Con la excepción de la interminable ‘Downton Abbey‘ (que dejó de tener interés hace como cuatro años pero que en EEUU siguen viendo y nominando a los Emmy), los británicos se han distinguido en los últimos años por ir al grano con sus series. Una o dos temporadas, cinco o seis capítulos, y a otra cosa. Calidad en vez de cantidad. Luego ya vendrán los americanos y, como hicieron con ‘The Office’, las versionarán y estirarán ad nauseam.
A la espera de que lleguen los nuevos capítulos de ‘Black Mirror‘ (21 de octubre) y ‘Sherlock’ (principios de 2017), los dos emblemas de la actual ficción televisiva británica, vamos a recomendar cinco miniseries perfectas para ir abriendo boca.
Catastrophe
Comedia romántica: chico conoce a chica, se casan en un bodorrio muy loco y (en la secuela) ella se queda embarazada “fruto del amor”. Comedia antirromántica: desconocido cuarentón estadounidense de viaje de negocios en Londres folla con desconocida cuarentona irlandesa, ella se queda embarazada, decide tenerlo, y él se queda para acompañarla. No se conocen y no se quieren. De esta manera tan «catastrófica» empieza una de las mejores series cómicas de la temporada. Sus creadores, la pareja de actores y guionistas compuesta por Sharon Horgan (célebre por la serie ‘Pulling’) y Rob Delaney (conocido como «el tuitero más divertido del mundo»), cogen por las solapas los tópicos asociados a la comedia romántica, los zarandean y le quitan toda la costra de azúcar que se les había quedado pegada. El resultado es una serie ácida, lúcida y exquisitamente obscena que dice más sobre las relaciones sentimentales y los choque culturales que treinta secuelas de ‘Mi gran boda griega’.
The Enfield Haunting
La respuesta British al terror palomitero de James Wan. La reciente ‘Expediente Warren: El caso Enfield‘ se acercaba a los célebres sucesos paranormales del barrio de Enfield con estilo y ánimo juguetón. La serie ‘The Enfield Haunting’ lo hace desde otro punto de vista: a través de una óptica realista y con la elegancia en la puesta en escena y la precisión narrativa que todos asociamos a los relatos televisivos británicos. Aquí también hay sustos y fenómenos extraños, pero no solo. Debajo del alboroto que arman los poltergeist se desliza, susurrante, el conmovedor drama de un hombre devastado por la muerte de su hija que se aferra a la parapsicología como un moribundo a la mano de una enfermera. El gran Timothy Spall (‘Mr. Turner’, ‘Secretos y mentiras’) encabeza un elenco de grandes intérpretes que dotan a esta historia, ambigua y emotiva, de una enorme credibilidad.
And Then There Were None
¿Cómo hacer un whodunit cuando todo el mundo sabe «quién lo hizo»? Ese es el mayor reto que supone realizar hoy día una adaptación de ‘Diez negritos’, la novela más popular de Agatha Christie
. Para ello, para evitar caer en la mera ilustración rutinaria de la novela, esta producción de la BBC ha potenciado dos aspectos del relato: la ambientación, muy sugerente, y el tono, mucho más siniestro que el del original literario. Y han acertado de pleno. ‘And Then There Were None’ es un relato de misterio visualmente muy atractivo, te entra por los ojos desde la primera secuencia. El contraste entre la naturaleza agreste de la isla y la elegancia neoclásica de la mansión, con ecos de ‘
Shutter Island‘, es muy elocuente, casi una metáfora del estado emocional de los personajes. Y la narración, que incorpora una serie de flashbacks de cada uno de ellos, consigue dotar a la trama de un muy jugoso trasfondo de drama psicológico. ¿Quién es el asesino? Da igual.
Life in Squares
A través de la biografía de la pintora posimpresionista Vanessa Bell, que ha pasado a la historia por ser la hermana de Virginia Woolf, la guionista Amanda Coe, creadora de la premiada ‘Room at the Top’, describe en su nueva serie la vida del influyente círculo de Bloomsbury, el grupo de artistas que desafiaron las estrictas reglas morales y estéticas de la Inglaterra victoriana durante el primer tercio del siglo XX. Las relaciones intelectuales y sentimentales de los miembros del grupo, en especial entre las dos hermanas y el pintor escocés Duncan Grant, son el combustible dramático que pone en marcha el motor de esta historia narrada a golpe de elipsis. Rodada con la habitual exquisitez de las producciones de la BBC, ‘Life in Squares’ es como un ‘Retorno a Brideshead’ en miniatura: elegante, inteligente y profundamente triste.
El infiltrado
La miniserie británica más ambiciosa del año (con varias nominaciones a los Emmy). Una coproducción entre la BBC y la AMC, que adapta y actualiza la novela de John le Carré de 1993, ‘El infiltrado’ (perezosa traducción del original ‘The Night Manager’). La serie tiene dos alicientes indudables: el duelo interpretativo entre un magnético Tom Hiddleston y un inquietante Hugh Laurie (también aparecen los españoles Antonio de la Torre y Marta Torné), y la calidad de la producción, que como todo buen thriller de espionaje nos lleva de viaje: El Cairo, los Alpes suizos, Mallorca… Aunque el primer episodio resulte un poco decepcionante, por previsible y algo inverosímil, y toda la parte romántica no acabe de funcionar bien en ningún momento, la trama de espionaje es tan ingeniosa y el enfrentamiento entre los protagonistas tan tenso y eléctrico que consigue tapar esos defectos. Hiddleston está tan bien como espía que ya suena como el sustituto de Daniel Craig para interpretar a 007. Voto por él.