea por un cuarto de juegos color pastel y nos desafía mirando a la cámara con ojos de inocente perturbada. La cantante (y directora de sus propios clips) realiza un lyric video donde se rodea de objetos relacionados con la infancia para, poco a poco, ir transformando su significado como una niña pintando cicatrices en la cara de Peppa Pig.

Ópalo negro (Papa Topo)

El director Marc Ferrer, que acaba de debutar en el largometraje con ‘Nos parecía importante’ (presentada en el último D’A), realiza en su segundo vídeo para Papa Topo (el primero fue ‘Sangre en los zapatos‘), un conjuro donde invoca a tres espíritus maléficos: el estilista Mario Bava, el terrorífico John Carpenter y el surrealista Jean Cocteau. A través de una bola de cristal vemos la visión que está teniendo una vidente: un pa(i)saje onírico iluminado como un giallo por donde transita la chica protagonista. Pasillos amenazantes, fiestas extrañas, apariciones de oscuros objetos de deseo (el joven bailarín que recuerda al artista de ‘La sangre de un poeta’) y unos inquietantes maniquíes que parecen extraídos de ‘Seis mujeres para el asesino’ (1964) y que conectan el vídeo con la célebre canción de Golpes Bajos y la voz de Adrià Arbona con la de German Coppini.

Wherever I Go (OneRepublic)

Aunque la oposición gris/colorines como metáfora visual del hastío/entusiasmo sea más facilona que la de sol/lluvia para expresar alegría/tristeza, su eficacia está más probada que la de Cucal. Joseph Kahn, realizador habitual de los vídeos de Taylor Swift o Britney Spears, lo sabe. Sabe que si filma una grisácea oficina y la convierte en el colorido escenario de un alocado flashmob va a agarrar nuestra simpatía por las solapas y se la va a guardar en el bolsillo. El vídeo de ‘Wherever I Go’ es como una versión más plana y menos imaginativa, pero igual de efectiva, del reciente ‘Genghis Khan’ de Miike Snow

. La puesta en escena de la alegría pasajera que proporciona una canción pop y de los sueños cotidianos que se volatilizan con un simple pitido: el del despertador y el del ascensor.

Up&Up (Coldplay)

Coldplay nos lo pone a huevo. En su nuevo vídeo, los directores Gal Muggia y Vania Heymann (quien se dio a conocer con el fabuloso vídeo interactivo para ‘Like a Rolling Stone‘) juguetean con las técnicas del surrealismo figurativo, de Magritte sobre todo, para crear imágenes chocantes y sorprendentes. A través de relaciones visuales inesperadas, contrastes paradójicos y descontextualizaciones imprevistas, son capaces de generar estimulantes asociaciones de ideas que dan lugar a nuevos significados, a comentarios políticos acerca de los conflictos bélicos, la crisis de los refugiados o los «muros de la vergüenza». Tortugas nadando en el metro, volcanes expulsando palomitas, coches corriendo por los anillos de Saturno… Contrastes tan elocuentes y chocantes como ver un vídeo estupendo ilustrando una canción horrorosa. Lo dicho, a huevo.

Frankie Sinatra (The Avalanches)

Kusturica en Luisiana. Así podíamos llamar a esta avalancha musical y visual que parece una versión sureña y alucinada de las películas del director de ‘Underground’ o ‘Gato negro, gato blanco’. Fleur & Manu, célebres por sus vídeos para M83 o el ‘Energy’ de Drake, comienzan su clip con un majestuoso movimiento de grúa que se transforma en una batería de planos subjetivos como forma de expresar la locura alucinógena que se apodera de todo un pueblo gracias a un carrito de helados muy especial. A medio camino entre el espectáculo circense y el carnaval demente, entre la estética de la guerra de Vietnam y la de la guerra bacteriológica, el vídeo de ‘Frankie Sinatra’ es la destilación visual perfecta de la nueva canción de The Avalanches.

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Publicado por
Joric