Laura Mvula / The Dreaming Room

Este jueves se dan a conocer los artistas nominados al Mercury Prize y una de las posibles aspirantes al premio es Laura Mvula, que ya compitió por el premio en 2013 con su álbum debut, ‘Sing to the Moon’ (que se llevó James Blake). Curiosamente, por estilo Mvula tiene bastante que ver con el anterior ganador del premio, Benjamin Clementine, pues ambos cuentan con voces peculiares, poderosas y de gran expresividad interpretativa, además de con formaciones musicales clásicas a sus espaldas que ellos mismos subvierten en canciones diseñadas y construidas desde el surrealismo. Lo que les diferencia es la ejecución: donde Benjamin opta por la sencillez, Mvula prefiere la extravagancia y no hay más que atender a la cubierta de su nuevo disco, ‘The Dreaming Room’, para confirmarlo.

El segundo álbum de Mvula es post-divorcio, su ‘Vulnicura’ particular, pero no podría tener menos que ver con aquel. Mvula, que sufre depresión clínica y una ansiedad aguda que le produce ataques de pánico recurrentes, asegura que sus problemas mentales han arruinado su matrimonio, sin embargo, lejos de regodearse en su propia miseria, la cantante ofrece en ‘The Dreaming Room’ una fantasía épica en la que la esperanza es el motor principal a través del cual sus canciones se desarrollan, mientras la riqueza y exuberancia de sus arreglos hacen el resto. El primer sencillo de adelanto del álbum, una colaboración con Nile Rodgers de Chic titulado ‘Overcome’, sublima su concepto en un número de funk vigoroso que se mueve y crece con gloria cinematográfica, de la misma manera que ‘Phenomenal Woman’ representa, diciendo lo mismo, un cierre inmejorable.

Que las canciones de Mvula poseen un nítido sentido de la dirección, posiblemente motivado por su educación musical de conservatorio, ya era evidente en su primer disco pero lo es más en este, especialmente gracias a canciones como ‘Let Me Fall’, en la que la presencia vocal de Mvula emerge por varias vías y hacia diversos recovecos, o ‘Lucky Man’, una inquietante fantasía sonora levantada sobre un tiempo rítmico inusual del que emergen cuerdas, guitarras, coros y palmas por todas partes casi sin que uno se de cuenta. Es una producción asombrosa que resume con acierto el talento de Mvula para manipular fórmulas clásicas y dar lugar a composiciones sesudas que no tardan en revelar su gran belleza.

En ese sentido, ‘The Dreaming Room’ toca cumbre en su pista 7, ‘Show Me Love’, una composición magistral que empieza con una introducción vocal eclesiástica sobre nostalgia marital, de devastadora letra en su sencillez, que termina dando paso a una canción pop a piano clásica tan hermosa en forma como ortodoxa en ejecución. Porque la fórmula parece vista pero el jugueteo melódico vocal de Mvula en esta canción contiene una inteligencia asombrosa que llega a eclipsar la presencia de la orquesta, que termina luciéndose hacia la mitad, mientras las cuerdas ufanas del final suponen la guinda perfecta del pastel en tanto que parecen inspiradas en el trabajo de su admirado Oliver Messaien (y el resultado es precioso).

Al principio de ‘The Dreaming’, Laura Mvula plantea el concepto de su segundo disco de manera concisa. «Si todo lo que soy está mal / si he perdido todo lo que tengo», canta en ‘Who I Am’, «¿cómo se supone que voy a seguir viviendo?» La conclusión es clara: «solo puedo ser yo misma». Y solo siendo ella misma ha construido Mvula una obra musical fascinante de la que tardaremos años (y lo digo sin exagerar) en descubrir absolutamente todos sus secretos. Puede que no se haga con el Mercury -sigue siendo demasiado parecida a Clementine en muchos aspectos (aunque ella llegó antes) y todas y todos sabemos que el pastel parece repartido ya entre David Bowie y ANOHNI- pero tampoco pasa nada, pues nos queda un gran disco.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Overcome’, ‘Let Me Fall’, ‘Lucky Man’, ‘Show Me Love’, ‘Phenomenal Woman’
Te gustará si te gusta: Nina Simone, Benjamin Clementine, Jill Scott, Michael Kiwanuka
Escúchalo: Spotify
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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: laura mvula